Por Luis Bruschtein
La independencia de los Estados
Unidos de Norteamérica, el país más poderoso del
planeta, comenzó tirando el té por la borda para no pagar
impuestos al imperio. Le hicieron el boicot, aunque esta palabra todavía
no existiera. El conflicto por Aerolíneas Argentinas parece una
segunda versión de la independencia del Virreynato del Río
de La Plata de su central ibérica al declararse ahora el boicot
a las empresas de capital español y no sólo a las involucradas
en el conflicto de Aerolíneas sino también a las de comunicaciones
y las petroleras. Este lunes, la comisión ejecutiva de la CGT rebelde
que dirige el camionero Hugo Moyano se reunirá para discutir el
plan de acción del boicot, en tanto que los empleados aeronáuticos
involucrados en la crisis de la que fuera línea de bandera de este
país ya realizaron boicot contra las empresas de aviación
de capitales españoles.
El diccionario español sentencia que boicotear quiere
decir privar del trato o comercio a alguien para obligarle a hacer
lo que se pretende. Este es el sentido actual que tiene para la
Real Academia Española. Sin embargo, el origen del término
se remonta a un señor irlandés de apellido Boycott, que
fue el primero al que se le aplicó esta sanción a fines
del siglo XIX, en plena revolución industrial. En ese momento,
la idea de boicot, estaba más relacionada con la destrucción
de las máquinas que disminuían y abarataban la mano de obra.
Como en los viejos tiempos, el movimiento obrero retoma la idea remozada
más acorde con la de la Real Academia del boicot y
este lunes la comisión directiva de la Confederación General
del Trabajo se reunirá para discutir cómo se ponen en marcha
las consignas que Hugo Moyano lanzó el jueves durante el acto en
Plaza de Mayo. No tenemos que comprar combustible de RepsolYPF
expresó el líder camionero, debemos cambiar
nuestros teléfonos a cualquier otra empresa que no sea Telefónica,
y les pediremos a los pequeños y medianos empresarios, comerciantes
o industriales, que retiren sus cuentas de los bancos de capitales españoles.
En realidad, estas propuestas vienen circulando por Internet desde poco
después de que se declarara el conflicto en Aerolíneas.
Quizás por esta razón, uno de los asistentes al acto de
protesta gremial, al escuchar la propuesta de Moyano se refirió
con admiración a las nuevas formas de lucha de los
trabajadores.
En parte tenía razón, porque si bien la idea del boicot
surgió con las primeras organizaciones obreras, en este caso se
trata de medidas más parecidas a lo que podría definirse
como actos pacíficos de resistencia cívica. Esta idea combinada
con Internet justifica la admiración del testigo del jueves pasado.
Cualquiera de las empresas españolas tiene un nivel de rentabilidad
que cuadruplica al de cualquier empresa argentina, explica Flavio
Basteiro, dirigente de APA, un gremio enrolado en la CTA. Basteiro señala
que los primeros en infligir las supuestas reglas del mercado son estas
empresas que de esa forma practican una competencia desleal.En principio
nosotros convocamos prácticamente desde el primer día al
boicot contra Iberia, Airplus y Spainair explica Basteiro,
no hicimos huelga en Aerolíneas. El gremialista señala
que desde que Iberia se hizo cargo de Aerolíneas, los vuelos a
Madrid de la empresa argentina, bajaron a la mitad, mientras que se duplicaron
los de la empresa española. Fue una política de los
españoles para fundir a Aerolíneas agrega y
nosotros hicimos piquetes para impedir o dificultar la salida de los vuelos
de Aerolíneas y de hecho, desde que empezó el conflicto,
los vuelos de Aerolíneas a Madrid salieron llenos, cuando antes
iban al 50 por ciento. En este caso, con el boicot, los gremialistas
explican que lo único que hicieron fue que las cosas volvieran
a su curso normal. No nos interesa perjudicar a ninguna de esas
empresas, lo que nos interesa es que Aerolíneas funcione como debe
ser, puntualiza. Desde la CGT rebelde, las ideas que se barajan
son muchas pero recién las discutirán el lunes. Es probable
que se forme una comisión para coordinar las acciones de boicot
y que se lance una campaña de difusión pública para
incorporar a toda la gente a estas medidas.
