Por Cledis Candelaresi
Más que en cualquier
otra crisis anterior de Aerolíneas, Argentina tiene muchas posibilidades
de transformarse en Bélice, Ecuador, Honduras, Perú o Venezuela,
países que no tienen línea de bandera. No tiene sentido
que el Estado español opere una compañía aérea
de otro país, después de haber privatizado Iberia,
declaró ayer a la prensa hispana el ministro de Relaciones Exteriores
de España, Josep Piqué, reconociendo expresamente la intención
de la SEPI (holding estatal propietario de la mayoría accionaria)
de abandonar cuanto antes la explotación de la compañía
aérea. Públicamente, los españoles siguen insistiendo
con un traspaso a otro operador, algo que cada vez parece
menos probable.
Queremos que se mantenga la línea de bandera, que se preserven
los puestos de trabajo y que haya una solución definitiva a este
problema, declaró ayer Fernando de la Rúa, poco antes
de ser sometido a una práctica médica. Las palabras del
Presidente suenan como una expresión de buenos deseos de los cuales
sólo el último está garantizado: el problema Aerolíneas
finalizará en algún momento, aunque esa resolución
no garantiza ni su supervivencia ni la de una aerolínea de bandera.
Ayer el presidente de la compañía privatizada, Emilio Cabrera,
y el directivo de la SEPI, Gurbindo Gutiérrez, emprendieron otro
de sus periódicos y frecuentes viajes a Madrid, sin que haya habido
ningún avance en las negociaciones con los funcionarios argentinos.
Los gobiernos de uno y otro lado del Atlántico siguen responsabilizando
por la crisis a los técnicos aeronáuticos, renuentes a admitir
el plan de ajuste propuesto por los españoles, como si la resistencia
de la SEPI a pagar el combustible necesario para mantener operativa la
empresa no fuese un hecho mucho más contundente.
La determinación empresaria de suspender vuelos a Oceanía,
Brasil y Estados Unidos por no poder pagar el combustible en esos destinos
fue uno de los golpes más duros que la gestión hispana propinó
a la empresa privatizada en plena crisis. Desde ese mismo momento, fuentes
de Infraestructura y el ministro de Economía, Domingo Cavallo,
admitieron la posibilidad de otorgar esas frecuencias a otras compañías
argentinas, ya que el Estado sigue detentando la propiedad de las rutas
que otorgó en concesión a los adjudicatarios españoles.
Sin embargo, esta alternativa parece utópica ya que, en este momento,
ninguna empresa local está en condiciones operativas de cubrir
aquellos vuelos internacionales y menos de volar íntegro el diagrama
de viajes que hoy tienen Aerolíneas y Austral. Quizás a
Lapa, en pleno concurso de acreedores, le vendría de maravillas
que su patrimonio se engrosara repentinamente con el sólo acto
administrativo de adjudicarle las rutas que hasta ahora operó la
aerolínea de bandera. Pero en el mercado hay dudas de que pueda,
siquiera, intentar esos servicios. Está aún fresco el recuerdo
de que abandonó la ruta a la estadounidense Atlanta, porque esa
operación se transformó en un mal negocio.
En la hipotética situación que hubiese una transferencia
total de los vuelos de Aerolíneas a otra empresa nacional, con
el afán de que se preserve la condición de bandera,
nada garantiza que ésta no termine cediendo su activo a algún
megacarrier extranjero, que terminaría volando con las escalas
y frecuencias que más convengan a su estrategia comercial y, en
algún sentido, a su país de origen.
Lo que sí puede hacer el Gobierno es autorizar vuelos especiales
a otras compañías extranjeras, aunque sólo como una
medida de coyuntura para garantizar el servicio. Pero ceder íntegra
y definitivamente todos los vuelos externos a compañías
extranjeras, algo que eventualmente podría ocurrir ante la supuesta
caída de Aerolíneas, es una cuestión diferente.
Hay varios países de América que no tienen aerolínea
de bandera y, por lo tanto, su política aérea está
muy acotada. Uno es Panamá, que si bien recuperó parte de
ese activo con Copa, ésta, en rigor, está operada por lanorteamericana
Continental. Otro es el caso de Venezuela, donde Argentina comenzó
a reflejarse como un espejo que anticipa: ese país adjudicó
Viasa a Iberia, que se retiró días después de haber
acordado con todos los sindicatos un plan de ajuste.
