Por Carlos Noriega
Desde
Lima
La concertación
está avanzando, señala Alejandro Toledo en un largo
diálogo con un pequeño grupo de corresponsales extranjeros,
entre los que se encuentra Página/12. Está sonriente. Y
no le faltan razones para sentirse feliz. Minutos antes había recibido
en su local partidario el apoyo del alcalde de Lima, Alberto Andrade,
y de su agrupación Somos Perú, de inspiración socialcristiana.
Con este respaldo, el presidente electo suma cuatro nuevos congresistas
a su coalición de gobierno y logra asegurarse una mayoría
de 64 parlamentarios en el Congreso unicameral de 120 miembros, de los
cuales sólo 45 pertenecen a su agrupación Perú Posible.
¿Qué plazo de tregua les pediría a los peruanos
para que puedan verse los primeros resultados de su gobierno?
Una tregua de 12 a 16 meses. En ese tiempo se deben comenzar a ver
los resultados tanto en la reactivación de la producción
como en la creación de empleo. Soy consciente de la enorme expectativa
social.
Expectativa social que va paralela a un alto grado de desconfianza,
incluso hacia usted a pesar de su triunfo.
Es cierto que hay desconfianza. Dar muestras de absoluta transparencia
y moralización será muy útil. Mucha gente me dice:
Cholo, estoy contigo, pero no vayas a ser como Fujimori o como Alan.
Vota por el cambio fue el eslogan de su campaña.
¿Cambiará el modelo económico neoliberal desarrollado
por el fujimorismo?
Ya no existen modelos económicos. Los paradigmas que prevalecían
en el área económica son paradigmas rotos. Hemos dicho que
somos partidarios de una economía social de mercado con rostro
humano. Eso significa manejar la economía con responsabilidad,
tener una política fiscal y monetaria disciplinada, los precios
relativos en su lugar, seguir con las privatizaciones, construir un clima
para atraer las inversiones privadas nacionales y extranjeras, tener reglas
de juego claras porque los capitales en este mundo globalizado se mueven
con gran facilidad y van a ir donde existan reglas claras, estabilidad
jurídica. Como medidas inmediatas vamos a reducir de 18 a 17 por
ciento el Impuesto General a las Ventas, eliminar progresivamente el Impuesto
Especial de Solidaridad, reducir los intereses bancarios, luchar contra
el contrabando. Con estas medidas esperamos reactivar el consumo y la
producción. Decimos con rostro humano porque le damos prioridad
a la inversión social en nutrición, salud y educación.
¿De dónde saldrán los recursos para esa inversión
social?
Necesitamos hacer una reingeniería de la inversión
pública. Eso significa que tal vez recortaremos presupuesto en
otros sectores. Probablemente compremos menos armamento, vamos a eliminar
el ministerio de la Presidencia. Pero no gastaremos más de lo que
tenemos como ingresos.
¿A la posible reducción de la compra de armamento
como una forma de disminuir el gasto militar se sumaría la reducción
del tamaño de las Fuerzas Armadas?
(Hace un largo silencio antes de responder) Prefiero reservarme
esa respuesta.
¿Cómo ve su relación con los militares?
Como una relación muy fluida. Tenemos una buena relación.
Yo distingo la paja del trigo y no estoy dispuesto a meter en el mismo
saco a todos los miembros de las Fuerzas Armadas y policiales. No niego
que han habido oficiales y soldados que han entrado a la corrupción
y ellos deben ser investigados y procesados. Ha llegado el momento de
rescatar la dignidadde la institución militar. Nunca antes el Perú
ha tenido una oportunidad tan extraordinaria como ahora para redefinir
el rol de las FF.AA.
¿Cómo se va a redefinir ese rol?
Quiero que sean socios en esta tarea de crecimiento económico
y desarrollo social. Le doy un ejemplo concreto: las carreteras las tiene
que hacer el sector privado, pero los caminos rurales que unen a los pueblos
más remotos los pueden hacer las FF.AA. Ellos saben hacer más
que sólo manejar bien un tanque, un avión o un barco. Vamos
a proponer una modificación constitucional para darles el voto
a los militares.
¿Su ministro de Defensa será un civil como una forma
de fortalecer el poder civil sobre el militar?
Sí.
¿Y el jefe del Servicio de Inteligencia Nacional también
sería un civil?
Sí, también.
¿Qué espera obtener en este viaje que ha anunciado
a algunos países de América latina, Estados Unidos, Europa
y Japón?
