Por Eduardo Tagliaferro
Esclarecer el destino de los
más de 60 millones de pesos que nunca ingresaron en las cuentas
oficiales es una de las obsesiones de los funcionarios judiciales que
investigan la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador. El fiscal federal
Carlos Stornelli le reclamó al juez Jorge Urso que pidiera a su
par de San Nicolás, Carlos Villafuerte Ruzo, las diligencias que
se realizaron para el cobro del seguro del helicóptero de Carlos
Menem Junior. A pesar de que el aparato estaba a nombre de la enigmática
sociedad Heli Air S.A., Lourdes Di Natale declaró, en la causa,
que fue Emir Yoma quien había cobrado los 650 mil dólares
correspondientes al seguro de la máquina. La medida solicitada
por Stornelli pone de manifiesto la voluntad de los funcionarios judiciales
de no dejar cabos sueltos a la hora de develar qué esconde la gran
cantidad de empresas que están detrás de los bienes de los
imputados judiciales.
El 15 de marzo de 1995 el hijo del ex presidente se precipitó a
tierra tripulando un helicóptero Bell 206 B-3 Jet Ranger III, un
modelo que según los expertos es de fácil manejo y uno
de los de menor coeficiente de riesgo en el mundo. Allegados a Menem
Jr. admitían pocas horas después de su fallecimiento, que
cuando fue comprada, la aeronave era usada y su valor era cercano al millón
de pesos.
El helicóptero figuraba a nombre de la empresa Heli Air S.A y en
la causa que se sustanció en el juzgado de San Nicolás,
Aurelia Hoffman, ex secretaria de Emir Yoma, afirmó ser la titular
la empresa. Los dichos de Lourdes Di Natale comprometen al empresario
del cuero no solamente por haber cobrado el seguro del helicóptero
sino que también lo vinculan estrechamente con Hoffman. Los 650
mil dólares se cobraron en dos cheques. Las afirmaciones de Di
Natale tienen fuerte asidero, no sólo por su privilegiada memoria
a la que supo ayudar con sus meticulosas agendas sino también porque
trabajó junto a Hoffman en las oficinas que el ex cuñado
de Carlos Menem supo tener en la calle Paraguay 577. Es una empresaria
a la que conozco hace más de treinta años expresó
el titular de la curtiembre riojana, cuando el nombre de su secretaria,
contadora y prestanombre estaba en las primeras planas.
Además de Heli Air S.A., la gorda, como la llaman sus
conocidos, tenía el control de Dalal S.A., una empresa fundada
por Emir en 1991 que se dedicada a la actividad constructora e inmobiliaria;
Quechol S.A., una inmobiliaria que la cuenta entre las socias fundadoras;
Santín S.A., una empresa fundada por la esposa de Emir que la tenía
como Presidenta y que se dedicaba a actividades tan dispares como la hotelería
y la curtiembre.
Aurelia Hoffman era algo más que una secretaria afortunada que
se cruzó en el momento y el lugar justo, con un patrón generoso.
Era la mujer de uno de los mejores amigos de Emir: Juan Antonio Retamero,
un rosarino que fatigó, junto al ex cuñado de Menem, los
caminos más inaccesibles de La Rioja buscando cueros para la curtiembre
familiar. Eran tiempos en los que la curtiembre Yoma estaba lejos de ser
el Yoma Group, como pomposamente autodenominaron a ese emporio que creció
al calor de la banca oficial cuando Carlos Menem estaba en la Rosada.
Cuando los tiempos de malaria quedaron atrás y un verdadero huracán
riojano acompañó la llegada de Menem a la Rosada, Emir siguió
siendo fiel compañero de su amigo Retamero. El flaco,
como era conocido Retamero, ocupó un puesto en la función
pública hasta que lejos de las páginas políticas,
su nombre comenzó a aparecer en las destinadas a los hechos policiales.
