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FISCALES TRIBUTARIOS DENUNCIARAN POR SUBVERSION A LA CUPULA DE AEROLINEAS
Además de gallegos, serían subversivos

La maldita palabreja vuelve. Los españoles (y algunos nativos) que vinieron administrando Aerolíneas Argentinas hasta dejarla al borde de la ruina deberán defenderse del cargo de subversión económica, levantado por la Unidad Fiscal del Delito Tributario y el Contrabando. Una eventual quiebra podría ser rotulada como dolosa.

Investigación: El fiscal Maximiliano Rusconi fundamentará su denuncia en el resultado de una investigación preliminar que está culminando.

Por Cledis Candelaresi

La Unidad Fiscal de Investigación del Delito Tributario y el Contrabando se apresta a denunciar ante la Justicia a la conducción de Aerolíneas Argentinas por presunta subversión económica. Según la investigación realizada por el cuerpo de fiscales que comanda Maximiliano Rusconi, los responsables de la empresa privatizada tomaron una serie de decisiones desafortunadas para el destino de la compañía, que dieron como resultado su virtual vaciamiento. Aunque los investigadores del Ministerio Público no lo consideraron aún, muchas de esas maniobras están consignadas en actas de directorio, documentos de gran valor para que una eventual quiebra pueda ser calificada al menos de “culposa”, si no directamente de “dolosa”. La inminente denuncia de la Unidad Fiscal propinará un serio golpe a la administración hispana, principal responsable de la suerte que corrió Aerolíneas en la última década. Pero también podría involucrar a nombres locales, como el del efímero y alsogaraísta presidente del Banco Central (diciembre 1989-enero 1990), Rodolfo Rossi, quien se desempeña como síndico de la compañía casi desde los primeros tiempos de la privatización.
A juicio del grupo de Rusconi, la historia reciente de la aerolínea de bandera contendría prácticamente todos los elementos necesarios para que se configure el eventual delito de subversión económica, cometido por una empresa que es responsable de la prestación de un servicio público, comenzando por la decisión de cargar su balance con una deuda que, para los fiscales, es tan voluminosa como injustificada. Esta determinación fue seguida por otras que tuvieron la idéntica consecuencia de debilitar la empresa, al punto de dejarla en la situación de colapso actual.
A diferencia de algunas otras denuncias ya formuladas ante los Tribunales, la de Rusconi promete ser más contundente e invitará al juez en cuyas manos caiga a resolver en forma expeditiva. El fiscal general fundará su presentación en el resultado de una investigación preliminar que está culminando, para la cual aprovechó su acceso directo a la base de datos de la Administración Federal de Ingresos Públicos. La Ufidtco también utilizó su atribución de tomar declaraciones testimoniales, que pondrá a disposición del juzgado, facilitando mucho su tarea.
Fernando de la Rúa y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, se preocuparon días atrás por la suerte de otras dos causas que promovió el Defensor del Pueblo de la Nación, Eduardo Mondino, quien acusó a Aerolíneas por evasión y vaciamiento. Estos expedientes analizan, entre otras maniobras administrativas, la compleja trama de sociedades tenedoras de acciones que creó la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), con el presunto fin de encubrir la transferencia de recursos de la empresa argentina a Iberia, original adjudicataria del paquete accionario. Pero también pone la lupa sobre otras transgresiones al fisco local, como la de no haber tributado sobre pasajes vendidos a través de un sistema de reservas que tenía como centro operativo a Madrid: los administradores de la compañía computaban esos tickets como operaciones comerciales realizadas en Europa.
En algunos casos, las faltas atribuibles a los accionistas españoles no son otra cosa que la continuación de una política lesiva para los intereses de la empresa, que ya venía instrumentando la gestión estatal argentina. Entre ellas, la de haber mantenido hasta hace poco un frondoso cuerpo de ochenta gerentes, contrario a cualquier pauta de gestión ágil y eficiente. También, la de haber tardado una década en desmantelar una estructura corrupta en el sector Cargas, donde ni siquiera existía un control interno de las facturas cobradas.
Pero, según los fiscales, habría maniobras mucho más groseras, oscilantes entre la negligencia y la posible corrupción, imputables exclusivamente a los administradores de Aerolíneas posteriores a laprivatización. Algunas, incluso, dieron lugar a que algunos directores de la empresa promovieran una “acción social de responsabilidad”, que finalmente resultó abortada.
La lista de medidas empresarias perjudiciales aparenta ser muy extensa y va desde el alquiler de máquinas visiblemente inapropiadas para el servicio que se quería prestar al montaje de un sistema de venta de pasajes en shopping centers, pagando por ello una generosa comisión al intermediario, quien hasta hace muy poco se desempeñaba como gerente comercial de Aerolíneas.
Otro hecho incomprensible del gerenciamiento español es haber pagado 3 millones de dólares a un taller subsidiario del que utilizaba Iberia para sus propios reacondicionamientos por la reparación de los Boeing 737, cuando el valor de mercado de esa aeronave no superaba el millón y medio de dólares. O haber afectado al servicio de Aerolíneas aviones no útiles para su función, asumiendo el costo de una adaptación que bien podría haberse evitado..
No menos desafortunado fue el contrato que Aerolíneas celebró con AeroVip para que ésta le cubriera algunos servicios: la subcontratada recibía la cesión provisoria de la ruta y hasta los pasajes vendidos por AA, que como magra retribución le cobraba un porcentaje menor al del costo de comercialización de los billetes. Igualmente opaco es el acuerdo celebrado en 1998 con Lan Chile para venderle en exclusividad y a precio fijo la bodega de los aviones, cuya capacidad ociosa se negaban a precisar los administradores ibéricos, haciendo imposible juzgar si ese acuerdo comercial era atinado o tan desventajoso como señalan sus detractores.
La actual pulseada con los accionistas españoles para que éstos sigan inyectando recursos frescos que garanticen la operatividad de la compañía tiene una resolución incierta. Pero aun en el caso de que la SEPI se avenga a seguir aportando fondos nada garantiza que sus errores administrativos no se ventilen ante los tribunales, tensando inevitablemente la relación entre la Argentina y España. Ello aunque uno y otro gobierno insistan en que se trata de un problema gremial, provocado por un sindicato renuente a aceptar el ajuste, o aduciendo que es un conflicto empresarial, que no incumbe a ningún Estado.

