Por Diego Schurman
y Felipe Yapur
Hay algo peor que la soledad
del poder: la soledad de los que pierden poder. El respaldo público
a Carlos Menem en uno de sus peores días se limitó a una
movilización para nada espontánea frente al Comodoro Py
(ver página 6) y a un documento lavado del bloque de diputados
justicialistas. Por diferencias internas, los senadores directamente evitaron
la rúbrica de un texto. Aunque dejaron trascender en los pasillos
del Congreso lo que es un secreto a voces: el trabajo del menemismo para
conseguir un indulto y, simultáneamente, la expectativa que depositan
en la Corte Suprema.
A no ser por el sector ultramenemista, que en ningún momento dudó
en llevar gente a las puertas de los tribunales federales de Retiro, el
resto del justicialismo se mostró sumamente sinuoso a la hora de
manifestar su respaldo a Menem.
Los diputados evidenciaron
dificultades para lograr un discurso homogéneo. No es fácil
para una Cámara donde conviven claramente demarcados los sub-bloques
menemistas, ruckaufistas y delasotistasreutemistas. Finalmente ayer pudieron
acordar la redacción de un comunicado tibio forzados por las circunstancias,
donde se alude a la situación del ex presidente aunque sin
mencionarlo al rechazar la politización de la justicia
y asegurar que ser peronista nunca fue fácil.
Los senadores menemistas habían
preparado un documento duro, donde castigaban la labor parcial
del fiscal Carlos Stornelli, y recreaban la idea de la persecución
política a partir de declaraciones de varios funcionarios
del Gobierno. Algunos senadores en rigor sólo estaba presente
la mitad del bloque consideraron que el contenido era muy
fuerte y el texto fue abortado. Fue entonces que el presidente del
bloque, José Luis Gioja, atacó al fiscal, aunque a título
personal.
Tampoco prosperaron las negociaciones
entre representantes de ambas cámaras para hacer un pronunciamiento
conjunto, o buscar la utopía de un acto compartido, como aquel
que reunió a legisladores y presidenciables del PJ cuando se supo
de la citación de Menem. Este fracaso podría ser la antesala
de nuevos reacomodamientos internos donde el menemismo es el sector más
afectado.
El Consejo Nacional del PJ
un órgano hegemonizado por el menemismo pensaba reunirse
hoy mismo para salir en defensa del ex mandatario y ratificarlo al frente
del partido. Pero postergaron todo para la próxima semana. Prefieren
esperar hasta que aclare y tomarse tiempo para persuadir a
los gobernadores, aún los más cercanos a Menem, que por
ahora se resisten a moverse en bloque para apoyar al ex mandatario.
La falta de expresiones públicas
de apoyo de los bloques y cuerpos orgánicos del PJ sí
hubo privadas y personales en la casa donde Menem cumple el arresto (ver
página 8) no significó ausencia de operaciones en
las filas del riojano. La más reservada es la que apuesta a lograr
un indulto por parte del presidente Fernando De la Rúa. Pero no
todos están de acuerdo ya que significaría una confirmación
de que Menem cometió un delito, algo que el ex mandatario no reconoce.
La vía de la Corte también
es una alternativa que se sigue explorando. El presidente de ese cuerpo,
Julio Nazareno, un coterráneo y ex socio en el bufete Menem, dijo
que no se excusará en caso de tener que analizar la causa. Si bien
la denominada mayoría automática está
en crisis, el menemismo tiene varias fichas depositadas en ese cuerpo.
¿Por qué resignarnos si todavía nos quedan
dos instancias más?, dijo un operador en referencia a la
Cámara y a la propia Corte.
De todos modos, la postura
que más sorpresas deparó fue la del ex embajador Jorge Asís.
No por reproducir, como muchos de sus amigos, la idea de la persecución
política y el golpe al peronismo sino por el
argumento con los que la justificaba. Lo hacía preguntándose
qué pasaría con los funcionarios del Gobierno si los jueces
se decidían a investigar el origen de las supuestas coimas en el
Senado.
El tema fue retomado por Alberto
Lestelle en la casa de Armando Gostanian mientras veía tomar a
Carlos Menem un agua mineral y a su esposa, Cecilia Bolocco, una refrescante
Coca diet con hielo. La celeridad dada a esta causa por el juez
es la demostración de un interés político muy grande,
habida cuenta de las elecciones que la Alianza tiene perdidas.
Otras voces peronistas
Eduardo Duhalde, ex
gobernador: Si fuera persecución política hubiera
habido más de 100 mil personas manifestando, pero sólo
fueron grupos pequeños. Este es un tema judicial que tiene
que aclararlo Menem.
Carlos Reutemann, gobernador
de Santa Fe: Los que ejercemos la función pública
tenemos que estar preparados porque siempre existe la posibilidad
de que esto suceda. A lo mejor me toca porque no sé cuántos
decretos habré firmado. Es uno de los riesgos que se corren.
