Por Cledis Candelaresi
Un día después
que Aerolíneas Argentinas adoptara la drástica medida de
suspender siete de sus principales destinos internacionales, tornando
aún más ilusoria la posibilidad de reanimar la compañía,
el Gobierno seguía buscando alguna fórmula para superar
su impotencia ante una crisis que parece ser terminal. Domingo Cavallo
ayer puso sobre la mesa la posibilidad de relicitar las abandonadas rutas
a Estados Unidos, Australia y Brasil, reconociendo su preferencia por
algún operador argentino. Pero la advertencia ministerial tiene
al menos dos contras. Una: no todo el gobierno está de acuerdo
con esta posición. Otra: difícilmente esos trayectos puedan
ser cubiertos en corto o mediano plazo por otra empresa de bandera nacional.
La quiebra parece una alternativa mucho más próxima de lo
que se vislumbraba días atrás, tal como admitió ayer
la ministra de Trabajo, para quien esa variante equivaldría a cerrar
Aerolíneas y, sólo en el mejor de los casos, reabrirla con
un staff reducido a una cuarta parte. Según aseguraron fuentes
confiables a Página/12, entre las variantes consideradas por la
SEPI estaría la de propiciar la quiebra, pero que en ningún
caso sería solicitada por Repsol YPF, también de origen
español. En esta hipotética situación, esa dramática
solicitud podría quedar en manos de otro acreedor, tal vez Shell
o Esso.
Lo que está fuera de dudas es que los accionistas españoles
se mantienen tan intransigentes como el gremio de los técnicos
aeronáuticos, que adhirió con previsible entusiasmo al paro
general convocado para hoy. De ese modo, es seguro que ningún avión
de la empresa despegará, ya que sólo los trabajadores nucleados
en APTA pueden dar despacho a una aeronave. Antes de comunicarse
por primera vez en el día con su colega de Economía, la
ministra de Trabajo preveía anoche esperar hasta el sábado
para formular una nueva y tal vez última convocatoria a los siete
sindicatos aeronáuticos para conminarlos a buscar alguna salida.
Casi un gesto de desesperación que no tiene posibilidades de éxito
alguno.
Según aseguró Ariel Basteiro, de APA, Cavallo y Chrystian
Colombo habrían tenido ayer contactos con Pedro Ferreras, titular
de la SEPI, y algún otro funcionario ibérico. La información
no fue confirmada oficialmente, pero sobran indicios de que, efectivamente,
el gobierno sigue intentando un acuerdo con la administración de
José María Aznar, aunque por el escaso rédito obtenido
hasta el momento prefiere mantener esas gestiones en reserva.
Ayer Cavallo aludió a la posibilidad de que el Estado argentino
vuelva a licitar las rutas otorgadas en concesión a Aerolíneas
Argentinas y que esta dejó de operar. Junto a la marca, esas licencias
son de los pocos activos de la empresa, aunque sólo dispone de
ellos como concesionaria. Pero ni siquiera sobre esto hay consenso en
el gobierno. El ministro de Economía la planteó como una
variante a utilizar sólo si hay evidencias de que se están
afectando las prestaciones y reiterando su posición de que
el Estado debe mantenerse prescindente, tratando a la aerolínea
de bandera como cualquier otra empresa privada.
El secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, resultó
más contundente, cuando advirtió en declaraciones radiales
la posibilidad de un lock out patronal. Puede dejar de prestar todos
los servicios. Hoy empieza con unas líneas y mañana sigue
con otras (...). La empresa debe asumir su responsabilidad, sentenció
el hombre próximo a De la Rúa, insinuando que el gobierno
debía intervenir de algún modo.
Bullrich, en tanto, admite que Aerolíneas está en terapia
intensiva, pero entiende que la eventual relicitación de las frecuencias
que la SEPI acaba de suspender equivalen a un certificado de defunción.Si
le quitan las rutas, no le queda nada, se lamentaba anoche ante
este diario.
Cavallo sugirió mirar hacia otras compañías argentinas
que hoy operan en el mercado, como eventuales sustitutas. Sin embargo,
la posibilidad de que éstas asuman la operación de los siete
destinos internacionalessuspendidos es utópica, al menos en el
corto plazo. Hacen falta otros aviones, otro marketing, cosas imposibles
de conseguir de la noche a la mañana, explicaba a Página/12
un empresario nacional del sector.
La SEPI, mientras tanto, mantiene su negativa a aportar un sólo
peso hasta tanto todos los trabajadores no firmen el plan director y asegura
que por no ejecutar este programa de ajuste, habría perdido unos
138 millones de dólares, ahorro anual de costos previsto con su
propuesta reestructuradora. A esto, suma unos 77 millones de dólares
que habría dejado de facturar desde que los técnicos de
mantenimiento resistieron despidos con un paro de nueve días a
principios de mayo.
