El gobierno argentino aseguró
que hoy Aerolíneas Argentinas pagará los salarios de abril,
obligación que la empresa honrará con fondos aportados por
el Estado. Pero esos recursos serían un bálsamo poco eficaz
para aplacar el conflicto generado en torno de una de las primeras privatizaciones
del menemismo, que ayer Fernando de la Rúa consideró desastrosa.
Parte del gabinete nacional, incluido su jefe, Chrystian Colombo, estuvo
ayer abocado a definir una estrategia para superar el brete en que SEPI
puso a la aerolínea de bandera, condicionando su imprescindible
aporte de capital a un difícil acuerdo con el gremio de los técnicos
aeronáuticos. A la tarde, Domingo Cavallo y Patricia Bullrich ratificaron
en una conferencia de prensa conjunta el criterio oficial de responsabilizar
al conductor de APTA, Ricardo Cirielli, por la crisis, descartando absolutamente
la posibilidad de una eventual reestatización.
Poco antes de ese encuentro, el Presidente admitió que la privatización
era desastrosa y criticó la gestión española por
deficiente. Cavallo hizo lo propio, cuando consideró a esta licitación
como una de las peores, y apuntó a su pecado original
de haber sido resultado de una negociación política, encarada
por Carlos Menem: éste le pidió a la administración
española que Iberia intervenga en la licitación que, de
otro modo, hubiera quedado desierta. Así se podría
haber privatizado con mejores reglas, se lamentó el ministro
de Economía.
Sin embargo, esas falencias no son argumento para que la gestión
aliancista intente rehusar las obligaciones que el Estado tiene como propietario
del 5 por ciento de las acciones y como autoridad regulatoria. Estos compromisos
incluyen los 16 millones de pesos que aportó para que la empresa
pueda pagar los sueldos de abril, algo que se concretaría finalmente
hoy.
Pero el compromiso estatal no iría más allá y por
ello Cavallo se esmeró en descartar de cuajo una reestatización.
El Estado argentino no puede hacerse cargo por una razón
sencilla: no tenemos recursos ni capacidad gerencial para hacerlo,
subrayó el ministro, quien también puso énfasis en
los 1200 millones de dólares que la compañía habría
perdido tanto en la década del 80 como en la del 90. Ceder
la acción de oro no fue un error, porque eso permitió al
Estado argentino no tener que afrontar las pérdidas de los últimos
años.
Toda la presión oficial parece centrada sobre el gremio renuente
a admitir la flexibilización de sus condiciones de trabajo y la
rebaja salarial, a quien Bullrich ayer volvió a culpar de poner
en riesgo la estabilidad laboral de los casi 7000 empleados de Aerolíneas
y desafió a instrumentar una idea sugerida por el propio Rodolfo
Daer, titular de la CGT oficial: convocar a una intergremial, que vote
si APTA debe o no aceptar sus modificaciones convencionales.
Considerando que cinco de los seis gremios ya admitieron este acuerdo
ampliado y que el de Aeronavegantes (Alicia Castro) estaría dispuesto
a hacerlo, es casi un hecho que esa votación terminaría
con las posibilidades de que Cirielli pueda mantener una medida de fuerza.
Sin embargo, el titular del gremio rebelde estaría mejor dispuesto
de lo que aparenta a un arreglo, aunque pretende que éste sea negociado
y no una simple admisión del ajuste de la SEPI. Apta, por ejemplo,
estaría dispuesta a resignar vacaciones a condición de que
no se les aumente la jornada laboral, entre otros toma y daca que el propio
gremio habría sugerido a la SEPI.
El Gobierno se muestra muy confiado en el nuevo compromiso de capitalización
que habrían asumido los accionistas españoles a condición
de que todos los gremios, sin excepción, se avengan al ajuste.
Esto es imprescindible para que Sepi pueda concretar el paso siguiente,
que consiste en vender Aerolíneas a otra empresa privada.
¿Existen conversaciones con Eduardo Eurnekian? le preguntaron
a Cavallo en la conferencia de prensa de ayer.
