Por
Cledis Candelaresi
Por
primera vez desde que se agudizó la crisis de Aerolíneas
Argentinas, el Gobierno reclamó públicamente la buena voluntad
de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales para solucionar
el conflicto laboral. A través de su vocero, Fernando de la Rúa
pidió ayer a los accionistas hispanos que traten de plantear otra
alternativa para satisfacer algunas objeciones en el ámbito de
los empleados. Casi al mismo tiempo, Patricia Bullrich analizaba
con algunos de los gremios el cronograma de pago de los sueldos de mayo,
que también podrían ser liquidados con los fondos que el
Estado argentino aportó a cuenta de la última capitalización.
Pero por ahora de lo único de que dio pruebas la SEPI es de su
intención de sanear medianamente la compañía para
deshacerse de ella tan pronto como pueda. Su plan cosmético, instrumentado
desde antes de esta última crisis, incluye desde un nuevo plan
comercial a la depuración de su cuerpo gerencial.
Según habrían conversado ayer con la ministra de Trabajo
los gremios aeronáuticos más proclives a admitir el ajuste
que propone la empresa -todos salvo el de azafatas y el de técnicos
de mantenimiento, ésta podría pagar los sueldos de
mayo con el remanente de los 16 millones de pesos que el Estado aportó
días atrás para que Aerolíneas abone los sueldos
de abril. Del encuentro habría surgido el siguiente esquema: se
pagarían íntegramente los salarios hasta 800 pesos, mientras
que el resto cobraría el 50 por ciento con un tope de 1500 pesos.
Con qué se cubriría el resto, es una incógnita.
El gobierno argentino aspira a que la SEPI responda económicamente
en varios sentidos. Por un lado, con recursos que garanticen la operatividad
de la compañía, incluyendo desde fondos para el pago de
combustible a salarios. Pero también con una inmediata e imprescindible
capitalización que desahogue financieramente a la empresa.
Honrando su estilo mesurado y elíptico, De la Rúa aseguró
a través de su vocero que instruyó a Bullrich y al jefe
de Gabinete, Chrystian Colombo, para que reclamen a la SEPI una
actitud más decidida y una alternativa para superar el conflicto
generado con APTA, sindicato de los técnicos de mantenimiento,
renuentes a admitir el ajuste incluido en el Plan Director.
Pero por la misma vía, el Presidente negó la posibilidad
de comunicarse directamente con su par José María Aznar
para debatir acerca de esta situación, negándole al conflicto
su evidente carácter político.
Antes de que estallara la actual crisis de Aerolíneas, la SEPI
comenzó con un programa funcional a su objetivo de mejorar el estado
de la compañía con miras a su venta. Una de sus últimas
determinaciones fue confiar el diseño de un nuevo plan comercial
a la consultora Sabre, que fuera propiedad de American Airlines ex
socia de Aerolíneas y a la que la empresa local está
ligada por un contrato de diez años.
Sabre es una consultora que provee un sistema de reservas y, al mismo
tiempo, realiza un control de gestión. El contrato con ella es
para Aerolíneas un resabio de lo que fue el nefasto paso de American
que, como socia de Iberia, tuvo acciones y detentó un tiempo el
management de la aerolínea de bandera argentina. Pero al margen
de esas connotaciones negativas, el nuevo plan comercial que ésta
acaba de elaborar no es otra cosa que uno de los capítulos de plan
director, remozado según las últimas condiciones del mercado
de aeronavegación en el país y en la región.
Otra decisión de la SEPI que podría interpretarse como la
voluntad de sostener la empresa hasta su eventual retiro, es la refinanciación
de un paquete deudas por 350 millones de dólares con proveedores
de aeronaves. Estos créditos cargaban hasta ahora al pasivo de
la compañía con un interés cercano al 15 por ciento
anual, y habrían sido refinanciados por un pool de bancos españoles,
contra garantía del estado hispano, a tasas que no superan el 5
por ciento anual.
Del mismo modo, se habría reformulado un acuerdo con la General
Electric, a la que se le habían contratado cinco Jumbos en leasing,
de modo tal que esas aeronaves en poco tiempo estarían integrando
elpatrimonio de Aerolíneas. Así, la empresa comenzaría
a reconstituir parte de su flota propia, reparando parcialmente la objetable
decisión ibérica de haberla vendido primero, para alquilarla
después.
Antes de esa reformulación contractual hubo una depuración
del cuerpo gerencial, que redujo la cantidad de miembros de 80 a 65. La
purga la organizó Emilio Cabrera, actual presidente de Aerolíneas,
y empezó por la subgerencia general y la comercial, presuntamente
responsable de la venta a discreción de pasajes a precios irrisorios,
que habrían subido artificialmente los niveles de ocupación
de las aeronaves, gracias a que por módicos 100 dólares,
tasas incluidas, amigos de los directivos desplazados y personalidades
de farándula artística podían llegar a Europa.
Pero todo el esfuerzo por erradicar esas nocivas maniobras, así
como para mejorar el plan de venta de los productos de Aerolíneas,
puede resultar inválido si no se supera el conflicto con APTA o
si la SEPI no accede a seguir cubriendo el millonario déficit mensual
de la compañía, aunque sea hasta que la transforme en atractiva
para un nuevo inversor.