Felipe Solá, vicegobernador
de Buenos Aires: Uno puede criticar al juez, sospechar de
alguna cosa, pero lo que está claro es que no se puede hacer
cualquier cosa en el gobierno porque tarde o temprano todo llega.
Esto no afectará al PJ por el divorcio que existe entre el
peronismo y Menem desde el 97 y que quedó evidenciado
en el boicot que se le hizo a la candidatura de Duhalde.
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La
ola menemista apenas fue una ondita en Retiro
Era el día
más difícil de su carrera política y ellos no podían
faltar. Lo habían anunciado días atrás. Más
de diez ómnibus iban a llegar hasta Buenos Aires para acompañar
al líder en la puerta de los Tribunales de Retiro. Las jornadas
previas prometían una movilización multitudinaria procedente
de La Rioja, Córdoba y algunos barrios del conurbano. Era la última
apuesta de algunos dirigentes de segunda línea que aún quedan
cerca del ex presidente. Pero los pronósticos se cumplieron a medias.
Unas 500 personas ocuparon la avenida Comodoro Py para respaldar a Carlos
Menem con cantitos, banderas, pancartas, petardos, gritos y carteles.
La manifestación no llenó siquiera una cuadra y puso en
evidencia que la situación procesal del ex mandatario ha desanimado
incluso a quienes fueron sus fieles seguidores.
Los contingentes más enfervorizados provenían obviamente
de la provincia natal de Menem. Se siente, se siente, La Rioja está
presente, cantaba un grupo de mujeres que había llegado en
varios micros hasta Retiro. Despotricaban por igual contra Fernando de
la Rúa, la Alianza, Eduardo Duhalde, los radicales
y los periodistas. Una de ellas, de nombre Elena, repitió
a Página/12 uno de los argumentos más escuchados del día:
¿Cómo no vamos a llorar si es lo mejor que tuvimos?
dijo, casi llorando. Ustedes los porteños no se dan
cuenta. En los gritos se percibía la histórica desconfianza
del Interior y la Capital.
Con el correr de la mañana se sumaban algunos micros con militantes
menemistas, más que nada del conurbano. Frente a los Tribunales,
los dardos apuntaban hacia Urso y Cavallo. ¿Dónde
está, Cavallo donde está, y el Urso, compadre...,
cantaban los manifestantes con ritmo de tribuna futbolera, para después
regresar a la clásica marcha peronista y al Himno Nacional. Pero
las malas noticias que se filtraban desde la mole de enfrente comenzaron
a calentar el clima.
Un hombre cuarentón y corpulento hablaba por handy con alguien,
que estaba adentro de Tribunales. Ya lo detuvieron, parece,
le comentaba con voz oscura a otro compañero, cuando apenas Urso
le había comunicado a Menem que lo arrestaba. Las columnas menemistas
empezaron con si lo tiran al Turco al bombo, va a haber quilombo,
y hasta algunos iniciaron el cantito que decía un minuto
de silencio, para Urso que está muerto, aunque después
algunas voces más calmas pudieron apagarlo.
Por su parte, dentro de Tribunales empezaba el operativo para sacar a
Menem del lugar. La calle Comodoro Py, con 500 militantes sobre ella,
varios móviles de medios y más de 150 policías, no
parecía ofrecer una salida segura. Sobre todo, después de
un intento de los menemistas de voltear las vallas de seguridad y entrar
a las escalinatas.
Menem estaba en el cuarto piso, acompañado por Cecilia Bolocco,
y su séquito de los últimos días: su sobrino Adrián,
Claudio Sebastiani y Martha Alarcia, entre otros personajes. El lugar
estaba desbordado de curiosos, periodistas, policías, y dirigentes
menemistas, por lo que los uniformados desalojaron el hall central, dejando
al grueso de la gente detrás de dos puertas de vidrio. A las 12.20
un Menem sonriente, de traje gris y corbata dorada comenzó a recorrer
el hall, acompañado por 4 custodios y por una seria Bolocco, vestida
de negro de pies a cabeza. El riojano, que ante Urso se había mostrado
apesadumbrado, saludó con sonrisas a sus simpatizantes y se metió
en un ascensor.
Para engañar a la guardia periodística, Menem salió
por la puerta trasera de Tribunales. Pero ahí ya no tenía
fans instalados, por lo que tuvo que sufrir insultos y golpes
al Renault Laguna gris que lo llevó a la pista lindera al edificio
judicial, en donde un helicóptero policial lo aguardaba. Se bajó,
junto a Bolocco y a su custodia, volvió a saludar a sus seguidores,
y abordó la aeronave que lo trasladó a la quinta de Don
Torcuato, su nueva morada. En tierra quedaban los abatidos menemistas,
agitando banderitas argentinas de plástico.
Informe: Alejandro Cánepa y Martín
Piqué.
DANIEL
SCIOLI NO CREE QUE HAYA UNA PerSECUCION
Es un ensañamiento, más bien
Por
F. Y.
El menemista Daniel
Scioli sostiene que si bien no está de acuerdo con la detención
de Carlos Menem, asegura que hay que respetar la decisión
del juez. Y para afianzar su moderada posición, el diputado
porteño se diferenció del senador Eduardo Menem al asegurar
que no puedo afirmar que haya una persecución política,
dice, y agrega que al final de la causa está la respuesta a la
continuidad o no del menemismo.
