Por
Juan Jose Panno
La gente, al final, no festejó demasiado por diferentes motivos.
Uno: está acostumbrada a los buenos resultados que produce este
equipo y de antemano sabía que la tarde iba a ser tranquila, frente
a un rival de capa caída.
Dos: se quedó con cierta sensación de frustración
porque la cuenta no llegó a 5 y por lo tanto no se concretó
la ansiada venganza de la goleada de las eliminatorias para el Mundial
del 94.
Tres: sólo recibió pedacitos de buen fútbol, de un
equipo que no entusiasma ni emociona demasiado.
Las 50 mil personas que casi llenaron el Monumental hicieron plaf plaf
viva viva y se fueron a los piques porque venía del río
un viento fresquito a esa hora. Se fueron hablando del golazo de Crespo,
del cañonazo del Piojo López, de la viveza del Killi en
el primero, del ratito que tocó el equipo y ya está. Muy
pronto se acabó el manojo de alegrías. En realidad, tres
goles y un tiempito de toqueteo no está mal para estos tiempos
futbolísticos que corren, pero la gente exige más y tiene
derechos adquiridos.
Esta selección de Bielsa le tira los números por la cabeza
a cualquiera que intente cuestionarla.
Ayer estuvo perdida en el arranque del partido y fue superada por el toque
sin explosión del rival. Sí, pero..
No tiene pausas y su ritmo de vértigo le quita precisión.
Sí, pero...
Da ventajas atrás. Sí, pero...
No encontró la manera de liquidar a un rival entregado. Sí,
pero...
Y después del pero vienen los datos: encabeza el grupo con 32 puntos
sobre 36 posibles, lo que representa un 82 por ciento. Tiene la mejor
diferencia de gol, es el equipo más goleador (más de 2 goles
y medio de promedio), es el cuadro que más ganó, el que
menos perdió, le lleva 11 puntos a Brasil.
Claro, en la cancha el espectáculo no consiste en exhibición
de gigantografías con tablas de posiciones, goles y esas cosas
que podrían sorprender un momentito y nada más.
El público quiere la diversión, la alegría y la emoción
del juego. Hubo poco de eso. Incertidumbre en el resultado tampoco hubo
demasiada porque en un ratito llegaron encadenados los tres goles y se
acabó el miedo que podían generar los movimientos paquidérmicos
del toque de Freddy Rincón y sus muchachos. Un poco de miedito
provocaron un par de subidas de Jairo Castillo por el lateral, ganándole
la espalda a Sorín, pero las terminó muy mal. Fue en esos
momentos en los que nada estaba claro, se pegaba mucho y se pegaba poco,
cuando Cristian González abrió el camino de la victoria.
Si se pone el foco en el minuto 35 del partido, se verá un rechazo
apurado, imperfecto, grotesco de Verón que mandó la pelota
unos 30 metros por sobre su cabeza en línea recta y que provocó
una especie de ridículo scrum de argentinos y colombianos a la
espera del aterrizaje del objeto volador en cuestión. Y se verá,
medio minutos más tarde la jugada del segundo gol argentino. Todo
en la misma acción, todo por el mismo precio.
Los mejores momentos de Verón se produjeron entre el segundo gol
y el final del primer período y coincidieron con la producción
general del equipo. La pelota circulando de derecha a izquierda y de izquierda
a derecha, mientras se pensaba en qué momento meter el pase en
profundidad como un estilete provocaron la euforia del público
y desmoronaron a los frágiles colombianos. Duró muy poquito.
Argentina pudo aumentar en el segundo tiempo, pero no supo muy bien cómo
y cuando creyó saber se chocó con Córdoba que levantó
notablemente e hizo realidad el deseo de todos los colombianos: que la
cuenta se parara ahí y no llegara al 5 a 0. Cada uno se conforma
como puede.
Bielsa
y los mejores
Luego
del contundente triunfo por 30 sobre Colombia, el entrenador
del Seleccionado Argentino de fútbol, Marcelo Bielsa, destacó
que el equipo tiene un espacio entre los mejores del mundo.
Y agregó: Yo no creo que Argentina sea el mejor equipo
del mundo, porque eso se mide durante un campeonato mundial. Sí
pienso que este equipo tiene un espacio entre un grupo destacado,
pero no sé si el primero o el quinto. En relación
con la actuación de Argentina, el técnico señaló
que la diferencia fue justificada en un partido que se presentaba
muy difícil. El equipo tuvo contundencia en el primer tiempo
para convertir las situaciones que dispuso, pero en el segundo tiempo,
no.
Por su parte, el defensor Nelson Vivas, uno de los más destacados
del conjunto local, indicó que ya no se siente cuestionado,
sino todo lo contrario. El apoyo de la gente y de la prensa me hacen
sentir más tranquilo, y eso se ve reflejado en la cancha.
Además, el jugador del Arsenal inglés remarcó
que se hizo una gran producción hoy (por ayer). Al inicio
del partido sufrimos un poco, pero luego lo emparejamos y pudimos
ganarlo. Sabíamos que Colombia era un rival difícil,
pero convertimos los goles en los momentos justos. |
Un
campeonato de goles lindos
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Uno a
cero. Cristian González recibió de Sorín
en el borde del área, se abrió de piernas para dejar
pasar la pelota y dejó desacomodado al ingenuo Dinas. Antes
de llegar a la raya de fondo metió el zurdazo al primer palo
de Córdoba, que esperaba el centro y reaccionó tarde.
Dos a cero. Tras un corner de Verón y el manotazo
de Córdoba, Claudio López enganchó un zurdazo
espectacular, desde el borde del área. La pelota se metió
abajo, contra el palo derecho de Córdoba.
Tres a cero. Golazo. El más lindo. Crespo se la jugó
solo cuando se esperaba que abriera hacia la derecha, y en la entrada
al área se sacó de encima a Dinas y definió
con categoría, con un exacto chanfle.
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El
retorno de Maturana
La
vuelta de Francisco Maturana a la dirección técnica
de Colombia no fue la esperada. Sin embargo, luego de perder con Argentina,
el entrenador dijo: Aún no hemos tirado la toalla. No
podemos discutir este triunfo, porque Argentina fue un claro vencedor".
Si bien admitió que la derrota de ayer complica las posibilidades
de clasificación (Colombia está en el quinto lugar),
se mostró esperanzado al señalar que los próximos
rivales de Colombia no son como Argentina. Hasta el partido
de ayer, Maturana había dirigido a la selección de Colombia
en seis enfrentamientos con Argentina, de los cuales ganó cuatro
y empató dos. El mejor resultado como entrenador lo logró
el 5 de septiembre de 1993, en las eliminatorias sudamericanas para
el Mundial 94, cuando Colombia venció 50 a Argentina,
también en la cancha de River. |
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