El
tenis argentino perdió ayer a sus dos últimos representantes
en el torneo de Roland Garros, Franco Squillari y Guillermo Cañas,
tras ser ambos eliminados en partidos por octavos de final ante el estadounidense
Andre Agassi y el australiano Lleyton Hewitt, respectivamente. En tanto,
el brasileño y favorito Gustavo Kuerten abrirá hoy los encuentros
por semifinales frente al ruso Yevgueni Kafelnikov.
Cañas había dejado aplazado el pasado domingo, por falta
de luz, su partido con un resultado a favor de Hewitt de 3-6, 6-7 (4-7),
6-2, 6-3 y 4-2. Ayer terminó de perder el último set por
6-3. Squillari, por su parte, tuvo sus opciones ante el número
tres del mundo, pero acabó perdiendo por 4-6, 6-2, 6-4, 1-6 y 6-0.
En ambos casos, el cansancio fue el elemento decisivo. Aunque Cañas
más bien apuntó a que esa fatiga fue mental, después
de cuatro horas y doce minutos de combate prolongado durante dos días.
Siento que me pesó la inexperiencia, la falta de hábito
de jugar tantos partidos intensos. A medida que pasaban los días,
me ponía más y más nervioso, un montón de
cosas pasaban por mi cabeza para sumarse como un desgaste extra,
explicó Cañas luego de la derrota. Creo que jugué
bien casi todos los puntos, pero Hewitt no cometió errores,
agregó.
Una hora después, Squillari se enredaba en una especie de combate
de demolición con Agassi: No, no me sentí dominado
o impotente, pero él es un jugador que te desgasta. Devolvió
tan fuerte como yo enviaba siempre. Si aguanta físicamente, le
veo chances serias de ganar el torneo.
El encuentro entre Squillari y Agassi fue tremendamente duro, tres horas
de batalla en el que uno y otro pasaron por euforias y crisis. Ya desde
el primer juego, una batalla de doce minutos con siete posibilidades de
break para Squillari, el encuentro quedó marcado como un combate
de potencia y táctica combinados en el que a la postre ganó
el más fuerte y experimentado. Squillari sorprendió a Agassi
en el primer set con sus potentes golpes, pero luego éste empezó
a devolver palo por palo para igualarlo, derrotando a su rival con sus
mismos argumentos. Los dos siguientes sets fueron cómodamente para
el estadounidense, que incluso se confió un poco.
Lo vi relajado al final del tercero, cambié el aire y me
le fui arriba para ganar el cuarto. Sentí que otra vez podía
llevarme el partido. Comenzó el quinto y yo me sentía bien,
pero dudé en mi saqué y me pasó por arriba, tenía
un ritmo impresionante, apuntó Squillari sobre el rival.
En efecto, el quinto set resultó sorprendente tras lo visto en
la previa: el argentino no fue capaz de sumar ningún game.
En cuanto a los juniors, la argentina Gisella Dulko accedió a los
octavos de final, tras batir a la rusa Galina Voskoboeva por 6-4, 1-6
y 6-1.
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