 

Negociación supersónica

La ministra de Trabajo, Patricia Bullrich, adelantó ayer que el Gobierno planteará la próxima semana una “negociación rápida” con España, para lograr que Aerolíneas Argentinas “tenga capital, reponga sus escalas (referencia a los siete destinos en Brasil, Estados Unidos y Oceanía que canceló) y vuelva a la normalidad.” De hecho, el abandono de esas rutas reduce drásticamente las posibilidades de supervivencia de la aerolínea. Según indicó Bullrich, la Argentina espera que los españoles encaren un proceso de saneamiento de la empresa, similar al que realizaron con Iberia para poderla vender. Con esto le estaba respondiendo al canciller hispano, Josep Piqué, quien sostuvo anteayer que para España “no tiene sentido” seguir operando Aerolíneas Argentinas cuando ha privatizado la línea de bandera española.
Bullrich dijo aguardar que los dos gremios que se oponen a los propósitos de la SEPI (más horas de trabajo, despidos y reducción salarial) se sumen a la discusión para lograr que Aerolíneas reciba capital esta misma semana. La titular de Trabajo se mostró de acuerdo con la propuesta del radical Rodolfo Terragno de “vender la compañía a empresas compatibles con sus necesidades”. El ex Jefe de Gabinete defiende su histórico arreglo con la escandinava SAS, en base a la complementariedad de rutas, considerando que vender Aerolíneas a Iberia equivalió a entregarla a una compañía competitiva, que se beneficiaría con la desaparición de la empresa argentina.
Respecto de las declaraciones de Roberto Dromi (ver aparte), Bullrich remarcó que él “no es la persona indicada para dar consejos porque es el genio y el símbolo de lo que han sido las malas privatizaciones en este país”, y agregó que “lo que dice Dromi es mentira”.

 

Fue perfecta, y no cobró

El ex ministro menemista Roberto Dromi juzgó ayer “perfecto” el traspaso de Aerolíneas que consumó el gobierno anterior, y al apuntar contra los españoles y los organismos argentinos de control por la crisis de la compañía aseguró que “si el niño no aprende inglés en el colegio, la culpa no la tiene el partero”. En diálogo radial, Dromi negó que hayan existido coimas en el proceso de traspaso de la línea de bandera. “Yo respondo por los actos de mi gestión, que llegan hasta el 13 de enero de 1991”, precisó. “Que me citen a declarar mañana. ¿Qué inconveniente tengo yo?”, desafió, recordando que el contrato de privatización fue controlado por todos los organismos del Estado.
El ex ministro de Obras y Servicios Públicos afirmó además no tener inconveniente de presentarse ante la Justicia, si así es requerido por el proceso de privatización de Aerolíneas. “Que me citen a declarar mañana. ¿Qué inconveniente tengo yo?”, desafió el ex funcionario y reiteró que el traspaso de la compañía aérea “fue perfecto. El contrato de privatización –recordó– fue controlado por todos los organismos del Estado”.
“¿Qué defecto tuvo la privatización de Aerolíneas? –se preguntó–. ¿Que permitió un endeudamiento? Pero, ¿cómo no se va a endeudar un Estado que ha comprado una empresa?.” Según él, los españoles “fueron incumpliendo las condiciones exigidas, han hecho un mal negocio y tienen que asumir la responsabilidad. La gestión que han hecho es su responsabilidad, el fracaso es de ellos y el pasivo también. Ellos -prosiguió– se tienen que quedar con la deuda. ¿Por qué tenemos que pagar las deudas nosotros?”, expresó. Su fórmula para Aerolíneas es una gestión política ante el gobierno de España, que Fernando de la Rúa debería encargar a Domingo Cavallo (Economía) y Adalberto Rodríguez Giavarini (Relaciones Exteriores).

