Por A. D. B.
Después de un fin de
año para el olvido, la crisis en River todavía continúa
en este 2001. Apenas cinco meses después de renovar su vínculo
por un año con la entidad de Núñez, el técnico
Américo Gallego dejó ayer de ser el entrenador del equipo.
La decisión ya la tomaron los dirigentes, así que
después del entrenamiento abandonó la dirección técnica
de River, y mañana (por hoy) mi representante arreglará
todo lo referente al aspecto económico, anunciaba Gallego
exactamente a las 16.19 de ayer, en una de las puertas de acceso al campo
de juego del estadio Monumental. Ahora la disputa está centrada
en quién será su reemplazante: los principales candidatos
son Ramón Díaz y Daniel Passarella.
La debacle futbolística de River, que en menos de una semana quedó
eliminado de la Copa Libertadores, y el martes pasado quedó casi
sin chances de consagrarse en el torneo Clausura luego de perder 3-2 ante
Huracán, fue el desencadenante fundamental para que los máximos
responsables de la institución se volcaran por esta determinación.
Las elecciones presidenciales que se desarrollarán a fin de año
también actuaron como disparador para que los dirigentes intenten
un cambio de rumbo, y de esa forma tratar de permanecer al frente del
club.
En ese marco, en el transcurso de la tarde los dirigentes consultaron
a los candidatos a ocupar el lugar del presidente David Pintado. Por un
lado, Hugo Santilli y José Aguilar aprobaron la llegada de Ramón
Díaz, pero el vicepresidente Alfredo Davicce se inclinaría
por la asunción de Daniel Passarella. Para que se concrete esta
posibilidad, habrá que ver cómo toma Passarella, que es
amigo de Gallego, este accionar de los directivos.
La resolución sobre el alejamiento de Gallego comenzó precisamente
en la noche del martes. Después del encuentro en Parque Patricios,
los dirigentes se dirigieron hacia un restaurant de Belgrano, en donde
se llegó a la conclusión final. En el mediodía de
ayer, le comunicaron la novedad a Roberto Rodríguez, representante
del entrenador.
Como estaba estipulado, Gallego llegó al estadio pocos minutos
después de las 15.30 para conducir el entrenamiento, pero primero
subió al primer piso del estadio, donde se encontraban las principales
autoridades. Y cuando todos esperaban que mantendría un largo diálogo
con ellos, Gallego sólo les avisó que Rodríguez se
acercaría hoy al club para acordar temas económicos. Antes
de iniciar la práctica, Gallego le comunicaba los hechos a un grupo
de periodistas.
Cuando todos los jugadores se encontraron en el estadio, Gallego los reunió
en un costado para ponerlos al tanto de los acontecimientos. Junto a Gallego,
también se marcharían el ayudante Patricio Hernández
y el preparador físico Gabriel Macaya. Sin embargo, Hernández
señaló anoche que oficialmente, a mí nadie
me dijo que no sigo trabajando en River.
Un poco después de las 18 comenzó oficialmente la reunión
de Comisión Directiva en medio de un clima tenso. En ese momento,
Pintado amagó con retirarse después de presentar la renuncia.
Inmediatamente, sus más cercanos colaboradores lo hicieron dar
marcha atrás.
En medio de todo el desconcierto que se vivió ayer en el estadio
Monumental, circuló la versión de que hoy Gallego dirigirá
el entrenamiento vespertino para despedirse definitivamente. Inclusive,
trascendió que los otros miembros del cuerpo técnico, le
pedirán a Gallego que conduzca al plantel el domingo, en el encuentro
ante Lanús, para terminar el Clausura. Esto se debe a que River
aún tiene posibilidades de acceder al título, en un partido
final con San Lorenzo. De lo contrario, el brasileño Delem estará
en el banco de suplentes.
Para hoy está anunciada una conferencia de prensa de Gallego. Un
adiós anunciado.
