Un par de zapatos a medida que
costó 11.000 francos (unos 1.500 dólares) fue la primera
pista en el caso más importante de corrupción en Francia
desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Era un regalo para el ex
canciller socialista francés Roland Dumas de su amante Christine
DeviersJoncour, quien lo pagó con tarjeta de crédito. Este
dato fehaciente permitió a la Justicia francesa recorrer el camino
laberíntico y pegajoso llamado affaire Elf, por el
nombre de la compañía de petróleo entonces estatal.
Allí Dumas, abusando de su influencia, había obtenido para
su amante un cargo también influyente. Y ayer llegó en París
el primer final judicial para el affaire. Un panel de tres
jueces presidido por la magistrada Sophie Portier consideró probado
que la ex amante de Dumas recibió entre 1991 y 1994 un total de
64,5 millones de francos (8,6 millones de dólares) en comisiones
de Elf por la venta de fragatas a Taiwan. Dumas fue condenado a dos años
y medio de prisión (seis meses efectivos) y su (ahora) ex amante
a tres (18 meses efectivos). Pero la pena más alta fue para el
ex gerente de la petrolera y supuesto instigador de los sobornos, Alfred
Sirven, con cuatro años de cárcel y multa de 2 millones
de francos (261.000 dólares).
Las condenas, de una severidad que sorprendió a los acusados, se
completan en el caso de Dumas con una multa de un millón de francos
(unos 130.000 dólares) y en el de Deviers-Joncour con otra de 1,5
millón de francos (unos 196.000 dólares). Por su parte,
el ex director de Elf, Loïk Le Floch-Prigent, fue condenado a tres
años y medio de prisión y deberá pagar 2,5 millones
de francos.
El escandaloso proceso, pletórico de historias de sexo, mentiras
y corrupción, dejó golpeados a los políticos socialistas.
Dumas había sido el brillante jefe de la diplomacia de FranÇois
Mitterrand en los años 1988-1995. De donde había ascendido
a presidente del Consejo Constitucional, la máxima autoridad judicial
francesa, un cargo al que hubo de renunciar para enfrentar precisamente
estas acusaciones de corrupción.
El proceso por los sobornos millonarios pagados por la multinacional petrolera
a la amante del ex canciller es sólo la primera parte de lo que
promete ser una intrincada saga judicial. Porque falta juzgar la operación
misma de la venta en 1991 a Taiwan de seis fragatas Lafayette por parte
de la empresa francesa Thomson-CSF, también de propiedad estatal
en esas fechas. Y, sobre todo, el que es el mayor detonante político:
la presunta transferencia de miles de millones de dólares para
la adquisición en 1992 de la refinería Leuna en la ex Alemania
Oriental. Una compra que ya se ha vinculado con las cajas negras
que financiaban a la Democracia Cristiana (CDU) del ex canciller alemán
Helmut Kohl, aliado estratégico de Mitterrand.
Los medios franceses insistieron en el fuerte valor simbólico de
las condenas y multas impuestas a los reos. La espectacular detención
en febrero del ex ejecutivo de Elf Alfred Sirven en Filipinas, donde vivía
con su amante local, amenazó con alterar todo el proceso, iniciado
apenas un mes antes. Pero el hombre clave del affaire, de
74 años, prefirió guardar silencio. Sirven, quien se había
retirado discretamente al Lejano Oriente después de reunir 500
millones de francos (unos 65 millones de dólares), ofreció
declarar a cambio de una reducción de la pena, pero la Justicia
francesa no aceptó el trato.
