Con el helado ya derretido,
ayer, el titular de la cartera de Educación, Andrés Delich,
y un representante de la Federación Universitaria del Comahue (FUC),
la misma que el jueves decoró la investidura ministerial con una
apetecible y cremosa copa, se cruzaron duro. Delich comparó a los
estudiantes que lo agredieron con los skinheads de Parque Rivadavia
y con barrabravas de un equipo de Primera B. Y también
volvió a defender su propuesta de cobrar una sobretasa a las Ganancias
a los padres de alumnos. El presidente de la FUC, Jorge Peralta, justificó
el ataque perpetrado con un postre y se negó a pedir disculpas
hasta que el ministro no retire la política que pretende
hacer de la universidad, de arancelamiento e ingreso restringido.
El enfrentamiento había empezado el jueves al mediodía,
en Río Negro, cuando Delich se retiraba de un almuerzo en un instituto
de artes privado. En ese momento, una veintena de estudiantes de la Universidad
Nacional del Comahue, al grito de abajo el arancelamiento,
con carteles de la FUC y de la local Juventud de la CTA, canalizaron sus
protestas contra la política educativa oficial ensuciando al ex
dirigente de Franja Morada y ex titular de la FUBA, además de a
sus acompañantes.
Ayer, así narró Delich el episodio: Entró un
grupo que se parecía más a los skinheads que a un grupo
político, gritando, provocando. Nos rodearon al gobernador y a
mí y a otras personas que estábamos en el almuerzo, nos
gritaron cosas. En ningún momento tenían vocación
de dialogar. Además, acusó al presidente de la FUC
de haber abierto la puerta del comedor a patadas. Peralta
retrucó que el fresquito del helado provocó la ira del ministro
de Educación. Se enfureció y llamó a arreglarlo
de otra manera, como que lo íbamos a arreglar afuera a las piñas,
dijo. Delich desmintió el desafío: Yo me di vuelta
y lo increpé (al que soltó el postre), pero de ninguna manera
lo desafié a pelear.
Después, Delich intentó tomar distancia del helado agresor
y lo vinculó a los incidentes que hubo anteanoche en la sede de
Educación. Atrás de esto hay una cultura de la violencia.
En el ministerio entró otro grupo... destruyeron vidrios, lastimaron
a una mujer policía, estamos haciendo un inventario y en principio
faltan algunos libros históricos, contó. Lo
que ha desaparecido acá es el movimiento estudiantil como actor
político social se explayó. Lo que queda son
estos grupos que se parecen más a barras bravas, que podrían
tranquilamente ser la hinchada de un club de fútbol de Primera
B que a la salida de un partido aprovecha y destruye una estación
de tren o cualquier cosa.
Para terminar, el ministro volvió a defender la propuesta que desató
las protestas de la comunidad universitaria y se mostró optimista
de que saldrá por consenso de la Comisión Juri. Esperamos
que se consensúe que los padres que ganan más de 3 mil pesos
por mes, con hijos en la universidad pública, contribuyan a financiar
con un plus de 30 pesos anuales las becas para los estudiantes de bajos
recursos que no pueden acceder a ese nivel, afectado, además, por
una gran explosión de la matrícula, aseguró.
El libro que falta
En el tumulto provocado por los estudiantes que entraron en el
Ministerio de Educación el jueves a la noche, desapareció
un valioso ejemplar de Recuerdos de provincia, que estaba exhibido
en una vitrina de la Biblioteca del Maestro. Se trata de una primera
edición, dedicada por el propio autor, Domingo Sarmiento,
a un amigo, con un autógrafo en la primera página.
El libro tiene un gran valor histórico, por eso estamos
pidiendo que lo devuelvan, dijo un vocero del ministerio a
este diario. Los universitarios porteños y platenses, militantes
de izquierda, rompieron, además, varios vidrios y la puerta
de entrada de la biblioteca. Se estima que puede haber algún
otro libro faltante, pero el inventario recién estará
terminado el lunes.
|
|