Paro total en Aerolíneas
Las empresas aerocomerciales que operan en el Aeroparque metropolitano
cumplieron ayer casi normalmente el servicio, aunque con escasa
cantidad de pasajeros, mientras que Aerolíneas Argentinas
y Austral mantenían una total inactividad en vuelos de cabotaje,
como consecuencia del paro convocado por la CGT disidente y la CTA.
Una situación similar se registraba en el Aeropuerto Internacional
de Ezeiza. La compañía aérea LAPA cumplió
un cronograma de 31 vuelos programados, pero los aviones despegaban
con sólo el 40 por ciento de sus plazas ocupadas. La escasez
de pasajeros también se notaba en los servicios de las empresas
Dinar, que programó para ayer 12 vuelos, y de Southern Winds,
que cumplía un cronograma de 26 vuelos. La inactividad prácticamente
total por parte de la Asociación de Personal Técnico
Aeronáutico (APTA), el gremio que lidera Ricardo Cirielli,
obligó a Aerolíneas y Austral a cancelar todos los
vuelos debido a la falta de técnicos para controlar las aeronaves.
En el resto de los gremios que tienen trabajadores en ambas empresas
la adhesión fue parcial.
|
TRAS
LAS SOBRETASAS DEL MEGACANJE, CAE EL RIESGO
Crónica de una baja anunciada
Ni la detención
de Carlos Menem ni la huelga general, ni tampoco la internación
de Fernando de la Rúa. Ninguno de estos factores impidió
que el riesgo país continuara ayer su tendencia declinante. El
indicador ya se encuentra en los 877 puntos, 12 por debajo del día
anterior, y mostró una mejora del 14 por ciento en la semana posterior
al megacanje. Por su parte, las acciones subieron 0,1 por ciento en promedio,
totalizando un avance del 3,6 por ciento en la semana. Pese a las buenas
noticias, los gurúes de Wall Street tienen malos presagios para
la Argentina.
En la city adjudican el rally alcista de los bonos y de las acciones a
dos hechos: el éxito del megacanje que superó la expectativas
y desahogará los pagos de la deuda en el corto plazo, alentando
a los financistas y a otra cuestión técnica, ya que
los inversores están reestructurando sus carteras adoptando los
nuevos bonos. Precisamente, los flamantes títulos de deuda mostraron
alzas de hasta 13 por ciento durante la semana, como fue el caso del Global
2031.
En cuanto a las expectativas para el resto del año existen opiniones
contrarias. Bruno Boccara, economista jefe de la calificadora de riesgo
estadounidense Standard & Poors, dijo ayer que la Argentina
cumplirá con las metas fiscales pautadas con el Fondo Monetario.
Tiene una herramienta extraordinaria, señaló
Boccara. Se refería al impuesto a las transacciones financieras,
por el cual se cobra el 0,4 por ciento sobre las operaciones en las cuentas
corrientes y algunas en cajas de ahorro. Incluso, el economista apuntó
que, de necesitarlo, Cavallo podría incrementar la alícuota
al 0,6 por ciento. Todo sea por cumplir con el FMI.
No obstante, hay quienes no auguran un escenario de color rosa. Durante
un seminario realizado en Nueva York para analizar la situación
económica en la Argentina y Turquía, de la cual participaron
analistas de Wall Street, se concluyó en que será difícil
cumplir con las metas fiscales y de crecimiento. Geoffrey Dennis, experto
de Salomon Smith Barney, dijo que si la expansión del PBI no trepa
al 5 por ciento en el último trimestre, el acuerdo con el FMI se
vería amenazado. Al respecto, Joyce Chang, del JP Morgan
Chase, estimó que, de haberlo, el crecimiento fuerte
recién llegaría a comienzos de 2002. Y añadió
que los inversores tendrán que estar atentos también al
proceso eleccionario de este año.
PROTESTAS
ANTE LA SEDE DE IBERIA
Otros responsables
Los trabajadores
nucleados en la Asociación de Personal Aeronáutico (APA)
realizaron una concentración de repudio frente a la sede de la
compañía aérea española Iberia, en demanda
de una solución al conflicto que atraviesa la empresa Aerolíneas
Argentinas. El secretario gremial de APA, Fabio Basteiro (hermano de Ariel,
secretario general), afirmó que Iberia es responsable directo,
en estos últimos diez años, con American Airlines y con
la SEPI, de un sistemático plan de vaciamiento y de quiebra de
Aerolíneas.