LOS
PLANES DE LA SEPI, SEGUN DIPUTADOS ARGENTINOS
Quieren
irse cuanto antes
Pedro
Ferreras, titular de la SEPI, reconoció ante la pluripartidaria
comitiva de legisladores argentinos que viajaron a Madrid la semana pasada
su intención de retirarse cuanto antes de Aerolíneas Argentinas,
entre otras razones, por la presunta renuencia del gobierno de José
María Aznar y el Parlamento español a seguir aportando fondos
para sostener la compañía. Los legisladores conversarán
esta tarde con Carlos Bastos, ministro de Infraestructura, sobre esta
situación y reclamaron una audiencia con Fernando de la Rúa
para hacer lo propio.
La diputada y dirigente del gremio de las azafatas, ex frepasista, Alicia
Castro, el radical Alejandro Nievas, el conservador mendocino Gustavo
Gutiérrez, el menemista Teodoro Funes y el hombre del Frepaso José
Vitar, viajaron a España para promover alguna solución al
conflicto, que incluya la participación de los parlamentarios españoles
y, en lo posible, del propio Aznar.
El tema debe ser asumido por el gobierno español, exige
Castro, quien planteó en España su idea de que Aerolíneas
puede venderse y rediseñar su estrategia en base a alianzas con
otras compañías de la región. Pero los funcionarios
hispanos sólo prometieron elevar el tema ante el Consejo de Ministros,
sin que esto signifique que será asumido formalmente por la máxima
instancia de gobierno como una cuestión de estado a estado.
En su periplo madrileño, los legisladores también alertaron
a sus pares acerca de las presuntas maniobras que habrían realizado
los administradores ibéricos, y que configurarían vaciamiento.
Castro presentó ante la Oficina Anticorrupción una denuncia
acusando a los españoles de transferir a Iberia las rutas europeas
que correspondían a Aerolíneas.
Esa presentación también consigna que préstamos tomados
por los administradores ibéricos a tasas de alrededor del 4 por
ciento anual, eran transferidos luego al balance de Aerolíneas
a un interés del 14 por ciento anual: la diferencia entre un interés
y el otro fue mellando las cuentas de la aerolínea de bandera.
La Oficina Anticorrupción aún no se pronunció sobre
este trámite, cuyo contenido los diputados se ocuparon de ventilar
ante sus colegas españoles.
Hoy a las 18 el quinteto pluripartidario volverá a analizar la
situación de Aerolíneas junto a Bastos y el nuevo subsecretario
de Política Aerocomercial. Poco antes, expondrán en una
conferencia de prensa en el Congreso el resultado de la gira.
Rechazan
quite de personería a APTA
El
procurador general del Trabajo, Eduardo Alvarez, aconsejó
a la Cámara laboral que rechace la pretensión del
Gobierno de quitarle la personería gremial a la Asociación
de Técnicos Aeronáuticos (APTA), la entidad que se
niega a suscribir el acuerdo que reclaman las autoridades españolas
de Aerolíneas Argentinas para destrabar el aporte de capitales.
Fuentes judiciales precisaron que el rechazo del fiscal se refiere
sólo a una medida cautelar pedida por el Ministerio de Trabajo,
pero no al fondo de la cuestión.
Si la Cámara del fuero laboral siguiera el criterio recomendado
por el procurador, se diluiría la táctica elaborada
por la ministra Patricia Bullrich, que a través de la descalificación
gremial de APTA, conducida por Ricardo Cirielli, buscaba dejarla
al margen de las negociaciones. La presentación del Ministerio
de Trabajo recayó en la Sala X de la Cámara laboral,
y el dictamen del fiscal no es vinculante.
Aunque no resuelva la cuestión de fondo, un rechazo de la
medida cautelar por parte de la Cámara le permitiría
a Cirielli mantener la representación gremial por lo menos
por dos meses, lo que demoraría el engorroso trámite
de resolver la quita de la personería gremial.
Conforme a la opinión de abogados laboralistas, la intención
de Bullrich no tiene sustento legal y, en medio de una negociación
en la que APTA sostiene la posición más dura, una
medida de tal naturaleza no podría ser leída de otra
forma que como una persecución gremial.
La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, organismo del
gobierno de España que sustenta la mayoría accionaria
de Aerolíneas, exige que APTA se allane a firmar el acuerdo
que ya aceptaron otros cinco gremios para modificar sus normas convencionales
(condiciones de trabajo) o bien acepten un arbitraje como el gremio
de Aeronavegantes (Alicia Castro). Esa es la condición impuesta
para destrabar el conflicto y garantizar la estabilidad laboral
y la continuidad de la empresa, lo que obligaría a la SEPI
a hacer un aporte de capital para compensar el déficit operacional
y cubrir, al menos, las deudas más urgentes. Entre ellas,
las más acuciantes son las de salarios (esta semana completaría
los de abril y pagaría parcialmente los de mayo) y combustible
en los destinos no abastecidos por Repsol YPF, única empresa
que les sigue asegurando el abastecimiento en cuenta corriente.
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