Por Adriana Meyer
Pocos apostaban a semejante
desenlace en la causa sobre la venta de armas. Aunque aún no cayó
el telón, ayer se jugó uno de los capítulos más
importantes de la obra. El juez federal Jorge Urso, uno de los protagonistas
que ahora aspira a ser miembro de la Corte Suprema, según pudo
establecer este diario, se sintió por momentos dentro de una película.
La audiencia pareció haber sido montada por un escenógrafo,
cada uno estaba en su sitio, comentó a Página/12 uno
de sus colaboradores. Pero, ¿cómo sigue esta historia?
1 ¿Cuáles son los próximos pasos en la investigación?
Aunque los tiempos se precipitaron, el magistrado resolverá
antes de diez días la situación procesal de Antonio Erman
González, Guido Di Tella, Martín Balza y Carlos Menem. Seguramente
los procesará con prisión preventiva por considerarlos jefe
y organizadores de una asociación ilícita. Ahora es
tiempo de escribir, indicaban ayer los investigadores.
2 ¿Cuánto tiempo estará detenido el ex presidente?
Como no está en una celda común no dibujará
palotes por cada mes transcurrido. Eligió una cómoda quinta
en Don Torcuato, de donde el juez lo mudará en breve, porque sabe
que le queda un largo rato encerrado. Hasta el procesamiento serán
pocos días. Luego se abre el período de las apelaciones,
que puede durar varios meses. De no mediar una jugada de la Corte Suprema,
Menem llegará encarcelado hasta el juicio oral, cuya concreción
puede demorarse si se anexa a la causa principal la investigación
sobre la explosión de Río Tercero. Si Menem llega al banquillo
de los acusados y es condenado como jefe de asociación ilícita,
recibiría una pena que va desde los cinco hasta los diez años
de cárcel. Muchos más serían si se le suman más
cargos, y más aún si fuese condenado por Río Tercero.
3 ¿Habrá conexión con la causa de Río Tercero?
En esa ciudad cordobesa ocurrieron dos explosiones en la fábrica
militar, en noviembre de 1995, que provocaron siete muertos y un centenar
de heridos. Según las hipótesis, habrían servido
para ocultar el faltante de explosivos, proyectiles y de documentación
referida a los embarques de cañones a Croacia, que fueron maquillados
en ese establecimiento. Las autoridades de la fábrica están
procesadas y a punto de ser juzgadas en proceso oral y público.
Sin embargo, Urso y Stornelli sostienen que hay muchas razones de
conexidad y estudian pedir copias del expediente para agregar los
hechos de Río Tercero a la causa madre. José María
Pérez Villalobo, integrante del Tribunal Oral que se quedó
con la causa, dijo hace un mes que está latente la
posibilidad de que aparezcan elementos que la unifiquen con la que instruye
Urso. Y el fiscal de ese tribunal, Miguel Risotti, mantuvo contactos con
Stornelli.
4 ¿Cuál es la consecuencia más importante de este
eventual agregado?
Que Menem y la banda que está acusado de haber liderado podrían
ser juzgados también por homicidio múltiple, además
de recibir los cargos de falsedad ideológica e integrantes de una
asociación ilícita.
5 ¿Cuándo tendrá lugar el juicio oral?
Los investigadores calculan que tardarán un año o un
poco más en elevar la instrucción a juicio oral. Aunque
admiten que es difícil predecirlo porque depende de varios factores.
Resueltas las situaciones procesales de los 46 imputados, y pasada la
etapa de las apelaciones de los últimos famosos indagados, profundizarán
la investigación de la ruta del dinero y la causa paralela por
enriquecimiento ilícito de los imputados y podrían anexar
Río Tercero. La presión política y la enorme trascendencia
del caso podrían demorar el juicio oral, lo que ocurrió
en los casos Cabezas y está pasando con la causa referida al atentado
a la AMIA. Sin embargo, los juicios a José Manuel Pico, Francisco
Trovato y Eduardo Angeloz tuvieron lugar relativamente cerca del final
de la instrucción.
