Por Adriana Meyer
La defensa de Carlos Menem
puso un pie en el freno, pero sólo para tomar impulso. Es
prematuro pensar en la Corte como solución a todo esto, opinó
ante Página/12 Oscar Roger, uno de los dos letrados que asumieron
la difícil representación legal del ex presidente. Sin embargo,
Mariano Cavagna Martínez, otro de los abogados que lidera el equipo
defensista, aseguró a este diario que le sugerirán a su
cliente más famoso la posibilidad de acudir a los tribunales internacionales.
La máxima instancia en Argentina o en el exterior aparecerá,
temprano o tarde, como la única opción para intentar revertir
su adversa situación judicial. Y en ambos casos plantearán
que la venta de armas es un acto político no judiciable, como ya
expresaron en el alegato presentado durante la indagatoria que terminó
con el arresto domiciliario de Menem. Ese escrito fue redactado por el
ex juez Gustavo Literas.
La estrategia para devolverle la libertad al ex presidente de la Nación
y evitar que sea juzgado en proceso oral y público ya está
delineada por el quinteto integrado por Oscar Roger, Mariano Cavagna Martínez,
Mariano Cúneo Libarona, Adolfo Bagnasco y Gustavo Literas. Dicen
que ya leyeron las más de 22 mil fojas del expediente, y aunque
admiten que falta estudiarlas en detalle sostienen que ya tienen
lo que necesitan.
El plan es seguir el camino que marcan los pasos del proceso judicial.
Es decir, se preparan para responder a un seguro procesamiento con prisión
preventiva como jefe de una asociación ilícita que concretó
la maniobra de la venta de armas. A partir de entonces contestaremos
cada punto de la acusación y explicaremos por qué no es
una asociación ilícita y por qué no hay falsedad
ideológica, indicó uno de los abogados. Para eso piensan
acudir a doctrina argentina y también europea en la que, según
ellos, habría valiosos antecedentes en materia de cuestiones políticas
no judiciables.
La Corte Suprema podría determinar que la maniobra investigada
fue una decisión política y, por lo tanto, no puede ser
sometida a juicio. Las versiones sobre una inminente presentación
allí surgieron de la visita que realizó Cavagna a uno de
sus ex compañeros del Alto Tribunal. El letrado relató que
el mismo visitado pensó que iba a verlo por la detención
de Menem pero precisó que el motivo del encuentro tiene que ver
con un juicio que lleva adelante su estudio, vinculado a una empresa de
tabaco. Tengo que atender también a mis otros clientes,
explicó Cavagna. Y esta vez coincidió con Roger en que es
muy pronto para pensar en la Corte. Roger sostiene que para recurrir a
esa instancia tiene que haber causas de mucha arbitrariedad judicial que
por ahora no existen. Por eso, el lugar donde se desarrollará la
primera batalla será la Cámara Federal. Pero conscientes
de que las decisiones de sala II, que marcaron el rumbo de la investigación,
les serán adversas aventuran presentar el caso Menem ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, para tratar de acceder a
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, con sede en Costa Rica. Cavagna
le sugerirá esta posibilidad al ex presidente, al tiempo que estudia
si puede hacerlo en forma directa o debe esperar a pasar por todas las
instancias judiciales.
Consultado sobre la posibilidad de pedir la nulidad del caso o de realizar
la semana próxima una presentación en la Corte, Cavagna
Martínez enfatizó en que no quiere embarrar la cancha
llevando al ex presidente a hacer cosas poco serias. El ex ministro
del Supremo Tribunal aspira a un juicio de pizarrón,
en alusión a la tradición de apego al derecho. Este diario
le preguntó si se refería a Cuneo Libarona y Cavagna respondió
que no, aunque admitió que ambos tienen estilos diferentes.
También negó tener diferencias con Roger. Es la vieja
disputa entre porteños y provincianos... es lógico que tengamos
opiniones distintas porque de ahí sale la mejor opinión,
bromeó. De Bagnasco y Literas aseguró que tienen un rol
pasivo, aunque reconoció que le dan forma a algunos escritoscuando
les pido algo puntual. El grupo comenzará a trabajar a fondo
a partir del lunes, en las oficias de Cavagna ubicadas en la calle Arroyo.
Cavagna intentó ayer sin éxito entrevistarse con el juez
Urso para que el magistrado precise los límites del arresto domiciliario.
No queremos que las visitas de gobernadores y legisladores que son
amigos de Menem sean entendidas como reuniones políticas, no queremos
cometer errores por eso pedimos precisiones, explicó el abogado.
Por su parte, Roger señaló que no es cierto que Menem haya
implorado ni pedido la detención domiciliaria. No es un privilegio,
sino un derecho contenido en la Ley de Ejecución Penal cuando uno
tiene más de 70 años, aseguró.
UNA
ENCUESTA DE MORA Y ARAUJO SOBRE LA CAUSA
La gente cree que es justo
Por Raúl
Kollmann
La inmensa mayoría de
la población cree que Carlos Menem debe ser tratado por la Justicia
como un ciudadano más y no cree que actualmente sufra de un complot
o de una persecución política. Las opiniones están
más divididas respecto del beneficio o perjuicio que le trae al
actual presidente la detención de su predecesor: por partes iguales
hay que gente que cree que le viene bien a De la Rúa porque debilita
a la oposición y gente que cree que al Presidente le crea más
dificultades de gobernabilidad. Lo que se vislumbra es que la tremenda
mala imagen que ya Menem venía arrastrando se traduce en opiniones
de los ciudadanos, que obviamente no conocen la causa, a favor de que
se lo mantenga preso e incluso que se lo condene a una pena dura.
Las conclusiones surgen de un sondeo realizada por la consultora Pisos,
que conduce el conocido encuestador Manuel Mora y Araujo. En total se
entrevistaron 300 personas, en sus domicilios y se tuvo en cuenta la proporción
por edad, sexo y nivel económico-social.
En rigor, la gente no tiene acceso al expediente y por lo tanto no podría
opinar sobre la cantidad y validez de las pruebas. Por ello, la respuesta
sobre si se trata o no de un complot no está referida a lo jurídico,
es una forma de expresar su bronca o satisfacción con la detención
del ex presidente y con su figura. En las últimas mediciones un
largo 70 por ciento tiene mala o muy mala opinión de Menem. El
94 por ciento de los encuestados sostienen que Menem debe ser tratado
como un ciudadano cualquiera. Apenas 6 de cada cien consultados cree que
un ex presidente no debe ser tratado como una persona común.
La bronca con el riojano se traduce directamente en que muy pocos (18
por ciento) piensen que lo están perjudicando en forma arbitraria.
Por el contrario, un amplísimo 77 por ciento cree que hay pruebas
en su contra.
Los temores ante el cuadro económico hacen más equilibrada
la evaluación respecto de qué le conviene al actual Gobierno.
Algunos ven al gobierno débil y creen que lo favorece que el PJ
se debilite. Otros piensan más en un consenso nacional y la necesidad
de que ambos partidos juntos aseguren la gobernabilidad. Con Menem preso,
hay un 32 por ciento que piensa que esto último se haría
más difícil.
Lo que nuevamente se trasluce en la encuesta es que no tiene fundamento
el temor de que Menem se convierta en un mártir. Se necesita una
imagen mejor, un prestigio mucho mayor, para que alguien pueda ser convertido
en un ídolo perseguido.
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