Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


Un juicio con 36 concejales y dos ex intendentes en el banquillo

Se trata de ediles (16 de ellos en actividad) y funcionarios del partido de San Martín, a punto de ser sometidos a juicio oral. Están acusados por la mala refinanciación de una deuda.

Dicen que durante el 2001 hacia el norte del conurbano bonaerense no habrá juicio más ruidoso que el que se desarrollará en los tribunales de San Martín: dos ex intendentes, 35 concejales, 16 de ellos en actividad, están acusados de “administración fraudulenta” y “abuso de autoridad”. Así lo determinó la investigación de un grupo de ocho fiscales que llegaron a la conclusión de que los ex jefes comunales justicialistas Antonio Libonatti y su sobrino, Pablo Landolfi, junto a 35 ediles burlaron las arcas del Estado provincial al votar dos refinanciaciones de una deuda con la empresa Víctor Gualtieri. Los funcionarios procesados sancionaron dos refinanciaciones en favor de Gualtieri: de esa manera llevaron una deuda de tres millones de pesos a 28 millones, cuando el máximo posible, de acuerdo a la ley de saneamiento fiscal, hubiera sido como mucho diez millones, en cómodas cuotas.
La historia de la causa se remonta al año 1993, cuando el municipio de San Martín contrató a Gualtieri para que desarrollara el plan de pavimentación de calles. El monto establecido fue de tres millones. Sin embargo, en la caótica administración de Libonatti –quien terminó yéndose expulsado de su gobierno y luego quedó fuera de él por un pronunciamiento de la Suprema Corte bonaerense–, esa cifra nunca llegó a ser pagada por el Estado. De allí que en 1996, por un norma del intendente, que bajó como propuesta legislativa, los concejales votaron por unanimidad la refinanciación. Sucede que en ese entonces ya estaba en vigencia la ley 11.756, de saneamiento fiscal, que pretendía limpiar las vapuleadas cuentas de los municipios de la provincia. Esa norma imponía determinada manera de calcular los intereses, que no se respetaron, según los fiscales, en la refinanciación.
Sólo que la empresa siguió sin cobrar a tiempo, con lo cual, el hombre que reemplazó a Libonatti tras su escandalosa retirada –nada menos que su sobrino Pablo Landolfi– volvió a llevar una norma especial al Concejo Deliberante para refinanciar nuevamente la vieja deuda con la constructora que más obras hizo en la provincia durante la administración Duhalde. Gualtieri pudo exigir entonces, ya con el actual intendente, la suma de 31 millones de pesos, gracias a las dos refinanciaciones votadas por concejales de la Alianza y el PJ. Ricardo Ivoskus, el actual intendente, ofreció diferentes vías de negociación a los representantes de Gualtieri; todo fue en vano. Gualtieri exigió que se respetara lo que por unanimidad habían votado en dos oportunidades los ediles. Apoyado en la ley 11756, Ivoskus decidió llevar al Concejo Deliberante, esta vez una ordenanza para declarar las dos normas en cuestión “ilegales” e “ilegítimas”. Incluso, varios de los concejales que antes había votado la refinanciación, ahora hicieron lo contrario.
Fue por ello que Gualtieri le inició una causa por “desbaratamiento de derechos acordados y abuso y usurpación de autoridad” a Ivoskus. Los fiscales determinaron, investigando esa denuncia, que en realidad los dos ex intendentes, el ex secretario de Obras Públicas Jorge Rafael y 36 concejales habían incurrido, según la acusación, en “administración fraudulenta en concurso real con abuso de autoridad”. Esa es la causa que ahora tiene en sus manos, comprobando los últimos detalles de legalidad de los procedimientos, el juez de Garantías Juan Carlos Sorondo, ante quien los fiscales elevaron el pedido de juicio oral. El único paso que falta es el sorteo del Tribunal Oral que tendrá a cargo el desarrollo del debate, en un recinto que deberá ser por lo menos amplio para albergar a los acusados.

 

PRINCIPAL