Dumas, un políglota y experto jurista de 78 años, que como
abogado defendió a Pablo Picasso y Henri Matisse, irá ahora
por medio año a prisión. El ex ministro se proclamaba víctima
del exceso de celo de los juristas y había negado tajantemente
que hubiese obtenido provecho alguno de eventuales pagos ilegales de Elf
a su ex amante. Parte del dinero, todos fondos públicos, llegó
a Dumas en efectivo (al menos un millón de dólares) y otra
en forma de regalos costosos (como estatuas griegas y un departamento
de lujo cerca de la torre Eiffel). Entretanto, su hoy quincuagenaria ex
amante (también ex modelo de lingerie) se construyó unacarrera
literaria. En 1998 publicó el best-seller La puta de la República,
donde revelaba su papel en el affaire con Dumas. Y justamente ayer, para
coincidir con la fecha del veredicto, la editorial parisina Pauvert puso
a la venta Trio, cuarto libro de Deviers-Joncour, que narra la historia
de un triángulo amoroso de una mujer entre dos hombres.
Los abogados de Dumas, Le Floch-Prigent y Sirven anunciaron ya que apelarán
la sentencia. La condena es anormal y decepcionante, pero tenemos
una serie de razones para creer que se desmoronará pieza a pieza,
dijo uno de los defensores de Dumas, Jean-René Farthouat. La corte
cree que Sirven entregó el dinero a Deviers-Joncour para convencer
a Dumas, en ese momento canciller, de aprobar la transacción de
2800 millones de dólares de Thomson, a favor de la cual estaba
haciendo lobby Elf. Dumas niega los cargos y alega que la venta se llevó
a cabo a pesar de su veto.
ESTALLO
OTRO COCHE BOMBA EN UNA CIUDAD ISRAELI
Tregua de una bomba por día
Ariel Sharon mantuvo ayer su
sangre fría. Luego de la muerte de tres colonos el martes en una
emboscada palestina, ayer el premier fue abucheado desde las bancas oficialistas
y opositoras del Knesset (Parlamento) cuando insistió en que mantendría
el cese al fuego unilateral que proclamó la semana pasada. Nuestra
sangre hierve, y con justicia, pero debemos superar una dura batalla diplomática,
se justificó. El resto del día le sería aun peor.
Unas horas después de su discurso, un coche bomba estalló
al lado de una escuela en la ciudad de Netanya, fracasando por una casualidad
detonar en la salida de los estudiantes. Así, el número
de víctimas fue bajo, solamente dos heridos. Pero se suman a una
lista de bajas mucho más larga desde que comenzó la tregua,
lista que, dada la negativa palestina a declarar un cese al fuego, sólo
puede aumentar indefinidamente.
Desde el jueves pasado Sharon se enfrenta literalmente a una o más
bombas por día. Y si bien algunas fueron desactivadas o estallaron
sin causar muchas víctimas, otras fueron lo suficientemente efectivas
como para dejar un promedio de 25 israelíes heridos por día,
sin contar los colonos muertos o heridos en Cisjordania y Gaza. Sharon
aseguró que debo tomar en cuenta un panorama más amplio
que el militar. Pero muchos dentro de su coalición argumentan
que el panorama militar es el único posible para lograr que Yasser
Arafat declare una tregua. Benjamin Netanyahu, rival de Sharon en las
internas preelectorales de su partido Likud, enfatizó que debemos
usar todos los medios militares contra la Autoridad Palestina: Arafat
debe entender que si sigue su política de terror, su gobierno será
destruido; tenemos el poder militar para hacerlo.
Nada de esto parece afectar demasiado a los palestinos. Ayer hubo una
nueva reunión de seguridad, pero el representante palestino, Rebhu
Arafat, desestimó su importancia aun antes de comenzar: No
creo que valga la pena continuar con estos encuentros si lo que los israelíes
quieren es poner fin a la Intifada y dejar la situación como estaba.
El problema es que eso es justamente lo que desea Estados Unidos, que
está aumentando la presión sobre Arafat. La Asesora de Seguridad
Nacional, Condoleeza Rice, subrayó que el líder palestino
debe tomar medidas inmediatas para frenar la violencia. Pero
estas intimaciones no parecen importarle demasiado al aludido. Ayer canceló
un encuentro con diplomáticos norteamericanos, y el día
anterior miembros supuestamente radicalizados de su partido Fatah habían
raptado brevemente a dos periodistas de la revista Newsweek.
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