Uno y otro cálculo son, por lo menos, discutibles. El plan operativo
que presentó la empresa hace un año ya habría sido
reformulado más de una vez en busca de un diagrama de vuelos realmente
factible y conveniente. Del mismo modo, el cálculo de las pérdidas
por el paro tampoco parece muy consistente: Aerolíneas factura
en promedio unos 3 millones diarios, seguramente muy menguados desde la
última crisis, pero que hasta ayer no se había reducido
a cero.
CAVALLO
SIMPLIFICO EL CONFLICTO
Se acabó la plata
Se ve que se les acabó
la plata, dijo ayer Cavallo para explicar por qué la SEPI,
la empresa española controlante de Aerolíneas Argentinas,
había eliminado 7 destinos internacionales de los planes de vuelo
de la compañía. Según el ministro de Economía,
el problema de Aerolíneas es un problema más de una
empresa, como tantas otras empresas que tienen problemas después
de tanto tiempo de recesión. Así, insistió
con su posición de que el Estado argentino no intervendrá
en un plan de salvataje de la empresa.
No parece ser una empresa más, porque hay 7000 puestos de
trabajo en juego le indicó Página/12.
Pero usted sabe los problemas que tienen los 5000 empleados
de Gatic, o los trabajadores del sector textil, o los 150.000 puestos
que trabajo que se perdieron en la construcción. El Estado no puede
meterse con cada empresa que tiene problemas. No puede haber privilegios
porque son negocios privados, afirmó. Sobre las rutas que
habían sido abandonadas por Aerolíneas, el ministro dijo
que podrían ser nuevamente licitadas por el gobierno a terceras
compañías, pero no pudo precisar cuándo podría
hacerse.
Por otro lado, Cavallo disparó munición gruesa contra el
titular de la CGT disidente, Hugo Moyano, que convocó para hoy
a un paro general. Es evidente que apuesta al caos, Moyano está
en una posición anarquista, aseguró. Ya empezaron
en los últimos días atacando algunos colectivos y está
claro que quiere conseguir las cosas usando la violencia. Está
en una posición de atacar el sistema económico y social
en que vivimos, señaló.
Gestiones reservadas
Domingo Cavallo se habría comunicado con el presidente
de la SEPI, Pedro Ferreras, para solicitarle dinero fresco
para Aerolíneas Argentinas. Según la versión,
revelada ayer por el titular de la Asociación de Personal
Aeronáutico, Ariel Basteiro, el contacto se habría
producido anteayer, inmediatamente después de que suspendiera
las rutas con siete destino internacionales. Hasta ahora, el ministro
había manifestado que la crisis debería resolverse
entre los trabajadores y la empresa, sin la asistencia de los gobiernos.
Sin embargo, Cavallo habría intercedido porque la empresa
dejó de atender a los proveedores y pagar los salarios que
aún adeuda, lo que implicaría que existe la posibilidad
cada vez más cierta de que Aerolíneas se vea forzada
a dejar de operar.
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EL
FREPASO PIDE UNA INVESTIGACION
Privatización en jaque
Las principales figuras del
bloque de diputados del Frepaso propusieron ayer crear una Comisión
Especial Investigadora, con amplias facultades para revisar la privatización
de Aerolíneas Argentinas y el proceso de negociación entre
el gobierno argentino y la SEPI. La Cámara de Diputados no
puede permanecer ajena a la posibilidad cierta de que esta línea
aérea desaparezca, señala el proyecto, elaborado por
el vicepresidente del Frepaso, José Vitar, y acompañado
por el presidente del bloque de la Alianza, Darío Alessandro, y
los legisladores Rodolfo Rodil, Carlos Raimundi, Graciela Ocaña,
Irma Parentella y Alejandro Peyrou.
La propuesta está plasmada en un proyecto de resolución
que dispone crear una Comisión Especial Investigadora de
las condiciones en las que se efectuó la privatización de
Aerolíneas Argentinas y la participación y desempeño
del Estado Nacional en dicha privatización. De ese modo,
se busca abrir una puerta para investigar una de las privatizaciones más
escandalosas de la era menemista, cuyos resultados están a la vista.
De crearse la comisión, una derivación interesante sería
analizar cuál fue la participación de Domingo Cavallo en
el proceso de vaciamiento de la compañía.
El proyecto de los frepasistas también faculta a la comisión
para efectuar un seguimiento minucioso y eficiente de las gestiones
del Gobierno nacional ante el gobierno de España tendientes a asegurar
la continuidad de la empresa aerocomercial de bandera argentina.