6¿Qué pasará con Alberto Kohan?
Está citado como testigo para el 9 de agosto pero recientes declaraciones
en el expediente podrían transformar esa citación en indagatoria.
La ex primera dama Zulema Yoma lo sindicó como el canciller
en las sombras del gobierno de Menem. El denunciante Ricardo Monner
Sans pidió que se lo cite por los dichos de Domingo Cavallo, que
afirmó en uno de sus libros que cuando se enteró del escándalo
de las armas por los diarios visitó a Menem. El
Presidente me contestó que él entendía que, si existía
la triangulación era responsabilidad de las empresas privadas y
no del gobierno, y Kohan agregó con picardía que si esas
armas no las vendíamos nosotros las hubiera vendido otro,
afirmó Cavallo en El peso de la verdad. Además, lo implicaron
los dichos del ex jefe del Ejército Martín Balza y del vendedor
de armas Horacio Calderón.
7¿El ministro de Economía Domingo Cavallo seguirá
siendo el gran ausente?
Los investigadores sostienen que su firma en los decretos que posibilitaron
la maniobra de venta de armas no es suficiente para imputarlo e interrogarlo
como sospechoso. Sin embargo, no dudan en afirmar que si aparece
una sola prueba más lo llamamos. De todos modos, admiten
que los condiciona el hecho de que una eventual citación al ministro
podría causar un efecto negativo en la ya vapuleada marcha de la
economía, aún más que haber indagado y encarcelado
por primera vez en la historia a un ex presidente.
8¿A qué aspira Urso?..........
Primero, a bajar la tensión de los últimos días.
Ayer se levantó a las cinco de la mañana, desayunó
sólo con la compañía de su gato y fue el primero
en llegar al juzgado, poco después de las seis. Dicen sus allegados
que cuando le dijo a Menem que quedaba detenido no le tembló la
voz, como sí le pasó con Balza. Durante la jornada recibió
muestras de adhesión. Su secretario privado llenó varias
páginas de llamados de apoyo y su madre se cansó de atender
el teléfono, porque a ella pertenece el número que figura
en la guía. Cuando el ex presidente abandonó los tribunales,
Urso se encontró exhausto y con una tensión que no podía
descargar. Pocas horas después regresó al hogar con el objetivo
prioritario de ver a sus cinco hijos. Cumplí una meta profesional,
pero todavía me falta, dicen que dijo antes de abandonar
Comodoro Py. ¿Qué le falta? Urso aseguró en varias
ocasiones ante su gente de confianza que compró sillones nuevos
de cuero rojo estilo Chesterfield porque quiere seguir en
ese despacho ejerciendo la magistratura. Uno de sus más estrechos
colaboradores aseguró a Página/12 que el juez no tiene aspiraciones
políticas pero sí de llegar al cargo más alto en
la carrera judicial: ser ministro de la Corte Suprema. Por ahora, sin
embargo, Urso continuará en el juzgado que queda en el cuarto piso
de los agitados tribunales federales de Retiro, ubicados en la avenida
Comodoro Py 2002, donde las ventanas dan al poniente y cada objeto tendrá
un valor histórico, por la escena de ayer. El magistrado estaba
sentado en el sillón de su propio despacho, que rara vez es usado
para tomar indagatorias, decorado con madera, biblioteca, fotos familiares,
una máquina destructora de papeles y algunas armas. Menem estuvo
sentado frente a él en una silla de madera repujada, y a ambos
lados se situaron los defensores Oscar Roger y Mariano Cavagna Martínez.
Al costado del juez estuvieron los escribientes y su secretario Juan Martín
Hermida. Al lado de Cavagna, cerca de un biombo que cubre una de las salidas,
se ubicó el fiscal Stornelli, y en los sillones nuevos se sentó
su secretario Hernán de Llano. La imagen que Urso sueña
recordar algún día desde la Corte Suprema.
EL
ESCRITO QUE LE PRESENTO MENEM AL JUEZ URSO
Descargo con autoelogio
Por A. M.
