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Ni paz ni guerra en los territorios palestinos

El líder espiritual de la organización fundamentalista Hamas rechazó ayer el cese del fuego anunciado por Yasser Arafat, mientras EE.UU. pedía a Ariel Sharon que contuviera una eventual respuesta militar hasta que George Tenet, director de la CIA, llegue a la región.

El líder espiritual de
Hamas,el jeque Ahmed Yassin.
Desmintió que su agrupación
acataría la tregua de Arafat.

Un cese al fuego es problemático cuando nadie está muy de acuerdo en qué consiste. Ese es el dilema del premier Ariel Sharon, quien debe equilibrar las interpretaciones contradictorias en Israel y el exterior acerca de la tregua que Yasser Arafat declaró el sábado. Por un lado, esa tregua, pese a ser muy imperfecta, efectivamente disminuyó la violencia en los territorios. Pero la cantidad de manifestaciones en Ramalá o en Gaza no es puede de ningún modo medir lo único que le importa al gobierno de Sharon: el grado en que Arafat puede asegurar el fin de los ataques terroristas. Así, el premier israelí entregó ayer a la Autoridad Palestina una lista de 300 dirigentes terroristas que debían ser arrestados. Si no lo hacían, era la no muy implícita amenaza, lo haría Israel. Precisamente, el líder de Hamas, el jeque Ahmed Yassin, rechazó ayer cualquier tregua como “una bandera blanca”. Sin embargo, Washington pidió al premier que no hiciera nada hasta que el jefe de la CIA, George Tenet, llegara hoy a la zona. Con la represalia vetada, ayer Sharon tuvo que recurrir a lo que siempre desdeñó: las declaraciones por sobre la acción.
“Arafat es un asesino y un mentiroso patológico... No es un jefe de Estado: había algunas personas que esperaban que se comportara como tal, pero sólo actúo como un cabecilla de asesinos y terroristas.” Estas declaraciones a la cadena rusa NTV podían parecer el preludio para el apocalipsis sobre Cisjordania y Gaza. Pero podría ser todo lo contrario: una jugada para postergar, al menos, ese apocalipsis. Primero, porque hasta ahora sus represalias (como los bombardeos con F–16) nunca fueron anunciadas por escaladas retóricas. Segundo, porque otros miembros del gobierno hicieron declaraciones que iban en sentido contrario a las condenas del premier. Shimon Peres, sin ir más lejos, concedió que “los palestinos han realizado un comienzo serio para implementar un alto al fuego, si bien se necesitarán semanas para verificar su efectividad”. El ministro de Defensa Benjamin Ben–Eliezer, de su lado, emitió un breve comunicado donde anunciaba que “tras la significativa reducción de los ataques palestinos, he decidido permitir la entrada y salida sin restricciones de combustible, gas y alimentos en los territorios”, con lo que se aligeraba el “bloqueo estricto” decretado tras el atentado del viernes.
Peres y Ben–Eliezer son, por supuesto, miembros del Partido Laborista. Pero esto significa exactamente lo contrario a lo que podría parecer a primera vista. No es que Sharon se alinee con su partido Likud contra las “palomas” del gabinete sino que tiene que apoyarse en estas palomas para resistir los ataques internos desde ese mismo partido. En parte, su motivación es muy pragmática y personal. Es que Benjamin Netanyahu, el ex premier a quien le arrebató la candidatura para premier en las elecciones de febrero, intenta recuperar el liderazgo del Likud liderando el poderoso sector que exige represalias inmediatas y totales contra los palestinos. “La moderación es señal de debilidad”, le espetó al premier el parlamentario Yisrael Katz, en tanto que Yuval Stenitz, asesor teórico de Netanyahu, consideró que “la demora la da a Arafat el tiempo para escaparse de las consecuencias del ataque”. Otros políticos del Likud difundieron rumores en los medios de que Sharon usa maquillaje para disimular su edad y que siempre tiene que dormir una siesta a la tarde.
Sharon afirma que su moderación se debe lisa y llanamente a la necesidad de ganar “la batalla diplomática”. En efecto, hasta ahora la opinión en el exterior sobre el cese al fuego palestino, especialmente en Estados Unidos, pesa tanto o más para el premier como la opinión en Israel. Y Sharon no podía ignorar que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, le pidiera ayer que “no efectuara acciones militares y de tiempo a los palestinos para que actúen contra el terrorismo”. Y la persona que juzgará si Arafat lo está haciendo es George Tenet, quien recién hoy llegará hoy a la región para reunirse con responsables de seguridad palestinos. Pero Powell también exigió que Arafat “arreste a los responsables del terrorismo”. Esos responsables, como los portavoces deHamas ayer en Cisjordania y Gaza, siguen, por eso, teóricamente en capilla.

 

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