Por lo pronto, en nuestro gremio señala Julio Piumato,
de la Unión de Empleados Judiciales ya cambiamos de empresa
para las llamadas internacionales. Este cambio se puede hacer incluso
por vía telefónica, pero el cambio de compañía
para las llamadas locales implica un trámite algo más complicado.
También estamos desarrollando una campaña para que
los miembros de nuestros sindicatos del transporte no consuman combustible
de RepsolYPF puntualiza Piumato, quien recuerda que en esa
central obrera están los poderosos sindicatos de choferes de colectivos
de media y larga distancia (la Unión Tranviarios AutomotorUTA)
y la de los choferes de camiones. Pensamos también en lanzar
una campaña de difusión, con afiches y obleas señala
Piumato pero es muy cara así que posiblemente convocaremos
a sectores nacionales para reunir fondos.
Basteiro indica que el tema de los bancos de origen español no
es central. El boicot que hacemos expresa está
relacionado con el vaciamiento de Aerolíneas, y cuando discutimos
Aerolíneas, estamos discutiendo también las desastrosas
privatizaciones que se hicieron y este sistema de acumulación desaforada.
No importa si son españoles o suizos, lo que importa es la forma
en que perjudican a los trabajadores.
El gremialista sostiene que RepsolYPF es acreedor de Aerolíneas
y la plata que puso el estado argentino alcanza solamente para pagar los
sueldos de los trabajadores, así que la petrolera española
amenazó con dejar a los aviones sin combustible. En ese caso no
habría más vuelos. Nosotros les advertimos que si
hacen eso, declararemos el boicot contra RepsolYPF a nivel nacional.
Los gremialistas calculan que un boicot generalizado tendría efectos
importantes en las ganancias de las compañías españolas.
Nosotros queremos que estos efectos sean inmediatos enfatiza
Piumato porque queremos que el conflicto se prolongue lo menos posible,
pero lo mantendremos hasta que haya una solución para Aerolíneas
como la que quiere la gente y no esta suerte de parche de circunstancia
que plantea el gobierno.
Con respecto a la posibilidad de que el conflicto se convierta en una
ola xenófoba, antiespañola, el dirigente de APA sonríe:
Mire, creo que no debe haber apellido más gallego que el
mío, así que sería como escupir para arriba, pero
además, estas iniciativas que surgieron de grupos de ciudadanos
que se comunican por Internet, y lo único que hicieron fue tomar
la experiencia de la lucha que desarrollaron los productores agrícolas
españoles cuando comenzaron a entrar a España productos
agrícolas subsidiados por el gobierno de Francia. Ellos formaron
piquetes, cortaron las rutas y volcaron las cargas de esos productos que
implicaban la competencia desleal con los suyos, no es un problema de
nacionalidades, sino de injusticias.
Alicia Castro con el
boicot
Hugo Moyano había tirado la piedra, las empresas españolas
habían reaccionado en silencio, ocultando su preocupación.
El tema en cuestión era el boicot contra las empresas hispánicas
como represalia por el vaciamiento de Aerolíneas,
que ayer cosechó un nuevo apoyo: la diputada Alicia Castro,
del Frente para el Cambio. Hay empresas como Telefónica
y Repsol que tuvieron ganancias exhorbitantes en la Argentina, y
si ven amenazadas sus ventas pueden a su vez presionar sobre SEPI
(el holding español que controla Aerolíneas) para
que asuma la deuda que generó, argumentó. Además,
la legisladora y dirigente del gremio de aeronavegantes, acusó
a la SEPI de haber quebrado y vaciado a la aerolínea.