En un momento se mostró predispuesto a poner capital en Aerolíneas
si eso la ayudaba a funcionar. Pero alicia Castro comenzó a atacarlo,
porque ella sueña con que el Estado argentino vuelva a comprometer
fondos en esto. Y eso es insensato.
En Buenos Aires, la jornada terminó con un cónclave entre
Bullrich y los gremios del sector (ver aparte). En Madrid, en tanto, la
comitiva de cinco legisladores que viajaron a entrevistarse con colegas
y funcionarios de Sepi José Vitar, Alejandro Nieva, Alicia
Castro, Gustavo Gutiérrez y Teodoro Funes consiguieron arrancarle
a Pedro Ferreras el compromiso de llevar el tema a una instancia superior
del gobierno (ver aparte). Pero difícilmente esta gestión
consiga ir mucho más allá.
Cavallo recortó que días atrás su colega español,
Rodrigo Rato, le comentó en Madrid que la administración
de José María Aznar no podía solucionar un conflicto
con trabajadores estatales que acamparon frente al ministerio de Economía
reclamando un dinero muy inferior a los 350 millones de pesos que SEPI
promete capitalizar en AA.
Todo bien con España
El Gobierno mostró un discurso único en torno del
tema de Aerolíneas Argentinas. No lo vemos como un
problema entre España y la Argentina. Acá hay empresas
de capital español muy bien operadas, sostuvo el ministro
de Economía, Domingo Cavallo, por la tarde, descartando que
la crisis pueda comprometer la relación bilateral. Al mediodía,
Adalberto Rodríguez Giavarini, aseguraba frente a los corresponsales
extranjeros que el vínculo con España es extraordinario,
y es nuestro segundo inversor internacional. La relación
es demasiado amplia, fructífera y exitosa como para empañarla
por una controversia, sostuvo el canciller, en una particular
evaluación de un conflicto que tiene bajo presión
a 7000 trabajadores y con una empresa al borde de la quiebra por
la administración española.
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Los vuelos cayeron
en picada
La crisis de Aerolíneas Argentinas impacto de llenó
en la cantidad de pasajeros transportados en vuelos de cabotaje.
Durante abril, se registró una caída del 22,2 por
ciento respecto al mismo mes del año pasado, en tanto que
en los vuelos de carga el descenso fue del 38,4 por ciento. Los
datos se conocieron ayer, con la difusión del índice
de consumo de servicios públicos, que en ese mes tuvo un
aumento del 4,5 por ciento contra el 2000. También se puntualizó
que en los vuelos internacionales de pasajeros hubo una suba de
1,7 por ciento, pero dentro de ese rubro se verificó una
pérdida de participación de mercado de las empresas
nacionales (sobre todo Aerolíneas) del 25,9 por ciento, en
favor de empresas extranjeras que mejoraron el 14,2.
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Temor hispano por
el boicot
Directivos españoles de Aerolíneas Argentinas, Telefónica,
Edesur, Repsol YPF, Dycasa y los bancos Río y BBVA-Francés
tuvieron ayer una reunión con el embajador español
en Argentina, Manuel Alabart, que habían solicitado con carácter
de urgencia, para analizar la situación creada por la crisis
de la empresa aérea. Entre los ejecutivos surgió el
temor a eventuales acciones violentas en su contra, en represalia
por la responsabilidad del gobierno español en el conflicto
de Aerolíneas. El encuentro se concretó bajo la más
absoluta reserva. Por su parte, Patricia Bullrich consideró
ayer que el llamamiento de Hugo Moyano a un boicot contra
las empresas españolas fue una irresponsabilidad.
Estos dirigentes sindicales atentan contra las fuentes de
trabajo de los argentinos, dijo la ministra de Trabajo en
respuesta al líder de la CGT disidente. Cavallo, junto a
Bullrich en conferencia de prensa, también criticó
el boicot. En cambio, un grupo de diputados del Frepaso abonó
a esa propuesta. Ricardo Vago, María América González,
Graciela Ocaña, Irma Parentella y Eduardo Macaluse consideraron
que un boicot a Iberia sería una muestra de nuestro
repudio a quienes recibieron una empresa modelo y la llevaron a
una virtual quiebra.