Aunque la Cámara de Diputados designó a seis de sus miembros
para que medie en el conflicto, esta nueva propuesta va más allá
y compromete directamente al cuerpo como auditor de las negociaciones
que encare el Gobierno. Los legisladores expresaron que es necesario redoblar
nuestros esfuerzos para contribuir a encontrar una salida urgente a esta
dramática situación.
OPINION
Por Héctor P. Recalde *
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Culpabilizar a la
víctima
La empresa Aerolíneas Argentinas, de propiedad española,
ha resuelto negociar directamente con los trabajadores, a quienes
le plantean la siguiente opción: aceptar las rebajas salariales,
el aumento de la jornada y la pérdida de otros derechos o,
de lo contrario, la quiebra de la empresa. Es decir, te mato o te
amputo: elegí libremente.
Esta actitud de la patronal ibérica, que no tiene nada que
ver con los sentimientos del pueblo español hacia nosotros
ni de los nuestros con él, se alza lisa y llanamente contra
la Constitución nacional, los convenios 87 y 98 de la OIT
y la Ley de Contrato de Trabajo (LCT). Es una pena que el Gobierno
no se haya dado cuenta de estos detalles.
No voy a abrumar al lector con citas de leyes. Me permito sólo
una, la del art. 12 de la LCT: Irrenunciabilidad. Será
nula y sin valor toda convención de partes que suprima o
reduzca los derechos previstos en esta ley, los estatutos profesionales
o las convenciones colectivas. O sea que la actitud patronal,
nula y sin valor, jurídicamente tiene la misma efectividad
que la bocina de avión.
Pretender negociar con cada uno de los trabajadores, no pagar los
sueldos, o pretender, en arbitraria intransigencia, todo o
nada, constituye una provocación empresaria, que pretende
alzarse como una cortina de humo para ocultar las investigaciones
sobre vaciamiento, administración fraudulenta y evasión
fiscal, que se encuentran tramitando en sendos tribunales de la
Justicia argentina. Por otra parte el Gobierno acompaña estas
actitudes sea por una inaudita omisión o por acciones, a
mi criterio sin andamiento o viabilidad jurídica, como la
que persigue el quite de la personería gremial de APTA.
Este conflicto, que no es laboral, ha tenido algunas virtudes: la
solidaridad del pueblo argentino con los trabajadores y el sentimiento
popular que visualiza a Aerolíneas Argentinas como un símbolo
patrio. Creo que esta reacción popular nos ayuda a revalorizar
nuestra identidad nacional. La solución de nuestra línea
aérea de bandera requiere de medidas más populares.
Se debe generar un paraguas, una tregua en la cuestión sindical
y enfocar el problema como un tema de trascendencia nacional e institucional.
Hay que mirar el futuro y mediante una licitación pública
internacional, encontrar una empresa aérea con probidad,
eficiencia y teniendo en cuenta los requerimientos de la época.
En esta dirección las salidas pueden ser varias, pero si
de algo estoy seguro es que lo que no se puede seguir haciendo en
la Argentina es culpabilizar a las víctimas.
* Abogado laboralista. Asesor del MTA.
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Marchas,
actos y protestas para salvar a Aerolíneas
Una multitud de trabajadores
de Aerolíneas Argentinas, acompañados por sindicalistas,
jubilados y representantes de partidos políticos, marcharon desde
el Congreso nacional hasta el Aeroparque Jorge Newbery, donde realizaron
severas críticas al Gobierno y al ente español que controla
la línea de bandera. El secretario general de la Asociación
del Personal Aeronáutico, Ariel Basteiro, pronunció un duro
discurso en el que exigió a la Sociedad Estatal de Participaciones
Industriales de España (SEPI), que pongan la guita (dinero)
que se llevaron de Aerolíneas, y al presidente Fernando de
la Rúa que se imponga para iniciar el proceso de reestatización
de la compañía. También el titular de la Central
de Trabajadores Argentinos (CTA), Víctor De Gennaro, pidió
al Gobierno que asuma la continuidad de esta empresa y que
empiece a castigar a los mismos que, así como quebraron Aerolíneas,
están quebrando la Nación.