Luego, por si acaso, aclaró que el sistema de boicot
no tiene nada que ver con la relación entre los pueblos (argentino
y español) que históricamente mantienen una vinculación
de confraternidad y cooperación. Castro también
señaló que en España están muy
preocupados porque temen que se descubra que Telefónica
ha invertido muchos millones de dólares en corrupción
en la Argentina.
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Siguen
los rounds de la ministra y el gremialista
Bullrich volvió a culpar al
sindicalista Cirielli por poner
la negociación de Aerolíneas en
�punto muerto�. La dura respuesta
no se hizo esperar.
La
ministra afirmó también que el Gobierno cumplió
con todos los puntos.
Cirielli reiteró que no se negocia si los españoles
no se hacen cargo.
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La situación está
en un punto muerto porque un gremio no demuestra intenciones de negociar.
Los días pasan y el conflicto por Aerolíneas Argentinas
sigue cobrando dramatismo. Ayer, la ministra de Trabajo Patricia Bullrich
volvió a echarle la culpa al gremialista Ricardo Cirielli del fracaso
de la negociación. No toma conciencia de la gravedad de la
situación, le espetó. A la salida de una reunión
en Olivos en la que el tema exclusivo fue la situación de la línea
aérea, Bullrich hizo circular un comunicado en el que subrayó
que el Gobierno cumplió con todos los puntos del acta acuerdo.
Mientras tanto, Cirielli, el blanco de todas las críticas oficiales,
advirtió que su gremio no volverá a la mesa de negociación
si los gobiernos argentino y español no se hacen cargo de
la crisis.
Además de Bullrich y Cirielli, el conflicto de Aerolíneas
ocupó a buena parte de la dirigencia del Ejecutivo. Hasta el presidente
Fernando de la Rúa dedicó el día de ayer a analizar
la situación de la empresa y a hacer declaraciones al respecto.
En la quinta presidencial de Olivos, recibió a Bullrich, al jefe
de Gabinete Chrystian Colombo, y a los ministros de Economía e
Infraestructura, Domingo Cavallo y Carlos Bastos. Con ellos discutió
las distintas alternativas del caso. Al final, los voceros oficiales hicieron
conocer los resultados del encuentro. El Gobierno asumió
todas sus responsabilidades y la SEPI se comprometió a hacer un
nuevo aporte de capital de 350 millones de dólares para que la
empresa pueda seguir operando, recordaba el texto, para después
informar que se creará una comisión de seguimiento
económico y financiero que será muy estricta en el control
de la empresa, por los antecedentes de pésima administración.
Esa referencia a una pésima administración no
fue la única crítica emitida desde el Ejecutivo. Ante una
pregunta sobre si correspondía un castigo judicial para quienes
privatizaron Aerolíneas, el propio De la Rúa reconoció
que puede ser. El defensor del Pueblo (Eduardo Mondino)
me ha comunicado que tiene informaciones y actuaciones sobre ese tema,
agregó. Colombo, por su parte, llamó a la responsabilidad
tanto a los accionistas como a los trabajadores. Y el ex presidente Raúl
Alfonsín se sumó a la lista y salió a defender al
presidente, a quien quitó toda responsabilidad por el estado en
que se encuentra la compañía aérea. En lo último
en que se podría pensar es en echarle la culpa a De la Rúa
de lo que está pasando en Aerolíneas Argentinas, remarcó.
Entretanto, los siete sindicatos que están en el conflicto siguen
intentando llegar a una posición común que permita destrabar
la situación. En la reunión del viernes al mediodía,
la Asociación de Personal Técnico Aeronáutico (APTA)
había dado la nota al no presentarse Cirielli, el secretario general,
quien ayer volvió a estar en el centro de las críticas.
De él, por ejemplo, llegó a decir Bullrich: No queda
muy claro para quien está jugando.
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