La misión más
delicada de los jueces es saber mantenerse dentro de su órbita,
dice el alegato que Carlos Menem entregó ayer al juez Jorge Urso
antes de negarse a responder las preguntas de la indagatoria. Además,
se quejó de la intempestiva anticipación de la audiencia
que, afirmó, lo coloca en situación de indefensión
que viola su derecho a la defensa en juicio consagrado por la Constitución
Nacional. Mariano Cavagna Martínez, uno de los defensores de Carlos
Menem, aclaró hoy que por ahora no pedirán la
excarcelación del ex presidente ni recusarán al juez. Pero
es seguro que recurrirán a la Corte Suprema como última
esperanza.
Menem juró ser totalmente ajeno a cualquiera de los hechos
investigados y agregó que en modo alguno puedo aceptar
que se le impute la condición de autor, partícipe,
encubridor o ideólogo (...) de una banda destinada a cometer delitos.
Realizó un autoelogio de su política exterior, que fue acertada
a poco que se analice cual a sido (sic) la línea seguida
por las actuales autoridades. Recordó que él levantó
el secreto de los tres decretos que posibilitaron la maniobra y recordó
que fueron actos de gobierno ajenos a la control de la Justicia.
Además, cuestionó indirectamente al juez por excederse en
su potestad jurisdiccional y vulnerar la separación
de poderes, y enfatizó que la legitimidad de los decretos está
dada por el origen de su cargo. Caso contrario, el control judicial
sobre el ámbito de las decisiones en materia de relaciones exteriores
transformaría a los jueces en miembros de una superlegislatura,
escribió Menem y estampó su firma en el escrito, junto con
sus defensores Oscar Roger y Cavagna Martínez.
Este abogado indicó que los pasos de la defensa serán definidos
cuando estemos en condiciones de tener un esquema defensivo completamente
armado, punteado el expediente y en condiciones de conocer acabadamente
las pruebas que constan en el expediente. Según consideró,
esto transita por la línea de que el presidente en el ejercicio
de sus facultades había tomado decisiones de Estado dentro de una
política de un país fabricante de armas que había
vendido tradicionalmente armas y las seguía vendiendo en ese momento.
Todo eso en el marco de la política internacional.
OPINION
Por Horacio Verbitsky
|
Abusos
El ex presidente Carlos Menem y los centenares de partidarios que
con toda libertad le expresaron su apoyo frente mismo a los tribunales,
atribuyen su arresto a una persecución política, que
comparan con la que padeció bajo la última dictadura
militar. Instados a precisar quiénes serían los perseguidores,
mencionan al denunciante Ricardo Monner Sans, al representante del
ministerio público Carlos Stornelli y al propio juez Jorge
Urso, quienes actuarían con encono personal. En esto último
coinciden con los familiares del general Martín Balza. Esta
sería la venganza de los dinosaurios contra el jefe del Ejército
que reconoció las atrocidades de la guerra sucia, que muy
bien conocía la sociedad que las padeció. Como ninguno
de ellos tiene relación con el gobierno también incluyen
entre los conspiradores a la ministra de Trabajo Patricia Bullrich,quien
dijo que la justicia tarda pero llega y que el de Menem fue el gobierno
más corrupto de la historia, otra obviedad tardía.
Veamos.
Es probable que a través de Monner Sans (un hombre con simpatías
socialistas) los sectores de la Inteligencia castrense fastidiados
con Balza hayan filtrado datos para la investigación. Lo
que habría que demostrar es que, además, fueran falsos.
En realidad, parecen todo lo contrario. Es cierto que Monner Sans
ha ido adelantando en declaraciones públicas lo que luego
ocurriría en el expediente, pero eso sólo prueba que
lo ha seguido con atención y perspicacia. También
pidió la indagatoria del ministro de Economía, cosa
que, por ahora, no ha sucedido. Por ahora.