 

Brasileñas a la pesca

Las líneas aéreas brasileñas Varig y TAM cumplirán con los compromisos de Aerolíneas Argentinas para transportar a sus pasajeros entre la Argentina, Brasil y Estados Unidos, divulgó en la víspera la prensa de San Pablo. El vicepresidente de Relaciones Internacionales de TAM, Rubel Thomas, informó al diario Estado que un acuerdo que entró en vigor el viernes prevé la transferencia de los billetes de Aerolíneas para la compañía brasileña, incluyendo las frecuencias para Brasil y Miami. También dijo que 200 pasajeros que habían comprado pasajes de Aerolíneas volaron anteayer de Miami a Buenos Aires con TAM. Según el rotativo, Varig también transportará a pasajeros de Aerolíneas entre destinos continentales, cancelados por decisión de los administradores españoles de la empresa.

 

Denle tiempo, dice el FMI

El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Horst Köhler, aseguró estar convencido de que la Argentina saldrá de la crisis, desaconsejó cambiar la ley de Convertibilidad y llamó a la unión de los políticos argentinos por la salvación del país, todo esto en una entrevista con la revista brasileña Veja, publicada ayer. Descartó la posibilidad de que el FMI haya preparado un plan de salvación para el caso de que no se verifique la recuperación esperada. El alemán consideró que la superación de la crisis no pasa por cambiar la Convertibilidad. “Hacerlo ahora o en el futuro próximo solo traería más problemas’’, aseguró. Según su parecer, lo que el país precisa es “estabilidad política, que los partidos dejen de pelear entre sí”. Sobre el reciente megacanje de títulos de la deuda consideró que “el mercado confía en el plan de recuperación de la Argentina y, así, los argentinos tendrán la oportunidad de promover el crecimiento y salir de la actual crisis. Tenemos que darles tiempo para que obtengan éxito”, advirtió.

 

Bandera color de remate

Por Julio Nudler

Como el Correo, como Ferroexpreso Pampeano y otros casos conflictivos, el de Aerolíneas se diferencia de otras privatizaciones (teléfonos, gas, electricidad) en un rasgo esencial: no se la vendió con un mercado cautivo y monopolizado por ella, al que pudiera transferirle sus deficiencias. Esto explica parte de su clamoroso fracaso, como también explica parte del éxito microeconómico de otras privatizaciones. En todo caso, Aerolíneas estuvo y estará condenada a medirse con una poderosa competencia internacional, y esto es lo que vuelve más negro su futuro.
¿Alguien estará realmente dispuesto a invertir en ella todo el capital necesario? Obviamente, la solución ideal es que el Estado español asuma política y económicamente su culpa en el hundimiento de Aerolíneas, pero hay un punto a no olvidar: que con la privatización la compañía pasara a manos de una empresa estatal (primero Iberia, luego la SEPI) no cambia el carácter de la operación. Aerolíneas fue privatizada, y las empresas privadas por definición pueden fundirse si, por culpa de las circunstancias o de sus gerentes, pierden plata.
¿Qué significa entonces que se trate de una “línea de bandera”? En primer lugar, que ostenta un carácter poco compatible con la inestabilidad de los negocios privados, además del absurdo de que la enseña en cuestión mudara con su enajenación del celeste y blanco al rojo (de remate) y gualda. En segundo, que le da un privilegio sobre las rutas que nacen y mueren en la Argentina que es una rémora de los tiempos de la economía regulada. Ese atributo es hoy casi el único activo que no lograron fumarse los españoles, aunque están por conseguirlo mediante el abandono de trayectos.
Aunque los errores cometidos con Aerolíneas, con fe más mala que buena, hayan sido monstruosos, hoy la única opción para que esos desmanejos no la hundan definitivamente es que España admita sus chapuzas, facilitadas por el Estado argentino como socio bobo. Pero si no lo hace, ¿qué remedio queda? Renacionalizar y reestatizar la empresa sólo tendría sentido si se demostrara que los recursos a invertir en ella serían restados de otros destinos social y económicamente menos productivos. Que digan cuáles son.

 

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