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STELlA CALLONI Y MARTIN ALMADA APORTARON PRUEBAS
El origen del Plan Cóndor

Dos especialistas presentaron documentos ante el juez Canicoba Corral sobre las conexiones entre las dictaduras del Cono Sur.

El abogado paraguayo Martín
Almada estuvo ayer en Tribunales.
En 1992, Almada descubrió los primeros archivos “del terror”.

Por Victoria Ginzberg

Dos especialistas en el Operativo Cóndor aportaron información y documentos en la causa en la que el juez federal Rodolfo Canicoba Corral investiga el plan de coordinación represiva entre las dictaduras del Cono Sur. Se trata de la periodista Stella Calloni y del abogado Martín Almada, descubridor de los archivos del terror de Paraguay. Entre los papeles claves citados por Calloni figura el cable que el agente especial Robert Scherrer envió al FBI desde la embajada norteamericana en Buenos Aires el 28 de septiembre de 1996. El funcionario estadounidense define allí la Operación Cóndor: “Es el nombre en código para la recolección, intercambio y almacenamiento de información de inteligencia sobre los llamados izquierdistas, comunistas o marxistas, que se estableció hace poco entre los servicios de inteligencia de América del Sur”.
Calloni –autora del libro Los años del Lobo– se explayó en hechos paradigmáticos del Plan Cóndor como el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier en Washington, en septiembre de 1976; el homicidio del general chileno Carlos Prats y su esposa en septiembre de 1974 y la Operación Colombo, realizada por la policía secreta chilena (DINA) y la Triple A en 1975. Este hecho consistió en “hacer aparecer” en Argentina algunos cadáveres irreconocibles con documentos de ciudadanos chilenos sobre los que Naciones Unidas estaba reclamando información a Augusto Pinochet. Así, la dictadura chilena pretendía justificar que no existían desapariciones sino que las personas en las que la ONU se interesaba estaban en Argentina protagonizando peleas entre grupos de izquierda. “Hace poco en Chile fueron descubiertos en algunas fosas los cadáveres de los que supuestamente habían sido muertos en Buenos Aires. Por eso la Operación Colombo es entendida por muchos investigadores como una acción básica del Cóndor para terminar de entenderse a si misma”, declaró Calloni.
“La falta de justicia en el caso de la Operación Cóndor posibilita que persistan aún sus remanentes”, señaló la periodista en alusión, entre otras cosas, al caso de Eugenio Berrios, ex hombre clave de la DINA que fue sacado de Chile a Uruguay en 1992, al parecer, para que no declarara contra Pinochet y fue luego asesinado en Uruguay. Calloni habló de las conexiones del Cóndor con el Ejército Secreto de Francia, sectores de la ultraderecha española y grupos cubano anticastristas de Miami y expresó la necesidad de extender la investigación a la participación de Venezuela, Perú, Colombia e Interpol.
Tanto Calloni como Almada advirtieron que los agregados militares tuvieron un papel importante en el Plan Cóndor. Ayer, en el juzgado, el abogado que descubrió los archivos del terror narró su propia historia. Almada fue secuestrado el 26 de noviembre de 1974 y fue conducido a la Jefatura de Investigaciones de la policía de Paraguay. Allí fue interrogado por un grupo de militares extranjeros que después supo que eran agregados militares de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia y Uruguay. Almada testimonió que también estaba el comisario argentino Héctor García Rey.
La primera vez que el abogado escuchó hablar del Cóndor fue en su celda, que compartía con un comisario paraguayo llamado Mario Mancuello. Ese hombre le dijo un día “estamos en las garras del Cóndor. “¿Cóndor ese bicho?”, preguntó el testigo. Y su compañero de cautiverio le respondió: “No Pinochet y Contreras”.
El 22 de diciembre de 1992 Almada descubrió los primeros archivos “del terror” en una comisaría de Lambaré, Paraguay. Ayer, Almada entregó a Canicoba Corral varios documentos que forman parte de las toneladas de papeles recuperados y habló de la participación de la CIA en la represión latinoamericana. En este sentido, mencionó un documento denominado Cómo mantener vivos a los torturados, editado por la Escuela de las Américas, que fue publicado por la prensa paraguaya en 1993 y luego desapareció.
En esta causa, el juez Canicoba Corral ordenó la captura internacional del dictador Alfredo Stroessner y del ex jefe de inteligencia de Chile Manuel Contreras y ordenó que el dictador Jorge Rafael Videla sea interrogado el 20 de junio. La semana pasada los abogados Alberto Pedroncini y David Baigún presentaron pruebas que comprometen a Emilio Eduardo Massera con el uso de un avión de la Marina un día antes de que en el mismo aparato se transportaran detenidos. Este hecho fue ratificado por Almada.

 


 

DIPUTADOS PIDIERON SANCIONES PARA RETIRADOS
Para que Jaunarena dome dinosaurios

Un grupo de diputados del bloque Argentinos por una República de Iguales (ARI) y la frepasista disidente Marcela Bordenave solicitaron al ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, que aplicara las sanciones que correspondan por la presencia en el acto del Día del Ejército de responsables del terrorismo de Estado. La legisladora socialista Clori Yelicic propuso, por su parte, que la Legislatura porteña repudiara la aparición en esa ceremonia del dictador Leopoldo Fortunato Galtieri, del ex ministro del Interior de la dictadura Albano Harguindeguy y del ex gobernador de las Malvinas, Mario Benjamín Menéndez.
Los diputados formularon su pedido a través de una nota que entregaron en Defensa. El texto firmado por Bordenave, Alfredo Bravo, Jorge Rivas, Héctor Polino, Oscar González, Juan Domingo Zacarías y Fernando Cantero menciona concretamente a Galtieri y Harguindeguy, a quienes califica como “coautores del más siniestro plan criminal que sufrió el pueblo argentino”.
El pedido, de todos modos, seguramente no tendrá la respuesta esperada: el mismo Jaunarena ya dijo que la presencia de Galtieri y otros militares de la dictadura a esa ceremonia no merecía observaciones. “Esas tres personas –sostuvo– están vinculadas con épocas muy dolorosas de nuestra historia, pero en realidad ninguna de ellas en este momento soporta ninguna condena. Desde el punto de vista formal los tres están en la misma situación que cualquier otro para ser invitados, y así lo fueron.”
Yelicic propuso a sus pares que la Legislatura emita una declaración de repudio por la presencia de los militares de la dictadura en la celebración del Día del Ejército y también por el mensaje difundido en la obra social de esa fuerza (IOSE) en el que se reivindicó el terrorismo de Estado. La legisladora socialista consideró que ambos hechos “son ofensivos a nuestro sistema democrático, a sus instituciones y a la ciudadanía toda, que busca la verdad y la justicia sobre el período más oscuro de nuestra historia”.

 

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