El padre del fiscal es el teniente coronel Atilio José Stornelli,
quien pasó a retiro tres semanas después de concluida
la dictadura. Compañero en la promoción 82 del influyente
general Antonino Fichera, el ministerio de Defensa lo contrató
como asesor, y entre los contratos que Balza rescindió estaba
el suyo. El fiscal es, además, pariente político del
ex ministro de Trabajo y de Interior de la dictadura, general Llamil
Reston. Es posible que esto explique el entusiasmo con que ha emprendido
su labor, pero está lejos de descalificarla. Constituiría,
a lo sumo, la motivación subjetiva de un desempeño
funcional irreprochable para el específico rol de acusador.
Por su parte Urso habría hecho dormir la causa durante años
y recién ahora le habría dado impulso, con oscuros
fines. Pruebas que alegan: adelantó un mes la citación
de Menem. Otras que olvidan: antes de Menem, procesó a 45
personas y la directiva de apuntar hacia quienes tenían capacidad
de decisión y de seguir la ruta del dinero se la dio la Cámara
Federal. En cualquier caso, ni Stornelli ni Urso pueden decidir
por su cuenta el destino de los sospechosos. La propia Cámara
actúa como tribunal de garantías, que ya una vez excluyó
a Balza del cargo por asociación ilícita, y cuando
la instrucción termine, un tribunal oral integrado por otros
tres camaristas llevará a cabo el juicio propiamente dicho,
en audiencia pública en la que se ponderarán las pruebas
y los testimonios. Menem aguardará ese día en una
confortable casaquinta, donde no hay restricciones para visitarlo,
equipada con teléfonos y computadoras. La equiparación
con los bandos inapelables de la dictadura, donde el acusador, el
juez instructor, la cámara de garantías y el tribunal
de juicio tenían el mismo rostro, la prensa estaba bajo censura,
el Congreso cerrado y la Constitución subordinada a un reglamento
castrense, es una burla a la inteligencia.
Lo único que no se les ocurrió decir a los pensadores
de la movilización, César Arias, Marta Alarcia, Miguel
Toma, El Sobrino Adrián o Roby Fernández es que lo
sucedido ayer fue un nuevo abuso de la justicia menemista.
|
OPINION
Por J.M. Pasquini Durán
|
Reo
Es el cuarto arrestado por delitos cometidos mediante una asociación
ilícita para el tráfico de armas, pero es el primer
ex presidente argentino en prisión preventiva por decisión
judicial en un Estado de derecho. Desde el mediodía de ayer,
7 de Junio (Día del Periodista), Carlos Menem quedó
detenido en la confortable residencia privada de su constante amigo,
Armando Gostanián, uno de los personajes sobresalientes de
la década menemista. A la misma hora, la CTA realizaba la
marcha de solidaridad con el personal de Aerolíneas Argentinas,
los docentes protestaban por salarios impagos, el Polo Social daba
la orden de partida para la caminata de desocupados bonaerenses
que se reunirán hoy al mediodía en Plaza de Mayo,
la CGT de Moyano comenzaba el boicot contra empresas de capital
español y los estudiantes universitarios bloqueaban la avenida
Lugones en la Capital, todos comprometidos con la huelga general,
la cuarta en la actual administración de gobierno, convocada
para hoy por dos de las tres centrales obreras. Son diversas imágenes
simultáneas de un mismo país, desagregado en archipiélago
por obra de políticas públicas, sobre todo en el área
económico-social, de las que Menem fue abanderado durante
la década pasada (1989/1999).
El ahora reo, por la presunción de ser jefe de la asociación
ilícita imputada en la causa que tramita el juez Urso, fue
electo presidente dos veces sucesivas por mayoría de votos
populares, a punto tal que creyó en su momento que podría
continuar en la Casa Rosada a su entera voluntad. Antes de su reelección,
en 1995, se multiplicaban en la prensa las voces que denunciaban
actos de corrupción en los trámites privatizadores
de las empresas del Estado, lo mismo que las advertencias de alarma
por el desmesurado aumento del desempleo y la recesión económica
que ya asomaba por el llamado efecto tequila. Fueron
desoídas por poco más de la mitad de los votantes,
dominados por las ilusiones que se alzaron entre 1991 y 1993 acerca
de la estabilidad antiinflacionaria, la convertibilidad monetaria
y el auge del crédito bancario y comercial. Todavía
hoy persisten algunas visiones mágicas sobre la capacidad
benefactora de Domingo Cavallo, ministro favorito de Menem en su
primer mandato, debido a la supuesta influencia de sus opiniones
en los mercados, esa suerte de dioses paganos que dominan
la vida de todos en la nueva economía globalizada.