Primero apareció vinculado al Yomagate, aquel affaire en el que
Amira Yoma fue acusada de introducir dólares provenientes del narcotráfico
en valijas Samsonite. Tiempo después, Retamero se dio a la fuga
cuando fue acusado de administración fraudulenta contra la
administración pública, al conocerse una estafa con
planes del programa de Salud Prosol. Desde el año 95
el marido de Aurelia Hoffman e íntimo amigo de Emir está
lejos del largo brazo de la ley. Luego que Lourdes Di Natale testimoniara
que Emir Yoma había cobrado el seguro del helicóptero, su
hermana y ex primera dama, Zulema Yoma, cortó todo diálogo
con el menor del clan familiar. A pesar de que su hija Zulemita decía
que tenía dos padres y uno de ellos era Emir, Zulema mantuvo su
distancia con su hermano. Distancia que comenzó a acortar cuando
Emir fue enviado detenido a Campo de Mayo. Los Yoma vivieron como una
puñalada inaceptable que el menor de los suyos se convirtiera en
el techo de la causa por la venta de las armas, por eso presionaron por
todos los medios posibles al ex presidente para que se interiorizase por
su suerte.
Hoy el destino de ambos, Emir y Menem, está atado no sólo
por la figura de la asociación ilícita sino también
por la investigación de sus respectivos enriquecimientos. Quienes
presenciaron la audiencia con Emir recuerdan que uno de los momentos más
tensos de la indagatoria fue cuando los investigadores le preguntaron
por sus propiedades y las sociedades que figuran como titulares de las
mismas.
Una foto abrazaditos
Es una maniobra desesperada. Según comentaron
en los tribunales federales a Página/12, ésa habría
sido la frase que pronunció el fiscal Carlos Stornelli cuando
le hicieron saber que una revista del corazón publicaría
una fotografía de él abrazado a Carlos Menem.
Cuando le fueron con la novedad, el fiscal comentó a sus
colaboradores que la fotografía de marras fue tomada en casa
de un amigo suyo que había organizado un encuentro porque,
según el anfitrión, Menem lo quería conocer.
Stornelli comentó a sus ayudantes que la toma fue realizada
en aquella oportunidad, el 1º de junio de 2000, cuando
Menem había dejado de ser presidente y aún no estaba
imputado en la causa.
Efectivamente, en la edición de la revista Gente, que ayer
salió a la calle, una de las ilustraciones que aparecen en
la tapa es la fotografía en cuestión que, además,
se reproduce adentro de la publicación, en el marco de una
serie de notas favorables al ex presidente.
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UN
ESPIA DECLARO Y APORTO DOCUMENTOS DE 1986
Las armas, una vieja historia
Por E.T.
Mario Agustín Aguilar
Rizzi tiene una vida dedicada a la inteligencia, término académico
con el que los servicios de informaciones suelen referirse al espionaje.
Ayer se presentó ante el juez Jorge Urso y el fiscal Carlos Stornelli
para entregar pruebas documentales y afirmar que desde el año 1986
viene alertando de los vínculos del ex presidente Carlos Menem
con la venta de armas. Antes de entregar su testimonio, el ex agente recuerda
que había adelantado información sobre el asesinato de Mariano
Perel y del copamiento del cuartel de La Tablada.
Aguilar Rizzi fue detenido en el año 1986, vinculado con el segundo
secuestro del empresario Osvaldo Sivak. Frente a las autoridades judiciales
reconoció que en el momento de ser apresado estaba acompañado
por Lubjomir Vilanovic Sakic, criminal de guerra conocido en la Argentina
como Dinko Sakic. Luego de precisar que Sakic lo visitó varias
veces en la Unidad 16 adonde fue derivado, Aguilar Rizzi, afirmó
que el nazi croata le dijo que había comenzado a mandar a Croacia
armamento liviano. Me comentó que tenía contactos
por este tema con Alberto Kohan, con el ministro de Defensa que había
tenido él y un croata cuyo apellido no recuerdo, algunas reuniones
reservadas con Carlos Menem, que era Presidente, fue parte de la
declaración de Aguilar Rizzi a la que Página/12 tuvo acceso.
El ex agente de la SIDE sostiene también que a través de
sus contactos con el mundo de los espías pudo comunicarse con Sakic,
quien se encuentra detenido en Croacia. Incluso afirma que Sakic estaría
en condiciones de testimoniar en el expediente que se instruye en la Argentina.
La semana pasada el semanario croata Globbus reveló que Sakic había
tenido un rol protagónico en la venta de las armas argentinas,
lo mencionó como una persona de buena llegada con el traficante
Diego Palleros. En su testimonio, Aguilar Rizzi pone de relieve la relación
que tendría Menem y Kohan con Rubén Ormat, socio de Palleros,
actualmente prófugo en Brasil que ofició de intermediario
en la maniobra.
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