DIEZ
APUNTES SOBRE EL TECNICO DEL CAMPEON Llegó en medio de cuestionamientos, pero se ganó al plantel con sus métodos, se dedicó a buscar su equipo propio y priorizó los rendimientos sobre los convencionalismos, sin deslumbrarse. |
Por Ariel Greco 1 Con la partida de Oscar Ruggeri de la dirección técnica de San Lorenzo, todas las miradas apuntaron a Héctor Veira como su reemplazante. Sin embargo, quedó descartado por la imposibilidad de desvincularse de Lanús en aquel momento. Entonces, bajo la recomendación de Leonardo Rodríguez, Alberto Acosta y Néstor Gorosito, los dirigentes apuntaron a Manuel Pellegrini como técnico. Sin siquiera llegar a debutar, el entrenador chileno debió soportar innumerables cuestionamientos. Frases como no tiene antecedentes para dirigir a San Lorenzo; es un interinato hasta que pueda asumir Veira; es un títere de Miele; es el ingeniero que viene a terminar los codos del estadio, marcaron sus primeros días de gestión. Sin responder a esas críticas, Pellegrini sólo atinó a decir que venía para aportar su trabajo y para aprovechar la oportunidad que se le presentaba. 2 Pellegrini no es un personaje común para el fútbol argentino. Amante del perfil bajo, desde su llegada a San Lorenzo evitó mezclarse en polémicas y pasó por alto críticas muy ácidas. Como futbolista fue un zaguero central sin demasiado vuelo, lo que lo decidió a seguir en forma simultánea con sus estudios universitarios hasta recibirse como ingeniero civil. Ya como técnico se convirtió en un fanático de los videos y del juego ofensivo. Sin llegar a la saturación, Pellegrini los utiliza para mostrarles a sus futbolistas jugadas específicas, para evitar cometer los mismos errores en un futuro. Además del fútbol, le encanta el golf y lo juega bastante bien. En menos de cuatro meses se convirtió en el primer técnico chileno en conseguir un título en la Argentina. 3 La forma de trabajo que impuso en San Lorenzo sedujo casi de inmediato a sus jugadores. Acostumbrados a la rigidez y a los constantes cambios de jugadores y de sistemas que ensayaba Ruggeri, la tranquilidad de Pellegrini los atrajo mucho más. ¿Su secreto? Mayor cantidad de prácticas con pelota y claridad en sus conceptos. Casi todos los jugadores resaltan que ahora cada uno, ya sea titular o suplente, conoce su rol a la perfección, por lo que no hay reproches. Incluso, así lo reconoce el ayudante de campo durante la gestión de Ruggeri, Esteban González: Una de las diferencias que noto es que nadie se queja porque no juega. Con nosotros, cada vez que salía uno, se armaba un revuelo bárbaro. Ahora todos tiran para el mismo lado y se nota, señala González. Allí se puede encontrar uno de los mayores méritos de Pellegrini. 4 Muchos de los integrantes del plantel consideran a su actual técnico como el mejor entrenador que han tenido a lo largo de su carrera. Es un profesional bárbaro. De todos los técnicos que me dirigieron, nunca tuve uno igual. Es claro en lo que pretende de cada uno, entonces cada jugador sabe cuál es su función, resalta Raúl Estévez. Que un técnico te entregue tanto respaldo hace que te sientas muy útil para el equipo. Es más fácil jugar así, asegura Pablo Michelini. Para Sebastián Abreu, la claridad con que le marcó a cada uno su rol en el plantel es determinante en esta campaña. Confianza y respeto por el jugador son las dos virtudes que más rescatan casi todos sus dirigidos. 5 Su esquema táctico ideal incluye siempre una línea de cuatro tradicional, dos volantes de contención, dos enganches y dos delanteros, con una neta vocación ofensiva. Así trató de imponerlo en sus primeros partidos como entrenador de San Lorenzo. Sin embargo, no tuvo inconvenientes para adaptarse a sus jugadores y transformarlo en un 43-12 con el correr de los partidos. Con ese dibujo, su equipo logró los mejores resultados y rendimientos del Clausura. Por eso, su sistema soñadoquedó en el archivo y no tuvo reparos para aferrarse a un esquema que en un principio no lo convencía tanto. 