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GREMIOS
QUIEREN ACELERAR UN ACUERDO
La verdadera negociación
Los siete gremios aeronáuticos
junto a las centrales sindicales se reunirán este mediodía
en el sindicato de los pilotos con el objetivo de encontrar una solución
a la crisis de Aerolíneas. La decisión se tomó anoche,
poco después de que cinco de los gremios del sector (con la ausencia
de los aeronavegantes comandados por Alicia Castro y APTA, del propio
Cirielli) finalizaran un encuentro con Patricia Bullrich, en la sede del
Ministerio de Trabajo, tras lo cual se pasó a un cuarto intermedio
hasta esta tarde.
Según comentó a este diario Rodolfo Daer, el encuentro entre
los sindicatos servirá para empezar una verdadera negociación,
que se convierta en el primer paso hacia la solución final.
Para Daer, esto podría ocurrir entre pasado mañana y el
domingo.
Los gremios vinculados a Aerolíneas, junto a Daer, vienen buscando
un acuerdo con el rebelde Cirielli desde que fracasaron las negociaciones
en Madrid, entre el Gobierno y los españoles de la SEPI. Pero,
por ahora, Cirielli se negó a ceder en su posición. Incluso,
salió a desmentir una versión que, a media tarde de ayer,
daba por cierto que había firmado un acta acuerdo con la empresa.
Al tiempo que reclamó una participación directa de Fernando
de la Rúa para destrabar el conflicto.
En diálogo con este diario, Daer lanzó un mensaje dramático:
Estamos en el principio del fin de la empresa. Si rápidamente
no nos ponemos de acuerdo, Aerolíneas quiebra. Se refería
a lo que minutos antes le había comentado la ministra Bullrich.
Que hay aviones de la empresa detenidos en Chile y Brasil porque ya no
hay dinero para pagar el combustible.
Si bien Daer no pudo establecer cuál sería el eje del acuerdo
con Cirielli, otro de los sindicalistas presentes en la reunión
en Trabajo señaló que será un acuerdo que no
afectará el convenio de los trabajadores. Por otra parte,
según relató esa misma fuente, durante el encuentro Bullrich
aceptó que el gremio de las azafatas vaya a un arbitraje para definir
los cambios en el convenio laboral.
Amor
y odio entre los gremios
Por Claudio Scaletta
Mientras la estrategia de dos
Estados nacionales se centra en responsabilizar a la intransigencia de
algunos gremios por la situación de quiebra virtual que padece
Aerolíneas Argentinas, hacia el interior de las estructuras sindicales
no son pocas las disputas y acusaciones. Cuando se bajan las voces de
los apoyos formales a los reclamos comunes, apenas bajo la superficie
aparecen las naturales contradicciones de una masa de asalariados altamente
heterogénea, que va desde apolíticos ex integrantes
de las fuerzas armadas hasta militantes sindicales socialistas, desde
la elite de pilotos con salarios que promedian los 11 mil pesos mensuales,
pero que pueden superar los 25 mil, hasta el personal aeronáutico
en el que abundan las remuneraciones inferiores a los 600 pesos.
Las acusaciones que disparó ayer Ariel Basteiro, titular de la
Asociación del Personal Aeronáutico (APA), contra Ricardo
Cirielli, secretario general del gremio de los técnicos (APTA),
sintetizan el clima general que, entre los sectores sindicales, se respira
contra la intransigencia negociadora de Cirielli. El titular
de los técnicos ya había sido acusado de prácticas
poco transparentes por la ministra de Trabajo, Patricia Bullrich,
y sospechado también de jugar a la quiebra de Aerolíneas
para beneficiar al empresario Eduardo Eurnekian. Ayer sumó una
nueva acusación. Esta vez el reproche no provino de la patronal
ni del Gobierno sino de un colega. Ariel Basteiro le recriminó
estar jugando para la candidatura de algún gobernador.
