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LOS INGRESOS DE LOS POBRES SE ACHICARON UN 7 POR CIENTO
Se busca trabajo a 1,2 pesos la hora

Durante el primer año del
gobierno de la Alianza no sólo aumentó el número de pobres sino que éstos empeoraron su situación. El ingreso de las jefas de hogar cayó 23 por ciento.

Un informe de Economía, elaborado por los técnicos cavallistas, confirmó el salto de la pobreza.

Por Maximiliano Montenegro

No solo hay más pobres sino que además los pobres están cada vez peor. Durante el primer año de gobierno de la Alianza, el ingreso de los hogares pobres se achicó en una cifra record: casi 7 por ciento. El dato surge del último informe estadístico elaborado por el Ministerio de Economía, ya a cargo de Domingo Cavallo. Hoy, las familias pobres del área metropolitana, integradas por 5 miembros, deben arreglárselas para subsistir con 347 pesos mensuales. En esa franja la desocupación trepa al 30 por ciento. Y la remuneración de los jefes de hogar que tienen la fortuna de estar ocupados cayó a 1,84 pesos la hora en el caso de los hombres y 1,2 pesos/hora para las mujeres.
En febrero pasado, el INdEC publicó el informe de pobreza con los resultados de la encuesta de hogares de octubre pasado. Según esa fuente, tal como había anticipado en exclusiva Página/12, entre octubre de 1999 y octubre pasado, 300 mil personas se sumaron al ejército de los pobres en Capital y Gran Buenos Aires, mientras que otras 130 mil cayeron en la indigencia, es decir, no acceden siquiera una canasta alimentaria mínima en calorías. Así, en octubre, había casi 3,5 millones de pobres (el 29 por ciento de la población de la región) y más de 920 mil indigentes en el área metropolitana (ver aparte). Los encuestadores del INdEC están terminando de relevar en estos días la encuesta de hogares correspondiente a mayo, de la cual se conocerán a mediados de julio los nuevos resultados de desocupación y pobreza.
Pero ayer, la secretaria de Programación Económica difundió el primer Informe Económico de la era Cavallo, que hace un balance sobre las estadísticas del año pasado. De allí se desprende una radiografía tan interesante como dramática de los hogares que el año pasado cayeron en la pobreza.
Es la siguiente:
Durante el primer año de gestión de la Alianza, los ingresos de la familias pobres se encogieron un 6,7 por ciento. En promedio, pasaron de 372 pesos mensuales a 347 pesos.
Son hogares integrados, en promedio, por 5 personas. Por lo que cada individuo dispone de un presupuesto de unos 70 pesos mensuales para sobrevivir, poco más de 2 pesos diarios.
Para los jefe de hogar varones el ingreso promedio se achicó un 8,5 por ciento. Así, pasó de 2 pesos la hora a 1,84.
Para las mujeres jefe de hogar la baja del ingreso fue de nada menos que el 23 por ciento: de 1,5 pesos por hora a 1,2 pesos.
Semejante caída de las remuneraciones no pudo ser compensadas por la deflación de precios de la canasta básica de alimentos (del orden del 3 por ciento), por lo que el poder adquisitivo de las familias de menores recursos disminuyó.
La mayoría de los trabajadores pobres (alrededor del 60 por ciento) están en negro, de modo tal que no cuentan con ninguna cobertura social más que el hospital público ni aportes previsionales.
Por el mismo motivo, fueron alcanzados por el impuestazo y ni el recorte de salarios públicos de José Luis Machinea, que golpeó fundamentalmente a la clase media. Pero sí fueron afectados por la poda de planes Trabajar dispuesta el año pasado, que no sólo redujo las prestaciones en un 60 por ciento (de 250.000 a 100.000 subsidios) sino que, además, recortó su monto: de 200 pesos mensuales a 160 pesos.
El derrumbe de los ingresos se explica, también, por la baja salarios y remuneraciones en las actividades cuentapropistas.
Los principales perceptores de ingresos del hogar se encuentran trabajando mayoritariamente en los sectores “servicios y comercio” (63 por ciento del total), eufemismo de los técnicos del INdEC para encuadrar actividades informales como la venta callejera, el servicio doméstico y laprestación de changas temporarias. Mientras tanto, un 17 por ciento trabaja en la industria y otro tanto en la construcción.
La desocupación en este segmento de la población llega al 30 por ciento, es decir, duplica el promedio nacional.
Entre los jefe de hogar, la edad promedio de los hombres es de 44 años y la de las mujeres de 28 años.
La medición de pobreza que realiza hasta ahora el INDEC se limita al área metropolitana. En el interior del país, según los estudios del Banco Mundial y del propio Ministerio de Desarrollo Social, la situación es mucho peor. De hecho, en el segundo cordón del Gran Buenos Aires la pobreza alcanza al 43 por ciento de la población. Para todo el país se calcula que 13 millones de personas viven bajo la línea de pobreza y más de 3 millones en la indigencia.

 

Claves

No sólo hay más pobres sino que además los pobres están cada vez peor.
Durante el primer año de gobierno de la Alianza, el ingreso de los hogares pobres se achicó 7 por ciento.
Las familias pobres del área metropolitana, integradas por 5 miembros, deben arreglárselas para subsistir con 347 pesos mensuales.
Para los jefe de hogar varones el ingreso promedio se achicó un 8,5 por ciento. Así, pasó de 2 pesos la hora a 1,84.
Para las mujeres jefe de hogar la baja del ingreso fue de nada menos que el 23 por ciento: de 1,5 peso por hora a 1,2 peso.

 

Cómo se mide la pobreza

En la versión del INdEC, una familia es pobre por ingresos cuando no llega a comprar una banasta básica de alimentos, vestido y servicios, valuada en 151 pesos por adulto del hogar. La indigencia, en cambio, se define a partir de una canasta exclusivamente de alimentos que proveen una dieta mínima en calorías –según los técnicos– “necesarias para desarrollar una actividad física moderada”.
El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos releva dos veces al año, desde 1974, la llamada encuesta permanente de hogares, de donde surgen los datos de desocupación, ingresos y pobreza. En octubre pasado, la pobreza alcanzó al 28,9 por ciento del área metropolitana, frente al 26,7 por cierto un año antes. En tanto, la indigencia trepó hasta el 7,7 por ciento, frente al 6,7 por ciento de octubre de 1999. Salvando los meses de la hiperinflación, son picos históricos.

 

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