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LA TITULAR DE LA ASOCIACION MADRES ESTUVO CON EL MINISTRO MESTRE
Otra amenaza a Hebe de Bonafini

La presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo responsabilizó al ministro del Interior por su seguridad y la de su hija. Denunció que �un civil petisito� la amenazó en la propia Casa Rosada.

La presidenta de las Madres de
Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.
Recibió un e-mail del “Comando Jorge
Videla” con más amenazas.

Hace doce días, dos desconocidos entraron a su casa y torturaron a su hija con un salvajismo que hizo pensar en ex represores y policías de gatillo fácil. Ella estaba de viaje, pero rápidamente vinculó el hecho con una serie de amenazas telefónicas que había recibido poco tiempo atrás. A pesar de las denuncias, los mensajes intimidatorios continuaron el 5 de junio a través del correo electrónico de la Universidad de las Madres. Provenían de un autodenominado “Comando Jorge Videla”. Alarmada por la situación, Hebe de Bonafini se presentó ayer en la Casa Rosada con una carta dirigida al ministro del Interior, Ramón Mestre. El ministro la recibió, pero la entrevista terminó con una catarata de críticas. “Le dije que era un cínico y un hipócrita”, relató Bonafini al salir de la reunión. Por si fuera poco, durante su breve visita a Balcarce 50, Bonafini sufrió otra provocación, esta vez de parte de un “tipo de civil y petisito” que le dijo con un tono siniestro: “Por qué no les aconseja a las Madres que se vayan para atrás, porque ustedes no saben de lo que yo soy capaz de hacer”.
El martes pasado, las Madres recibieron un correo electrónico en el que se les advertía que “cuando vuelva al poder la derecha este país va a cambiar radicalmente, los negros, los judíos, los zurdos, los montoneros y demás porquerías como ustedes van a desaparecer del planeta”. El remitente del mensaje era bastante claro: llevaba el nombre de “Jorge Videla” y la dirección virtual era “dictadura 2001”. Dos días más tarde, Bonafini se dirigió a la Casa de Gobierno con un grupo de más de veinte madres, luego de participar de la ronda de todos los jueves. “Nosotros le dijimos que ellos son responsables de todo lo que les pueda pasar a las Madres y a mi hija porque es ministro del Interior de todo el país”, subrayó Bonafini tras la reunión.
La titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo entró a la Rosada por la entrada de Balcarce 24. Unas horas después, en diálogo con Página/12, comentó que al principio nadie las quería recibir. “Querían que dejáramos una nota a Fernando de la Rúa en la mesa de entradas”, relató a este diario. Claro que ella no se conformó con esa propuesta y dejó en claro que “quería entrevistarse con el ministro del Interior”. En ese momento fue cuando apareció un individuo desconocido –identificado por Bonafini como un “tipito de civil, petisito, con cara de malo”– que la amenazó en voz baja. “Yo le grité que lo dijera en voz alta y enseguida vinieron dos tipos y se lo llevaron del brazo”, reconstruyó.
El encuentro con el titular de la cartera política se centró sobre las amenazas del “Comando Jorge Videla” y las torturas de las que fue objeto María Alejandra, la hija. “El ministro dijo que él no puede hacer nada porque no es su jurisdicción”, comentó Bonafini. El diálogo, que al principio fue formal y distante, se fue volviendo cada vez más áspero. La dirigente de derechos humanos, entonces, la emprendió contra su interlocutor. “Le dije que era un cínico y un hipócrita y los cínicos y los hipócritas no pueden ser ministros del Interior”, destacó. Mestre, por su parte, se sorprendió ante las duras palabras de Bonafini y sólo atinó a advertirle que lo estaba “agraviando”. En ese momento, la mujer decidió terminar la charla y se retiró abruptamente.
El 25 de mayo pasado, día de feriado nacional, dos personas entraron por la fuerza a la casa de Bonafini. Se hicieron pasar por empleados telefónicos pero, al entrar en el domicilio, se lanzaron sobre María Alejandra, la hija de Hebe. Uno intentó violarla, el otro la quemó con cigarrillos, intentó ahogarla y le pegó en el abdomen, para luego advertirle que si se movía “era boleta”.

 

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