Que la organización separatista
vasca ETA prefiere la vía armada a la de los votos, nadie lo duda.
Y que a partir de los muy magros resultados electorales en los comicios
del 13 de mayo en el País Vasco (donde su partido, Euskal Herritarrok,
perdió la mitad de sus 14 escaños parlamentarios) insistan
en esta preferencia, es algo lógico. Por eso, en una entrevista
con los diarios vascos Gara y Euskaldunon Egunkaria, dos etarras, que
no dieron sus nombres y fueron fotografiados con capuchas, delante de
una tela con el anagrama de la organización una serpiente
enroscada en un hacha, dijeron que la organización continuará
la lucha armada. Todo el arco político español, hasta algunos
sectores moderados del propio Euskal Herritarrok, reaccionaron con furia,
en algunos casos, y preocupación, en otros, a la virtual declaración
de guerra.
El mensaje de ETA es claro. Todo político que garantice,
apoye y participe en la opresión de Euskal Herria (el País
Vasco) es un blanco, dijeron los dos delegados de ETA. Ante consultas
de por qué los periodistas han sido recientemente blanco de atentados,
la respuesta de los representantes de ETA fue: Son trabajadores
a sueldo del Estado y de Fuerzas Armadas del extranjero, disfrazados como
periodistas. Los etarras también se refirieron a la posibilidad
de un proceso de paz similar al que se inició en 1998 en Irlanda
del Norte, algo con lo que el Partido Nacionalista Vasco (PNV), que gobierna
la región desde 1978 y que obtuvo un resonante triunfo en los comicios
del 13 de mayo, coquetea cada tanto. Ni Francia ni España
quieren observadores internacionales ni los vascos tenemos posibilidad
de influir en las potencias internacionales.
Los etarras insistieron en la unidad ideológica con el PNV en cuanto
a la búsqueda de la soberanía vasca, algo que las fuerzas
nacionales españolas interpretan como una complicidad
del PNV con los crímenes de ETA. Incluso desde Euskal Herritarrok
partieron las críticas. El concejal en Pamplona de EH, Patxi Zabaleta,
lamentó que la organización no haya anunciado una tregua
de profundo calado. Según fuentes españolas,
EH estaría sufriendo una fuerte división interna entre la
corriente moderada Aralar, a la que pertenece Zabaleta, y
la conducción de la coalición, liderada por Arnaldo Otegi.
Fuera de EH, la condena a las declaraciones etarras fue general. Es
la demostración de que ETA es una organización terrorista
criminal y dictatorial, dijo el ministro del Interior, Mariano Rajoy.
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, declaró que a ETA se
la ve muy tocada por la derrota electoral.
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