La gira tiene tres propósitos. Primero, explorar posibles
nuevas inversiones extranjeras en el Perú. Segundo, tratar de obtener
entre 400 y 500 millones de dólares de donaciones para implementar
un programa de emergencia social productivo para aquellos que están
en la extrema pobreza y que no pueden esperar 12 meses hasta que haya
trabajo. Los pondremos a construir caminos rurales, carreteras, centros
comunales. Tercero, comunicarles a esos países la necesidad de
que abran sus mercados para incrementar nuestro comercio.
¿La situación legal de Fujimori será el tema
central de su diálogo con el primer ministro de Japón?
Espero hablar de inversiones privadas, de comercio, de tecnología,
y, por cierto, vamos a pedirle al Japón que colabore para que Fujimori
responda ante la Justicia. Ahora, no sé si el primer ministro me
va a recibir. Yo no soy descendiente de japoneses, entonces tal vez no
voy a tener los privilegios que tenía Fujimori. Quiero que se incremente
la inversión japonesa privada, que a pesar de la relación
que Fujimori tenía y tiene como japonés es muy baja. Quiero
ser un constructor, quiero cerrar heridas, quiero tener una relación
cordial, de mutuo respeto con Japón, pero no soy partidario de
la impunidad.
¿Cómo se verían afectadas las relaciones con
Japón si este país mantiene su postura de dar protección
a Fujimori?
Espero que la justicia globalizada, que los garzones
del mundo ayuden a que Fujimori venga a responder a la Justicia. Es difícil
pensar que el gobierno de Japón sería cómplice de
una impunidad escondiendo a alguien que ha delinquido, me cuesta trabajo
creer eso.
En estos días hay muchas presiones de los organismos financieros
internacionales que prácticamente le están exigiendo que
nombre al banquero Pedro Pablo Kuzcinski como ministro de Economía.
¿Lo nombrará en ese puesto?
A mí nadie me exige nada. De ninguna manera. Yo manejo mi
propio carro porque a mí no me maneja nadie. Esta presidencia nace
con las manos desatadas, no responde a ningún interés, ni
nacional, ni internacional. Pedro Pablo (Kuzcinski) es un gran profesional
y él va a ser miembro del gabinete.
¿Cómo ministro de Economía?
Miembro del gabinete. Cuando tengamos todos los nombres anunciaremos
el gabinete.
¿Cuál va a ser la política de su gobierno en
el tema de la lucha contra las drogas y la relación con Estados
Unidos en este asunto?
Ese es un tema central en la relación con Estados Unidos.
Nosotros creemos que los países productores de hojas de coca debemos
sentarnos aconversar para tener una estrategia conjunta para dialogar
con los países consumidores. Soy partidario de la sustitución
de cultivos que genera trabajo. Eso significa arrancar la hoja de coca
y la gente que haga ese trabajo será pagada. Además de generar
trabajo, esta estrategia impide que se utilicen pesticidas. Después
viene la segunda etapa de sustitución por otros cultivos. Esperamos
que pueda haber algún precio refugio para estos cultivos sustitutos
y que Estados Unidos no sólo le ponga interés, sino también
más recursos a este tema.
En su partido Perú Posible confluyen personas de diferentes
ideologías, que van desde sectores conservadores hasta otros provenientes
de la izquierda. ¿Cómo puede afectar eso la marcha de su
gobierno?
Eso está muy concertado. Perú Posible es el reflejo
del espectro político del país. Esos paradigmas de izquierda
o derecha ya no funcionan. Tengo a Pedro Pablo Kuzcinski (economista neoliberal)
hablando de pobreza y empleo, y tengo a Oscar Dancourt (economista de
izquierda) hablando de economía fiscal.
¿Cree que existe el riesgo de algún Fujimori en otro
país de la región?
Sí.
¿Dónde?
Prefiero reservarme la respuesta. América latina debe tener
los ojos muy abiertos para que nunca más se produzca otro Fujimori
con diferente rostro.
¿El presidente de Venezuela Hugo Chávez puede ser
ese posible Fujimori con diferente rostro?
Prefiero reservarme la respuesta.
Hay quienes temen que una vez en el poder usted se sienta un Pachacútec,
un predestinado.
No, sería arrogancia de mi parte compararme con Pachacútec,
que fue el Inca que unificó, construyó el Imperio Incaico.
Yo no tengo ni un décimo de las virtudes de Pachacútec.
Es cierto que hay una tradición incaica según la cual cada
500 años viene el nuevo Pachacútec, pero esto es sólo
una coincidencia.
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