Lo que hicieron fue planificar esta situación de dura crisis
que vive hoy Aerolíneas Argentinas y Austral y en este paro nacional
venimos a repudiar, dijo Basteiro, quien estuvo al frente de los
trabajadores que cortaron Carlos Pellegrini y Santa Fe. El dirigente del
gremio aeronáutico y la CTA se manifestó a favor de una
re-estatización, porque el Gobierno tiene que
garantizar la continuidad operativa y tener el tiempo necesario para buscar
una salida integral.
El Congreso Nacional de la Asociación Bancaria reunido en Buenos
Aires, presidido por Juan José Zanola, se solidarizó con
los trabajadores de Aerolíneas movilizados por sus derechos.
Los representantes bancarios manifestaron expresamente su
respaldo a la lucha de los trabajadores aeronáuticos y a todos
los trabajadores ocupados, desocupados y jubilados y todos
los argentinos que luchan por el derecho fundamental al trabajo que les
niega un modelo económico injusto e inviable.
En Santa Fe, trabajadores de la CGT disidente se trasladaron a la sede
de Aerolíneas en la capital provincial. Jorge Kiener, titular regional
de dicha central, declaró que a Aerolíneas el gobierno
anterior la entregó y el gobierno actual debe estatizarla, para
que sus 8000 trabajadores no se queden en la calle, pero a los que la
vaciaron les corresponde la cárcel. En La Plata, un grupo
de manifestantes de la CGT regional arrojó huevos, naranjas y piedras
contra la sede de la empresa Telefónica de esa ciudad.
En la Capital, a su vez, manifestantes de partidos de izquierda (PTS y
MST) participaron en la mañana en el repudio a Iberia, en Carlos
Pellegrini al 1100, donde quemaron neumáticos y pintaron consignas
contra la empresa, para dirigirse posteriormente a las oficinas de Repsol
YPF, en Diagonal Norte al 700. Allí, encabezados por la legisladora
porteña Vilma Ripoll (MST-IU), entonaron consignas contrarias a
las empresas españolas radicadas en Argentina. Ripoll denunció
que, así como Iberia nos robó Aerolíneas, los
españoles de Repsol nos robaron el petróleo: hay que reestatizar
Aerolíneas y conseguir fondos mediante fuertes impuestos a los
pulpos como Repsol, que ganan 500 millones por trimestre, se quejó.
VERSION
DE DENUNCIA CONTRA DIRECTIVOS POR FRAUDE
Gerentes con alas cortadas
S egún los
diarios españoles, Aerolíneas Argentinas enfrenta también
la posibilidad de una denuncia contra sus administradores por presunta
defraudación. Al margen de si esta presentación ante la
Justicia se concreta, lo cierto es que la empresa ya sufrió una
doble: fueron despedidos alrededor de quince personas del área
de cargas, al tiempo que un número similar de gerentes se alejaron
de la compañía, varios sospechados de haber cometido irregularidades.
La de Cargas es un área históricamente sospechada de corrupción,
aun cuando Aerolíneas estaba totalmente en manos del Estado, aunque
muchos procedimientos defectuosos sobrevivieron hasta entrada la gestión
hispana. Entre ellos está la falta de un control interno de las
facturas emitidas, de modo tal que hasta hace poco no era realmente factible
saber si los servicios prestados se cobraban o no y quién lo hacían.
A raíz de estas falencias, no sólo fue desplazado el gerente
del área sino personal subalterno, con responsabilidad en los trámites
objetados.
Antes de ello también hubo una purga del cuerpo gerencial, fundada
en un cambio del organigrama empresario, que redujo de ochenta a sesenta
y cinco la cantidad de directivos de ese nivel. Ninguno se fue expulsado
y bajo la acusación de haber cometido una maniobra irregular. Sin
embargo, varios de ellos son sindicados por la propia empresa como responsables
de venta de pasajes a precios irrisorios o como intermediarios en la comercialización
de los tickets, operación por la que obtenían abultadas
comisiones.
|