6 Por más que su llegada se produjo con el Clausura y la Copa Libertadores ya empezados, el entrenador chileno no se quedó con la formación habitual del período anterior sino que en esos primeros encuentros buscó su propio equipo. De esa manera recuperó jugadores que parecían tener su ciclo cumplido. Raúl Estévez pasó de tercer suplente a titular y figura del equipo; Sebastián Abreu dejó de lado sus broncas y se convirtió en un sustituto confiable; Juan José Serrizuela finalizó sus vacaciones anticipadas para ganarse un lugar como lateral derecho. También terminó de afianzar a futbolistas que se habían estancado en su crecimiento. Leandro Romagnoli dejó de ser promesa para transformarse en el conductor del equipo, a Eduardo Tuzzio le encontró un lugar definido en la cancha, Pablo Michelini volvió a ser patrón en la mitad de la cancha, y así con el resto. Otra de las claves de la gran campaña. 7 Su manera de manejar la titularidad de los jugadores no es habitual en los técnicos argentinos. De acuerdo con los códigos vigentes, a un futbolista que deja su lugar por una lesión se le respeta su puesto. Sin embargo, Pellegrini priorizó la producción del reemplazante por encima de la tradición futbolera. Tras su lesión ante Los Andes, Campagnuolo no volvió al equipo porque Saja la rompió ante Estudiantes. A pesar de ser el goleador del torneo, Romeo no retornó a la titularidad tras su desgarro debido a que Abreu estaba en racha. Y Erviti apareció entre los once por una molestia de Leo Rodríguez, pero su rendimiento en la cancha lo mantuvo en el equipo por más que Rodríguez ya estaba recuperado. Esas decisiones no muy comunes de Pellegrini beneficiaron a San Lorenzo. 8 Más allá del diálogo permanente y la gran relación que mantiene con los jugadores, la disciplina del plantel es un tema fundamental en el pensamiento de Pellegrini. Además de las habituales multas por llegadas tardes, al técnico no le tembló el pulso para sancionar a Abreu por faltar a un entrenamiento. El uruguayo volvió a su país para festejar el cumpleaños de su hija y por la niebla no pudo abordar el avión que le hubiese permitido llegar a tiempo a la práctica. Esa falta le costó la titularidad, aunque las reglas claras no debilitaron al grupo. Luego del partido ante Argentinos, definido con los dos goles de su reemplazante, Bernardo Romeo, Abreu se tomó la sanción con humor: Le agradezco a Dios por la niebla, ya que permitió que entrara Romeo y metiera los dos tantos. 9 Los grandes nombres no lo deslumbran. Por más que Leonardo Rodríguez llegó a principio de año casi como un salvador y que incluso las buenas referencias que dio fueron trascendentes para que lo contrataran, Pellegrini no dudó en mandarlo al banco de suplentes y utilizarlo apenas 25 minutos por partido. A lo largo del torneo, esa situación se repitió con Tuzzio, Romeo, Abreu y Ameli, entre otros, todos pesos pesados del plantel. Esas resoluciones sirvieron para ganarse el respeto del grupo, para que nadie se durmiera creyéndose titular indiscutido y para que los suplentes se mantuvieran expectantes para poder aprovechar su oportunidad. 10 Con el título asegurado, Pellegrini igual mantuvo su mesura: Llevo quince años como jugador y otros 15 como técnico. Fui campeón en Chile, en Ecuador y ahora en la Argentina, lo cual me pone muy feliz. Esto es lo más parecido al cielo. Haber contado con el apoyo de dos grandes jugadores y personas como el Beto Acosta y Pipo Gorosito, que fueron los que le dijeron a este plantel que yo había sido el mejor técnico para ellos. Esome ayudó mucho, me dio mucha credibilidad en un grupo que venía anímicamente golpeado y con diversos problemas. Estoy muy orgulloso de mis jugadores, señaló tras la conquista.
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