María Julia Alsogaray
está preparando su artillería para defenderse mañana,
cuando el juez Jorge Urso le pregunte por qué la ex ENTel., donde
ella era interventora, pagó cerca de 10 millones de dólares
de más a su proveedora Pecom-Nec, un mecanismo que se habría
repetido con otras empresas. Para diseñar su estrategia la ex funcionaria
se reunió ayer con su defensora oficial, Perla Martínez
de Buck. Uno de sus argumentos centrales será que el responsable
de la certificación de los sobrepagos era el síndico Julio
Orué, que ella no tenía que estipular los montos. A Orué
le toca declarar hoy. El ex liquidador de ENTel. en el gobierno actual,
Enrique Ipiña, señaló que María Julia es responsable
y aseguró que nadie paga de más si no tiene retorno.
Evidentemente estamos en presencia de una continuidad de hechos
delictivos. La caja era muy grande y ahí deben estar involucrados
no sólo María Julia sino quienes hacían un manto
protector de su gestión, dijo Ipiña. Era el
estado de impunidad total, ilustró.
Urso citó a María Julia como sospechosa de los delitos de
administración fraudulenta y malversación de fondos, ambos
excarcelables. En la misma causa, el fiscal Carlos Cearras había
pedido la indagatoria por primera vez hace tres años y en su última
insistencia dijo que había elementos para responsabilizarla como
líder de una asociación ilícita, la misma figura
por la que el propio juez Urso ordenó la detención de Carlos
Menem. El expediente comenzó con la detección, en 1992,
del sobrepago a la empresa Pecom-Nec. La maniobra fue denunciada por Carlos
Gómez, un ex contador de ENTel., que también terminó
investigado. En la pesquisa judicial se fueron sumando datos y los investigadores
calculan que los pagos extras a varias firmas proveedoras de la vieja
empresa de telecomunicaciones ascienden a unos 100 millones de dólares.
En la visita que hizo ayer a tribunales, la ex secretaria de Recursos
Naturales pasó por el fuero penal económico para presentar
un escrito en otra causa pendiente.
Según informaron en la Defensoría General Alsogaray deberá
declarar sólo sobre el caso de Pecom-Nec, una empresa del grupo
Pérez Companc. Ya hay una pericia de la Corte Suprema que constató
que hubo pagos sin causa. De todos modos, la ingeniera dirá
como hizo en una presentación espontánea hace algunos
días que a pesar de su rol de interventora de ENTel., no
fue la responsable de los millonarios pagos de más que, en cambio,
eran calculados y certificados por el titular de la Sindicatura General
de la Nación (Sigen) de entonces, Julio Orué. El síndico
ya dijo una vez ante el juez que reconocía que se había
equivocado al hacer el cálculo de conversión de australes
a pesos, y por eso se desembolsó una suma mayor a la prevista.
Seguramente eso mismo será lo que repita hoy, cuando tenga que
presentarse ante el juez, aunque nadie descarta alguna sorpresa.
Aun con estas explicaciones, sobrevuelan dudas mayores desde que a mediados
del año pasado se encontraron pagarés originales por más
de 20 millones de dólares que había pagado ENTel. a cinco
proveedores (entre ellos Pecom-Nec) en una caja de seguridad del Banco
Nación que llevaba cinco años cerrada y que sólo
tenían autorización para abrir María Julia y uno
de sus colaboradores. Tampoco queda claro para qué existía
esa caja si ENTel. tenía dos propias en su sede.
Los pagarés ocultos fueron descubiertos por casualidad por un auditor
del equipo de Ipiña y permitió a Cearras reforzar la hipótesis
de que también se habría pagado de más o en forma
irregular a las empresas Siemens, Sade, Pirelli y Telettra. La fiscalía
evaluó que pudo haber existido un mecanismo por el cual se usaba
varias veces un mismo pagaré para pagar a un mismo proveedor más
dinero. Una transacción cuya otra cara pueden haber sido coimas
destinadas a funcionarios.
María Julia no está en riesgo inmediato de ir presa. Pero
teniendo en cuenta que ya tiene un procesamiento por enriquecimiento ilícito
queestaría por confirmar la Cámara Federal, su panorama
a futuro sí puede complicarla.
Un escrache en traje
Devolvé la plata. Lo único que queremos es
justicia. Devolvenos lo que te llevaste. Megáfono en
mano, el hombre, de traje y corbata, no dejaba de gritar en la vereda
de Junín, frente al petit hotel donde vive María Julia
Alsogaray, lugar de unos 600 metros cuadrados que le valió
a la ingeniera una denuncia por enriquecimiento ilícito.
El grupo que se congregó para escrachar a la
ex funcionaria menemista llevó un par de banderas argentinas
y varios carteles caseros en los que se leía: Entel,
Somisa, Argentinos sin temor, Basta
de impunidad, cárcel a los corruptos y otra vez, Devolvé
la plata. Ayer por la mañana, María Julia logró
eludir a los periodistas que la esperaban en los tribunales de Comodoro
Py, donde se reunió con su defensora oficial para preparar
su estrategia en la causa en la que está siendo investigada
por fraude al Estado. Pero por la noche no pudo evitar el repudio,
organizado por un ciudadano que llegó al lugar acompañado
por sus familiares y allegados. Yo me represento
a mí mismo, aseguró el hombre que tenía
un cartelito con una dirección de e-mail: [email protected]
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