¿Qué evaluación realiza de la detención
de Carlos Menem?
Este hecho hay que mirarlo fríamente, es una detención
preventiva, no está procesado todavía. Es una decisión
del juez que hay que respetar aunque no la comparto. Mientras tanto, todos
debemos ser moderados en nuestras declaraciones y en nuestras actitudes.
No deja de ser un hecho conmocionante pero creo que por ello no es tiempo
de exaltaciones ni de fanatismo sino de reflexión y prudencia.
¿Hay un sector del peronismo que se beneficie con esta detención?
Si hay algún sector que cree que se beneficia, está
incurriendo en un grave error. Porque estamos frente a una noticia triste.
No puede ser un motivo de orgullo nacional que un ex presidente vaya preso.
¿Comparte la opinión de Eduardo Menem que dice que
hay persecución política contra su hermano?
Mire, yo no puedo afirmar que haya una persecución política.
Veo sí un ensañamiento. Sería lamentable que fuera
así.
¿Menem en la cárcel es un golpe mortal para el menemismo?
Sin duda, esto generó un desgaste y una crisis que su resolución
dependerá de la evolución de la causa. Recién ahí
podremos decir si esto significa el fin de Menem. En cuanto a lo mío,
mi carrera está más allá de lo de Menem. Me mostré
siempre abierto a sectores independientes y constructivo ante la oposición.
Pero también me mostré leal y no un oportunista que se saca
fotos y luego se borra cuando no conviene.
¿Es lo que está sucediendo ahora?
Hay muchos que tenían un compromiso con Menem y hoy no los
he visto.
El vicegobernador Felipe Solá dijo que tarde o temprano
todo llega y no se puede hacer cualquier cosa en el gobierno.
El dirigente político tiene que pensar en cómo hace
para mejorar su trabajo y no aprovecharse de los errores de su adversario
para destruirlo.
¿Qué opina de la versión que dice que el Gobierno
podría indultarlo?
La dignidad de Menem no lo soportaría. El quiere el proceso
para demostrar su inocencia.
OPINION
Por Nora Veiras
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El héroe autoexcluido
El Pacto de Olivos le había garantizado la reelección
mediante la reforma constitucional. En el 99 no se resignaba
a dejar el poder y forzó casi hasta desbarrancar la interpretación
del derecho para lograr la re-re. Cuando ya no tuvo margen anunció,
magnánimo, me autoexcluyo.
Ahora, cuando la Justicia lo citó por su presunta calidad
de jefe de la asociación ilícita que vendió
ilegalmente armas a Croacia y Ecuador, el ex presidente Carlos Menem
de él se trata apeló a Simón Bolívar
para mostrar su heroicidad. Con cadenas pero en
mi patria, repitió.
Los dos episodios evidencian la lógica de quien detentó
el poder democrático durante diez años: él
está por encima de la ley. Cuando se aviene a cumplirla lo
hace por decisión no por obligación.
Al asumir, las mentes más lúcidas de su entorno armaron
el dispositivo de control del Poder Judicial. El aceitado funcionamiento
de esos engranajes le permitió sortear sin sobresaltos una
década en la que los escándalos de corrupción
se naturalizaron y se diluyeron sin condenas.
El poder es impunidad, había descripto, como
nadie, el empresario amigo-socio del menemismo Alfredo Yabrán.
Esa fue la profecía autocumplida del modelo. Nadie se había
atrevido a explicitarlo. No era necesario, lo ejercían. El
ex presidente de la Argentina y presidente del Partido Justicialista
siempre se manejó en ese esquema. Nunca creyó que
debía rendir cuentas de sus acciones. Por eso él y
sus adláteres reivindican como un acto extraordinario el
presentarse ante la Justicia.
Ayer quedó detenido. Como acto reflejo ante el anuncio del
juez, Menem preguntó: ¿Dónde?.
Una reacción que mostró a un hombre que ya no maneja
los resortes de ese poder-impune.
El proceso está abierto y nadie se atreve a pronosticar cómo
seguirán jugando los actores judiciales y políticos.
Es una oportunidad histórica para que uno de los poderes
del Estado demuestre si puede actuar con independencia. Es una oportunidad
histórica para que otro de los poderes del Estado demuestre
si puede dejar actuar con independencia a la Justicia. Es una oportunidad
histórica para que el otro poder demuestre si es capaz de
no extorsionar.
Al hablar por última vez en libertad, Menem intentó
parangonar la citación del juez Jorge Urso con el arresto
que le impuso la dictadura. Una falacia temible: equiparar el funcionamiento
de las instituciones con un régimen cuya esencia fue la violación
de esas instituciones.
Sólo a partir de una falacia es posible presentarse como
un héroe por cumplir con la Justicia. Una más
o la última en la carrera de Carlos Menem.
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