Fernando
de la Rúa siempre fue fuerte en la Ciudad de Buenos Aires: se trata,
en definitiva, del distrito donde nació y creció políticamente
y que le sirvió de trampolín para llegar a la Presidencia.
Sin embargo, el año y siete meses que lleva al frente del Gobierno
nacional socavó su capital electoral en su propio bastión:
un estudio realizado por la consultora Equis revela que seis de cada diez
porteños tienen un mal concepto de su gestión y que su imagen
negativa es del 44,4 por ciento. La razón de semejante baja no
es otra que la desilusión, la tristeza, la desconfianza y la bronca,
sentimientos que casi todos los habitantes de la Capital Federal coinciden
que les ha generado De la Rúa desde que llegó a la Casa
Rosada.
La consultora que dirige Artemio López realizó el sondeo
en los primeros días de mayo. A la mala imagen de De la Rúa
en su propio distrito se suma que casi la mitad de los encuestados, el
46,9 por ciento, se mostró de acuerdo con que entregue anticipadamente
el poder si no logra sacar al país de la recesión y el 22
por ciento de los que lo votaron a presidente en 1999 aseguró que
jamás lo volvería a votar.
Lo novedoso del trabajo desarrollado por Equis es la consulta acerca de
los sentimientos que generó De la Rúa desde su triunfo en
el 99 hasta la fecha. Casi todos, el 92,8 por ciento, coincidieron
en desilusión. El 83,6 por ciento sostuvo que lo hecho
por el Presidente le produjo tristeza, mientras que el 62,4
por ciento se inclinó por desconfianza y el 60,2 por
ciento declaró tener bronca.
La encuesta abarcó 440 casos y su nivel de confianza es del 95
por ciento con un nivel de error de poco más del cuatro por ciento.
La muestra comprende a mayores de 18 años de todos los niveles
socioeconómicos de la ciudad.
De la Rúa tiene una intención de voto a presidente de apenas
el 15,8 por ciento, contra el 30,3 que ostenta el gobernador bonaerense,
Carlos Ruckauf, y el 22,7 por ciento que cosecha su propio ministro de
Economía, Domingo Cavallo. En lo que sí gana es en el rechazo
del electorado a un eventual segundo mandato porque el 37 por ciento de
los consultados dijo que nunca lo votaría. Entre los que comparten
esa opinión hay dos de cada diez personas que lo votaron en 1999.
Ruckauf gana, según se desprende al analizar el estudio, porque
a una importante retención del voto peronista de las últimas
elecciones presidenciales agrega una sustancial penetración en
el electorado que entonces optó por De la Rúa y por el actual
titular del Palacio de Hacienda.
De la Rúa también pierde a manos de Cavallo en la pregunta
acerca de quién cuenta actualmente con más poder dentro
del Gobierno: el 56,1 por ciento respondió que el ministro de Economía
es el que tiene las riendas de la gestión contra el 29,7 por ciento
que opinó que es el Presidente quien maneja la situación.
En la comparación con sus antecesores De la Rúa sale empatado:
si bien sólo el 8,4 por ciento dice que la suya es la mejor gestión,
contra el 30,8 por ciento que obtiene la de Carlos Menem y el 27,3 por
ciento que consigue la de Raúl Alfonsín, cuando se pregunta
cuál es la peor gestión la del peronista se lleva el 45,2
por ciento, la de Alfonsín el 22,6 por ciento y la del actual Presidente
el 19,9 por ciento.
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