Por Carlos Rodríguez
Esta vez fue un virtual fusilamiento
y el policía asesinado, en su día franco y cuando había
ido de compras a un mercadito de su barrio, en Merlo, fue víctima
de dos asaltantes. Pero el desencadenante fue la absurda reglamentación
que lo obliga a andar armado en todo momento, hasta cuando realiza tareas
domésticas. El sargento de la Policía Federal Luis Antonio
Contreras, de 42 años, padre de dos niños, recibió
un balazo en la nuca luego de ser obligado por los ladrones a tirarse
al piso. La violencia comenzó cuando el policía se identificó
como tal, aunque de inmediato entregó tanto su credencial como
el arma reglamentaria que llevaba en la cintura. En lo que va del año
suman 22 los policías de la Federal muertos en enfrentamientos.
En 12 de los casos, las víctimas estaban francos de servicio y
se vieron involucrados en tiroteos.
Contreras estaba como cliente, vestido de civil, en un mercadito y carnicería
ubicado en la esquina de Eva Perón y Gallo, en la localidad de
Libertad, en el partido de Merlo. El agente, que se desempeñaba
en la Delegación de la Federal en Morón, estaba asignado
a la custodia personal de un fiscal federal de ese partido, pero ayer
gozaba de su franco semanal. En esas circunstancias, junto con otras personas,
fue sorprendido por los dos ladrones, que luego de cometer el crimen huyeron
llevándose consigo un magro botín de 60 pesos.
El hecho ocurrió cerca del mediodía y los delincuentes apuntaron
a los clientes con sus armas y a los gritos exigieron al cajero que les
entregara todo el dinero. Son contradictorias las versiones
sobre cómo los ladrones se enteraron de que Contreras era policía.
Unos testigos dicen que, sin intención de desatar un tiroteo, Contreras
se identificó, pero entregó sin resistencia alguna su pistola
y la credencial. Otros, en cambio, sostienen que fueron los ladrones los
que sospecharon que era policía y lo confirmaron cuando le vieron
el arma.
¿Así que sos rati?, fue la pregunta intimidatoria
que todos ponen coincidentemente en boca de uno de los delincuentes. Contreras
entregó la pistola, pero el delincuente se puso tenso, le ordenó
que se acostara sobre el piso y sin decir una palabra más le pegó
un tiro en la nuca. Los delincuentes se llevaron los 60 pesos, la credencial
y la 9 milímetros que tenía el sargento Contreras. El drama
fue completo porque, a metros del lugar, en el coche que propiedad del
sargento, se encontraban los dos hijos menores del policía, esperándolo
para regresar a casa.
Anoche, grupos operativos de la Delegación Departamental de Morón,
secundados por helicópteros de la Policía Bonaerense, habían
montado un importante operativo tendiente a dar con el paradero de los
prófugos. En la causa interviene la Unidad Funcional de Instrucción
(UFI) número 3 de Morón. En lo que va del año suman
22 los policías federales que murieron en enfrentamientos o al
tratar de evitar robos en momentos en que se encontraban en la calle,
de civil, y en su día franco. La mayoría de las muertes
ocurrieron en territorio bonaerense.
El suboficial Contreras había nacido el 16 de noviembre de 1959
y había ingresado a la Policía Federal en mayo de 1983.
Estaba casado y tenía dos hijos, Paola Fernanda y Fernando Fabián.
Había cumplido servicios en las comisarías 40ª y 7ª,
de la Capital Federal, y en la delegación Morón, donde trabajaba
desde 1998.
En lo que va del año ya ocurrieron varios casos similares al de
Contreras. En el partido de La Matanza, el agente de policía José
Mario Palavecino, de 22 años, fue asesinado cuando intentó
resistirse a que le robaran su motocicleta, mientras que el sargento Víctor
Fernández también fue muerto durante un asalto en la localidad
bonaerense de José C. Paz, justo el día en que se encontraba
de franco. Cuando todavía falta la mitad del año, las víctimas
policiales ya superan el 50 por ciento de las ocurridas el año
pasado. En el 2000, los policías que murieron en enfrentamientos
sumaron 31.