Aunque el electorado no toleró un tercer mandato, hasta hace
un mes eran muy pocos, incluso el afectado directo, los que presumían
la posibilidad que ayer se volvió realidad. El escepticismo
y la sospecha reemplazaron las expectativas esperanzadas, en primer
lugar porque las evidencias son demasiado abrumadoras: la desocupación
sigue aumentando, la deuda externa es el peor negocio público,
y las privatizaciones sufren el desprestigio emblemático
de Aerolíneas Argentinas y las abusivas tarifas de los servicios
públicos. La depresión nacional, sin embargo, no la
hizo sólo Menem, sino que la remachó el gobierno que
lo sucedió, con políticas idénticas a las que
provocaron la innegable caída de la popularidad de la anterior
y de la actual administración estatal.
Esta visión no pretende minimizar el impacto que significan
estos arrestos para la calidad institucional, sobre todo para la
recuperación del prestigio de la Justicia que cosechó
deméritos por tantos años, pero es demasiado temprano
para que esta auspiciosa aplicación del principio de igualdad
ante la ley pueda adjudicarse la calidad de punto de partida para
revertir las peores experiencias de la democracia refundada en 1993.
Si esa probabilidad podrá concretarse dependerá más
que nada de la alineación social. El proceso de mani
pulite en Italia fue posible por el irrestricto compromiso
de medio centenar de oficiales de Justicia, pero también
por la voluntad de sectores influyentes de poder económico
que, en razón de sus propios intereses, habían decidido
que en determinados niveles la corrupción se vuelve en contra
del funcionamiento normal delcapitalismo productivo. Hoy en día,
en la Argentina los núcleos más concentrados de la
economía, sobre todo los de la especulación financiera
que predominan, son más bien parientes cercanos de la prebenda,
incluso de la componenda ilícita, antes que de la transparencia
y la honestidad. Cuando se habla de poderes mafiosos la referencia
no atiende con exclusividad a gobernantes y políticos.
Aunque tampoco los gobernantes y políticos, con las debidas
excepciones, han logrado, a veces ni se han propuesto, romper el
círculo vicioso de la corrupción y la impunidad, a
pesar del repudio social y el desprestigio que empapa a casi todos
ellos por esas razones. Por su parte, el movimiento popular, que
se abre en abanico casi todos los días por motivos muchas
veces coincidentes, aún no encuentra los canales políticoinstitucionales
ni el liderazgo indispensables para convertir la protesta y la queja
en acciones positivas de poder. La detención de Menem, en
una llamativa soledad de apoyos incluso en su propio partido, debería
hacer reflexionar a los que pretenden sus propios espacios de poder
sin cambiar hábitos ni culturas, flotando sobre una democracia
imperfecta y descreída. A pesar de todas estas limitaciones
o condicionamientos, la sociedad debería recibir estos sucedidos
judiciales con más optimismo y compromiso, sin delegar la
responsabilidad por el futuro en un puñado de camaristas,
jueces y fiscales, o en restringidos grupos que promueven las luchas
cotidianas. Los que esperan ver para creer, además de vivir
con frustraciones renovadas, lo único que conseguirán
es alejarse siempre más del día de las certidumbres
inmaculadas y eternas. La realidad nunca será tan perfecta
como el paraíso perdido. Hay que reconocerla tal cual es
y, desde ese punto de vista, el país vivió ayer un
momento de igualdad ante la ley. No importa si algunos celebran,
otros lamentan y los demás desconfían de las consecuencias
últimas, cada vez que resplandecen la verdad y la justicia
mejoran a todos.
|
|