Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


El Gobierno lanza un pacto contra
la exclusión de los más chicos

El Pacto por la Niñez,apoyado por un centenar de ONG, incluye entre otras medidas un seguro de cien pesos mensuales a los menores de 17 que estén en situación de extrema pobreza.

Junto a Juan Pablo Cafiero e Inés Pertiné, cuatro de los chicos que firmaron el Pacto.

Por Horacio Cecchi

En un país donde 6 mil menores de un año mueren anualmente por causas evitables y donde los adolescentes son carne de debates sobre la inseguridad, por primera vez, más de un centenar de ONG, todas las provincias y el gobierno nacional se comprometieron en conjunto a tomar acciones concretas y directas para favorecer y apoyar la niñez. El compromiso tomó el nombre de Pacto por la Niñez, impulsado por el ministro de Desarrollo Social y Medio Ambiente, Juan Pablo Cafiero. Los ejes son cuatro: el Seguro Infantil, que entregará cien pesos mensuales a los menores de 17 años para ayudar a su subsistencia y comprometerlos en los estudios (alcanzará a 259 mil familias a fin de año); gratuidad del documento de identidad a todos los recién nacidos; un programa para generar opciones para los chicos de la calle, promovido por los mismos chicos hacia sus pares, y la intangibilidad de los fondos de programas sociales.
“Queremos imponernos metas concretas para no quedar, como ocurrió hasta ahora, en intenciones declamatorias cada Día del Niño”, sostuvo Cafiero en su discurso de lanzamiento del Pacto. No exento de gestos políticos, el marco del acto sostenía el propio discurso: al ministro lo respaldaba en el escenario la presencia del Consejo Federal por los Derechos de la Niñez en pleno, constituido por representantes de los gobiernos de todas las provincias.
De frente, rebosando el auditorio del Cenard, alrededor de 200 representantes de ONG de todo el país, y cerca de un centenar de chicos de entre 4 y 17 años, sostenían el compromiso ocupando el rol de público del acto y a la vez como protagonistas. No fue casual que entre los firmantes acudieran las Abuelas de Plaza de Mayo, el Serpaj de Pérez Esquivel, la religiosa Martha Pelloni, la Unicef, la Unesco, las Naciones Unidas, representantes de todas las iglesias y muchos otros.
Mucho menos casual fue que el protocolo de compromiso haya sido sellado con la firma de cuatro de los chicos presentes, jueces virtuales de los resultados, y por Inés Pertiné de De la Rúa.
El Pacto se sintetiza en cuatro ejes con acciones concretas que buscan modificar el estado de exclusión de la niñez y la mujer:
Seguro Infantil, que aportará 50 pesos mensuales a los menores de 17 años en situación de extrema pobreza, a los que se agregarán otros 50 para que sus madres asuman el compromiso de iniciar y completar sus propios estudios, o para intervenir en acciones solidarias con la comunidad.
Documento de identidad gratuito para todos los recién nacidos, que surgirá de un decreto anunciado ayer por Cafiero, y que está a la firma de De la Rúa.
Un programa generador de opciones para los chicos de la calle, que se asentará en los hogares de día, y que se nutrirá con la promoción que los mismos chicos de la calle realizarán sobre sus propios pares.
El compromiso del gobierno nacional de impulsar un proyecto de ley, que ya existe en el Congreso, para establecer la inembargabilidad de los fondos de programas de asistencia social.
–¿De dónde surgirán los fondos del Seguro?
–De la redistribución de fondos del Ministerio –confió Cafiero durante una entrevista con Página/12–; del fraude de las Asignaciones Familiares que calculamos en unos 120 millones, que se iban a destinar a bajar el déficit según un compromiso con el FMI; y del esfuerzo de otros programas. Calculamos contar con 280 millones anuales.
–Garantizar que esos fondos no se pierdan en amistades y clientelismo político parece la clave del programa.
–Es la apuesta decisiva. Los organismos barriales, las iglesias, las ONG, los propios vecinos, irán constituyendo un padrón de altas y bajas. El dinero será cobrado personalmente en los bancos por la madre del chico o su encargado si no la hubiere. Ya empezamos por las villas ubicadas en conglomerados de más de cien mil habitantes, las que ya tengan avanzada su organización de padrones. A fin de año calculamos estar llegando a 259 mil de las 570 mil familias en extrema pobreza en todo el país.
–¿El documento gratuito será universal?
–Para todos. Se calculan alrededor de 650 mil nacimientos anuales, de los cuales, 70 mil nunca son registrados. Muchos padres, indocumentados, no los inscriben por temor a su propia situación. Otros porque hay que pagar. No se va a cobrar y no se van a pedir datos que comprometan.
–¿En qué consiste el programa hacia los chicos de la calle?
–Lo que queremos es que sepan que existen opciones a la calle. Que hay salida. Para eso, entendemos que convocarlos desde la autoridad no va a tener efecto. Los mismos chicos de la calle que ya trabajan en hogares de día van a convocar a sus pares.

 


 

PROSTITUTO NO ES BUEN SUSTITUTO
Una sílaba de 5000 pesos

Una sílaba le costó al Estado cordobés 5000 pesos. La onerosa sílaba en cuestión, “pros”, se coló traviesamente en lugar de la correcta, “sus”, y provocó un terremoto. Claro, el problema fue el lugar: así apareció en el Boletín Oficial que se aceptaba la renuncia de Daniel López Seoane al cargo de “escribano prostituto”. Evidentemente debió decir “sustituto” y aunque a muchos el error les pareció sumamente cómico, a López Seoane el asunto no le hizo ninguna gracia. Ayer se conoció un fallo que le dio la razón.
La publicación oficial apareció el 2 de julio de 1999. Muy seriamente, el Boletín anunciaba que la administración de Ramón Mestre aceptaba “la renuncia presentada por el escribano Daniel Alberto López Seoane al cargo de escribano prostituto de gobierno”.
Apenas repuesto del papelón, López Seoane presentó una demanda judicial: afirmó que la publicación afectó seriamente su honra y honor y le ocasionó un daño moral que a su criterio debía ser indemnizado con una suma de 25 mil pesos. El juez de la causa, Jorge Coronel Carrizo, opinó sin embargo que la cifra era exagerada y fijó la indemnización en cinco mil pesos.
Antes, el magistrado consideró probado el perjuicio que le ocasionó al escribano esa publicación y recordó que la difusión del hecho se hizo en diversos medios de comunicación, lo que habría afectado incluso la actividad profesional del querellante. Para Coronel Carrizo, fue acreditada “la existencia de una lesión cierta y personal a un interés no patrimonial del accionante, que lo damnificó moralmente, al haberse lesionado su estima y el respeto que merece frente a terceros, ética y profesionalmente”.
Los abogados del estado provincial se defendieron explicando simplemente que “se deslizó un error de tipografía, un error de imprenta, alterando la primera sílaba de la palabra”. Agregaron: “Del texto publicado surge manifiesto el error, ya que a un funcionario que no haya ejercido funciones con dignidad no se le expresa reconocimiento por los servicios prestados”. Dicho en otras palabras, nunca le agradecerían a un prostituto.

 

PRINCIPAL