Desde hace años, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS)
viene señalando en sus estadísticas anuales el alto número
de policías que mueren estando francos de servicio. La reglamentación
vigente en la fuerza los obliga a portar arma en todo momento y a intervenir
cuando presencian algún hecho delictivo. Los restos de Contreras
serán sepultados hoy en el cementerio de Santa Mónica, en
Merlo.
UNA
HERIDA GRAVE EN EL TIROTEO
Rehenes por 7 horas
Gracias a Dios, porque
es un milagro que hayamos salido vivas, fue lo primero que dijo
a la prensa Cinthia Poggi, una mujer que durante siete horas permaneció
como rehén, junto con su beba de 14 meses, en manos de dos delincuentes
que se refugiaron en su casa para escapar de la policía, que los
venía persiguiendo luego de un intento de asalto a un local de
la cadena McDonalds. Los hechos ocurrieron en Quilmes y una estudiante,
que quedó en medio de uno de los tiroteos, resultó herida
de un balazo en la espalda, cerca de la columna vertebral, y quedó
internada en estado delicado en el hospital de esa localidad.
Todo comenzó en la medianoche del viernes, en el comercio ubicado
en la esquina de Mitre y Brandsen. Tres hombres, armados con revólveres
y escopetas, amenazaron a los empleados e intentaron robar el dinero de
las cajas registradoras, pero fueron sorprendidos por tres policías
de civil que pasaban por el lugar. Los asaltantes huyeron en un Peugeot
206 y luego de los tiroteos, uno de los ladrones fue detenido. Los otros
dos se refugiaron en una casa ubicada en Olavarría y Alvear, donde
en ese momento ingresaba su propietaria, con su beba en brazos. Las dos
fueron tomadas como rehenes y los asaltantes pedían un auto para
poder escapar, pero luego de siete horas se entregaron sin ofrecer resistencia.
La horrible muerte
de una beba
Una beba de entre siete y diez días de vida apareció
muerta a golpes en un descampado de la localidad bonaerense de Longchamps,
en el partido de Almirante Brown. Uno de los policías que
participó del hallazgo confesó que nunca en sus 30
años de carrera había visto un cuadro semejante. La
criatura, que sólo llevaba puesto un camisolín, que
estaba totalmente bañado en sangre, tenía
una herida importante en el cráneo que le habría provocado
la muerte, según estimaron los peritos.
Según la versión policial, el crimen tendría
algunos elementos propios de los sacrificios rituales que sólo
se ven en el cine, comentó uno de los investigadores.
En el rostro y en el cuerpo tenía cruces y lesiones aparentemente
provocadas por algún objeto cortante. En el baldío
ubicado en la esquina de Bolívar y Don Pelayo, los primeros
que observaron la presencia del cuerpo fueron los vecinos, que al
principio ni siquiera pudieron distinguir que se trataba de una
criatura. Lo que llamó la atención de la gente
fue la presencia de una jauría de perros. Imagínese,
comentó el vocero policial y la voz le tembló. El
hallazgo fue a las 2.30 de la madrugada de ayer y la oscuridad fue
el único detalle piadoso.
Al parecer, el crimen los peritos aseguran que no pudo ser
un hecho accidental fue cometido en el mismo lugar en el que
apareció el cuerpo. A la beba la llevaron envuelta
en una manta, la colocaron en el piso, sobre el pasto y allí
pasó todo. En la causa se dio intervención al
fiscal de turno de los tribunales de Lomas de Zamora, Lorenzo Latorre,
y al juzgado de menores número 3 de ese departamento judicial.
Fuentes judiciales dijeron que por ahora no se puede establecer
si hubo o no un rito, como dicen los voceros policiales, y
señalaron que los peritos están buscando elementos
que puedan orientar hacia la búsqueda de los responsables
del tremendo suceso.
Una de las primeras diligencias cumplidas en el marco de la investigación
fue la de indagar en los hospitales de la zona para obtener una
lista de todos los nacimientos registrados en la última semana.
Si bien era todavía imposible establecer algún dato
mínimo sobre los presuntos responsables, el punto de partida
pasa por ubicar a los padres de la criatura.
|
|