Se va un gran
tipo
Mientras Eduardo Coudet lamentó la salida de Américo
Gallego, Bernardo Romeo insistió en que el Clausura aún
no está definido.
Se va un gran tipo que tuvo un gran feeling con el plantel
opinó Coudet. Duele, porque era alguien que estaba
dentro del grupo y no se va de la mejor manera. Coudet admitió
que todavía hay chances matemáticas y vamos
a dar pelea hasta el final, pero es muy difícil que se le
escape a San Lorenzo.
Sabemos que sacamos una diferencia importantísima,
pero cualquiera te puede ganar se atajó el goleador
sanlorencista. ¿El gol de Huracán que gritamos?
Aunque Huracán sea el eterno rival de San Lorenzo, era un
gol para gritarlo toda la vida aseguró el delantero.
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RAUL
ESTEVEZ, TITULAR INDISCUTIDO EN SAN LORENZO
No hay que festejar todavía
Por Ariel Greco
Con el correr de los partidos,
Raúl Estévez se convirtió en una de las figuras de
este San Lorenzo casi campeón. De ser suplente durante el ciclo
de Oscar Ruggeri, ahora se convirtió en titular indiscutido. Sus
desbordes por la punta derecha son una de las armas predilectas de la
maquinaria que armó el ingeniero Manuel Pellegrini, que convirtió
a un equipo con profundas dudas anímicas en una formación
casi imbatible. A un paso de lograr su primer título como profesional
en el club del que es hincha, Estévez analiza las virtudes que
dejaron a San Lorenzo en esa posición privilegiada, aunque aclara
que todavía no es tiempo de festejar. Claro que sobre todas las
cosas reconoce a Pellegrini como el principal responsable del actual presente.
¿Ya se sienten campeones?
No, todavía falta. Hay que jugar la última fecha y
es una final más. Estamos muy cerca, pero no nos podemos desconcentrar.
A lo largo del año fuimos paso a paso y nos dio resultados, por
eso no tenemos que cambiar. Aún falta la final, no hay que festejar
antes de tiempo y sólo hay que estar concentrados.
¿Cuáles son las claves que los llevaron a este lugar?
Acá se trabaja mucho durante la semana, hay humildad y se
juega al fútbol. No hay ningún secreto.
Además de ser jugador, sos hincha fanático de San
Lorenzo, ¿alguna vez te imaginaste gritando de esta manera un gol
de Huracán?
Y bueno, no. Pero acá estaba en juego un campeonato, todo
el trabajo de este año. Yo tenía confianza porque los jugadores
de Huracán son de primerísimo nivel y lo demostraron. Como
los chicos de Boca contra nosotros, los futbolistas sacaron su orgullo
y dejaron todo para ganar.
¿Se te puede considerar un jugador recuperado por este cuerpo
técnico?
Le tengo que estar agradecido a Pellegrini. Con su llegada me dio
confianza y la titularidad, algo que me venía faltando. Por suerte
le pude responder en la cancha, aunque fue sencillo porque siempre me
sentí respaldado por el cuerpo técnico.
¿Cuál es el secreto de Pellegrini?
De todos los técnicos que me dirigieron, nunca tuve uno igual.
Es un profesional bárbaro, no es verso. Es claro en lo que pretende
de cada uno, entonces cada jugador sabe cuál es su rol. El eligió
un equipo, lo respaldó y respetó el buen momento de cada
futbolista. De esa manera consiguió darle confianza al plantel,
pero que nadie se sintiera intocable o imprescindible.
¿Es muy diferente al método de Ruggeri?
Sí, es muy distinto. No digo que uno sea mejor que el otro,
pero a nosotros nos dio mejores resultados la disposición de Manuel.
Con Oscar se hacían demasiados cambios, tanto de jugadores como
de sistema. A veces se defendía con tres, otras con cuatro. Creo
que a la larga eso nos quitaba confianza y nos hacía perder puntos.
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