Estamos viviendo el momento más crítico en los últimos
cuarenta años, afirmó Basteiro. La APA promueve que
la línea de bandera argentina, que fue privatizada en un proceso
que comenzó en 1990, pase de nuevo a manos del Estado argentino,
aunque las autoridades han dejado claro que no están dispuesto
a ello. Basteiro, en su discurso, que pronunció con una camiseta
que decía Salvemos a Aerolíneas Argentinas y Austral,
responsabilizó de la situación de la empresa, entro otros
motivos, a la privatización que fue decidida por el ex presidente
Carlos Menem. El dirigente sindical calificó como traidor
y apátrida a Menem, y dijo que gracias a Dios está
preso, en referencia al arresto domiciliario que comenzó
a cumplir el ex gobernante a raíz de la causa por contrabando de
armas a Ecuador y Croacia.
En el trayecto de la marcha a pie de los manifestantes hasta la aeroestación,
las sedes de empresas de capitales españoles (entre otras, Telefónica,
Repsol y algunos bancos) fueron blanco de algunos huevazos. Una vez en
el Aeroparque, Basteiro envió un mensaje directo a la SEPI: Les
decimos a los españoles que no podemos esperar ni un minuto más.
Si realmente tienen intenciones de quedarse, pongan la guita que se llevaron,
pongan los 350 palos (millones de dólares) que hay que capitalizar.
En tanto, en Mar del Plata, empleados locales de Aerolíneas Argentinas
realizaron un abrazo simbólico a una de las aeronaves que aterrizó
en el aeropuerto de esta ciudad, en reclamo de una pronta solución
a la difícil situación que están padeciendo. Más
de cien personas, entre los cincuenta empleados y sus familias, tomaron
la pista principal del aeropuerto marplatense Brigadier de la Colina en
el momento que aterrizaba uno de los Boeing de cabotaje de la empresa
y cuando éste paró su marcha, todos se unieron en un abrazo
rodeando la máquina.
En forma paralela, centenares de manifestantes convocados por la CGT disidente,
que conduce Hugo Moyano, realizaron una protesta contra filiales de empresas
españolas. La recorrida también incluyó
repudios en sucursales de los bancos ibéricos. Los sindicalistas
repartieron en su recorrido folletos con instrucciones para el boicot
a productos españoles.
OPINION
Por Vilma Ripoll *
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Reestatizar Aerolíneas
Al fin, la SEPI pagó los sueldos de abril.
Pero lo hizo con dinero argentino, un mes después, descontando
los días de paro (legal) y dejando afuera a 224 compañeros.
Su plan director es rebaja salarial, flexibilización y despidos
encubiertos. Y no se puede esperar que pongan plata los que viven
sacándola, los que vaciaron AA como antes Viasa y Ladeco,
los que evaden impuestos y aportes, los que jamás cumplen,
los saqueadores.
El saldo de la privatización lanzada en 1990 por Menem es
demoledor: 5000 trabajadores menos, 28 (sobre 29) aviones menos,
menos rutas, edificios malvendidos, sucursales cerradas, menos seguridad
y liquidación del transporte de carga, el sector de informática
y los simuladores de vuelo. Pese al fallo del juez Oscar Garzón
Funes, un per saltum de la Suprema Corte autorizó el robo,
con respaldo del PJ y la UCR. Hoy se habla de la peor de las
privatizaciones. Pero Cavallo y De la Rúa siguen trabajando
para la corona: les dieron prioridad en el plan de infraestructura,
rebaja impositiva y desregularon las rampas, lo que traerá
despidos en Intercargo. Bullrich, al peor estilo Bolocco, está
impúdicamente envuelta en una bandera española.
Para recuperar la línea de bandera, no es salida dársela
a algún pulpo internacional o a grupos como Eurnekian, que
tampoco paga los cánones e impuestos. El Estado nacional
debe hacerse cargo de Aerolíneas-Austral, desconocer sus
deudas y obligar a que las pague la SEPI embargando sus bienes.
Si no alcanza, hay que aplicarles fuertes impuestos a las fabulosas
ganancias de Repsol-YPF, Telefónica y demás multinacionales
y bancos españoles. Si ellos la vaciaron, ellos deben pagar.
Desde ya, no lo hará este gobierno si no le torcemos el brazo.
Pero La Matanza mostró que se puede. La lucha de AA es heroica
y la solidaridad popular es enorme. ¡Hoy todos somos Aerolíneas!
Hay que respaldar los petitorios, marchas y escraches del personal,
la protesta de ayer de la CTA y el paro de hoy de la CGT Moyano,
y reclamar que se concrete la unidad de los gremios y centrales
en un verdadero plan de lucha. Junto con eso, proponemos una Comisión
Nacional por la Reestatización y organizar una gran campaña
de movilización para lograrlo. Porque como cantan los aeronáuticos,
la única salida para salvar a Aerolíneas es reestatizarla.
Y ponerla bajo el control de quienes la hicieron grande y son su
mejor capital: los trabajadores.
* Diputada porteña (MST-Izquierda Unida).
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