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Martínez tiene su propio megacanje
para dar subsidios por desempleo

El secretario Pyme presentó un plan para alentar el consumo. El que recibe asistencia debería integrarse a clubes de trueque.

Idea. Implementar un seguro de desempleo de 250 pesos para un millón de desocupados jefes de hogar que tengan entre 18 y 24 años por un año.

Enrique Martínez, secretario Pyme.
Plan para reactivar el consumo.
Propone duplicar el salario mínimo
y vital –a 400 pesos–.

En medio del debate sobre las medidas que deberían tomarse para reactivar la economía, Enrique Martínez, secretario de la Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme) propuso ayer dos iniciativas que hasta ahora no figuran en el menú de su jefe, Domingo Cavallo: duplicar el salario mínimo y vital –a 400 pesos– y la implementación de un seguro de desempleo de 250 pesos para un millón de desocupados jefes de hogar que tengan entre 18 y 24 años por el lapso de un año. Según Martínez, esa inyección de fondos, de unos 6100 millones de pesos anuales, serviría para acelerar la salida económica. “El proyecto no tiene ningún flanco débil ya que ni siquiera representa un costo fiscal, sino todo lo contrario”, señaló el funcionario en diálogo con Página/12.
El lanzamiento del plan por parte de Martínez tiene como principal objetivo aumentar el nivel de consumo de los sectores de menores recursos. “Desde 1993 viene bajando el consumo por falta de ingresos y eso se evidenció el año pasado, con un pérdida de consumo global de unos 7500 millones de pesos”, estimó. Ahora, el secretario Pyme buscará apoyo político para que la propuesta se haga realidad. A comienzos de la próxima semana, por caso, presentará la idea ante el bloque de diputados de la Alianza. “El ministro Cavallo me pidió que me ocupara de los sectores marginales de la economía. Este es un aporte”, dijo Martínez a este diario.
Hasta ahora, los planes para incrementar los salarios mínimos fueron muy resistidos por la parte empresaria. De hecho, las centrales sindicales fracasaron toda vez que convocaron a la Mesa del Salario Mínimo, encargada de fijar la remuneración base, que se encuentra en 200 pesos desde julio de 1993. La misma suerte corrió cada propuesta para subsidiar masivamente a los desempleados. ¿La razón?: la Argentina no está en condiciones fiscales de solventar esa erogación. No obstante, el plan oficial estipula que si bien el Estado debería desembolsar unos 3000 millones anuales para hacer frente a los seguros de desempleo, éste se vería parcialmente compensado con los 1800 millones que, según Martínez, ingresarían al fisco dada la mayor actividad económica. A su vez, existe una condición que deberán cumplir quienes reciban el subsidio: capacitarse e integrarse a clubes de trueque u otros organismos “con voluntad productiva”, con el objetivo de reinsertarse en el mercado laboral.
Respecto del aumento en el salario mínimo, Martínez propuso la emisión de un bono por 3000 millones de dólares que permitirá financiar ese incremento a los empresarios Pyme, que podrían devolver el préstamo con facilidades. Según últimos datos del Indec, existen casi tres millones de trabajadores que ganan por debajo de 500 pesos mensuales. Y, de acuerdo a cálculos de la secretaría Pyme, existe otro millón que dispone de ese salario, pero trabaja “en negro”. Para modificar esa situación, la iniciativa oficial contempla que, durante dos años, el Estado comparta con los empleadores las cargas sociales de los empleados. “Es lo que se aplicó en Francia con mucho éxito”, sostuvo Martínez. “Se intentaría quebrar la complicidad entre empleado y empleador cuando se pagan parte de los sueldos ‘en negro’ para evadir los aportes”, añadió el funcionario.
Por otra parte, la propuesta incluye la coordinación de programas de “promoción de microemprendimientos” con la cartera laboral y el Ministerio de Desarrollo Social por un total de 450 millones de pesos. “Después de casi tres años de recesión, es inevitable ocuparse de la demanda orientada a las Pymes”, señaló Martínez a Página/12.
Además, entre las acciones complementarias que se pondrán en marcha figuran la obligatoriedad del uso de la factura de crédito conformada, la promoción de centros comerciales a cielo abierto y un proyecto de ley para que, al igual que sucede en los Estados Unidos desde hace dos décadas, los bancos destinen fondos, en relación a los préstamos que otorgan, a los sectores de menores recursos.

 


 

FALTA DE INVERSIONES EN TRANSPORTE Y GENERACION
El apagón, otro riesgo país

Empresarios del sector eléctrico agregaron su voz a la preocupación ya expresada por el Senado nacional respecto de una probable emergencia en el suministro por falta de inversiones en pocos años más. El fantasma de los apagones en California (Estados Unidos) y en Brasil empieza a recorrer territorio argentino, a medida que se toma conciencia de que la demanda no podrá seguir retenida como hasta ahora si algún día se deja atrás la depresión económica, y la oferta no estará asegurada en tanto continúe confiada a las respuestas del mercado.
Según estimaciones privadas, el sistema eléctrico podría entrar en emergencia en Argentina en el año 2004 por falta de inversiones, en especial en el segmento del transporte. “El mercado sólo soluciona el problema en aquellos lugares en donde es rentable invertir”, señaló ayer el presidente de Transener, Silvio Resnich. El titular de la concesionaria de la red troncal de transporte eléctrico señaló que, para el resto -áreas no rentables–, se necesitan “políticas activas del gobierno”, estableciendo las prioridades y facilitando “algún tipo de financiamiento”. “Si hubiese primado el criterio de libre mercado, emprendimientos como, por ejemplo, el tren de Bariloche o la ruta nacional 3 nunca se hubiesen concretado”, ejemplificó.
Resnich indicó que el país tiene una capacidad de generación un 50 por ciento superior a su consumo, pero que no puede exportar ni volcar totalmente al mercado interno por falta de líneas de transmisión. “Estamos exportando 1000 Mw y hay autorización para otros 2200, pero no están las líneas y, además, el sistema nacional se descompensaría pues no está preparado”, señaló el directivo de Transener. También refirió que se sufre la falta de inversión en el segmento de generación. “No hay ningún pedido de máquinas generadoras, y la concreción de cualquier proyecto de generación necesita una previsión de no menos de tres años”, apuntó.
Teniendo en cuenta un crecimiento mínimo del tres por ciento anual del PBI, según la estimación de Resnich el consumo eléctrico aumentaría un 8 por ciento anual. Conforme a las actuales restricciones en generación y transporte, calculó Resnich, se corre el riesgo de enfrentar un colapso eléctrico en 2004.
Por su parte, el secretario de Energía, Alejandro Sruoga, adelantó durante una reunión con legisladores de la Cámara Baja que se están estudiando alternativas para modificar el sistema de exportación de electricidad, ya que su actual diseño provoca una fuerte suba en las tarifas en el suministro para las provincias exportadoras. Según señalaron algunos diputados al término del encuentro, las respuestas del funcionario resultaron “poco satisfactorias” ya que, al parecer, no tiene aún definidas las alternativas probables.
El debate tuvo lugar en el seno de la comisión de Energía y Combustibles de la Cámara de Diputados, que preside el radical Víctor Fayad. Según se señaló en la reunión, la provincia más perjudicada por el efecto de las exportaciones sobre sus tarifas internas es la de Misiones, seguida por las de Formosa y Neuquén.

 

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