Se refería a Carlos Ruckauf. Hay que empezar a hablar las
cosas claramente y hay que recordar que durante nueve años Cirielli
adhirió al menemismo y firmaba solicitadas deseándole feliz
cumpleaños a Menem, completó, lapidario, Basteiro.
Quienes lo conocieron de cerca afirman que Cirielli es una persona políticamente
vacía de contenido, a la que cuesta encasillar debido a que
es muy difícil saber que está pensando. Sin
embargo, de acuerdo con las fuentes consultadas por Página/12,
tiene una habilidad innata para moverse políticamente.
A pesar de que al principio fue resistido por la elite de sus representados
entre los aeronáuticos el prestigio está
dado por la proximidad al avión y esta proximidad en
el caso de los técnicos corresponde a los de la línea,
es decir a quienes realizan los chequeos de prevuelo de las aeronaves,
su figura creció en los recientes conflictos y hoy su gremio
hace lo que él quiere. Sin embargo, su intransigencia actual
se debería a que está rodeado de un grupo de talibanes.
Quienes lo acusan de jugar a favor de Eurnekian recuerdan su relación
con antiguos dirigentes de AA que habrían acercado a los gremios
la idea de echar a los gallegos de Aerolíneas. El proyecto
consistiría en que quiebre para que renazca de nuevo,
hipotético caso en el que se respetarían los convenios laborales
actuales. Las visiones más paranoicas señalan que en los
carteles de los manifestantes de APTA se reclama por una Aerolíneas
Argentina, así, sin la s final. Por el lado de
quienes conocen a Eurnekian se insiste en que el titular de Aeropuertos
Argentina 2000 no se bajó del proyecto de hacerse con AA,
lo que pasa es que se asustó y quiere esperar un mejor momento.
Los argumentos de Basteiro, en cambio, fueron otros. Para el también
dirigente de la CTA, la ausencia de Cirielli y del titular de la CGT disidente,
Hugo Moyano, sumada a la marcha conjunta a Plaza de Mayo realizada ayer
aunque orgánicamente APTA pertenezca a la CGT oficial que
conduce Rodolfo Daer, evidenciarían objetivos políticos
no claros. Basteiro también dudó de la intransigencia
de Cirielli, pues las nuevas condiciones laborales reclamadas por AA ya
fueron aceptadas por APTA en otras compañías como LAPA o
Dinar.
Por el lado de las azafatas y los comisarios de a bordo, agrupados en
el gremio de Aeronavegantes (AAA) que conduce la diputada Alicia Castro,
los conflictos no son menores. Castro se debate entre la actividadestrictamente
sindical, su actividad política en el Polo Social y su alineamiento
con Hugo Moyano. En su gremio, once delegados sobre doce no le responden
y se alinean con el alfonsinista Mariano Belgrano. Los insultos y golpes
de ayer en la reunión que los gremios aeronáuticos realizaron
en la sede de los pilotos (APLA) muestra esta escisión entre la
conducción oficial y su base. Una treintena de azafatas y comisarios
trataron de traidores a la gente de Castro por no haber acatado el mandato
de negociar dado en asamblea. Los pesados de Moyano
que acompañan a la cúpula del gremio respondieron a los
golpes, aunque la escaramuza fue menor.
El caso de los pilotos (APLA) es más difícil de explicar
desde una perspectiva sindical. El titular del gremio, César Gatti,
no es secretario general sino presidente, lo que refleja el
rechazo de asimilarse a un sindicato. Dado que resulta muy
caro acumular las horas de vuelo necesarias desde el campo civil, en su
mayoría está integrado por ex miembros de las Fuerzas Armadas.
Su nivel de ingresos va de un mínimo de 3500 pesos a más
de 25 mil. Se definen como apolíticos y están
dispuestos a negociar rebajas salariales. Su actitud fue negociadora desde
el principio. Fue el único gremio que en su último convenio
de 1999 logró aumentar su masa salarial de alrededor de 5 millones
de pesos.
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