Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


EN LA CENA DE CONCIENCIA FALTARON DE LA RUA Y MENEM
La feria anual de vanidades

El ministro de Economía,
Domingo Cavallo, encabezó la mesa principal de la cena anual de la asociación Conciencia junto al representante del Presidente, el senador Mario Losada. En el salón se mezclaban Aníbal Ibarra, Felipe Solá y Mario �Pacho� O�Donnell entre muchos otros.
Fernando “Aíto” de la Rúa, el hijo menor del Presidente, atrajo los mimos
de las señoras. Su papá se disculpó por su ausencia porque a raíz de su operación debe restringir actividades.


Por Romina Calderaro

Es un clásico: los principales dirigentes políticos del país se exhiben cada año en la cena de la asociación Conciencia, pero la noche del lunes hubo algunas bajas: el presidente Fernando de la Rúa, recién operado del corazón, prefirió enviar en su lugar al presidente provisional del Senado, Mario Losada, y el ex presidente Carlos Menem no pudo ser de la partida por obvias razones. Está preso. Las figuras de la noche fueron el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y el jefe de gobierno porteño, Aníbal Ibarra. Los empresarios que asistieron pagaron entre diez mil y tres mil pesos por empresa, dependiendo de qué político eligieran para compartir la velada que condujo Marcelo Longobardi. Los humoristas Rubio y Rottemberg tuvieron a cargo la animación y la consultora Graciela Römer dirigió una encuesta interactiva que diseñó especialmente para la ocasión.
Conciencia es una asociación cívica no partidaria cuyo objetivo es “despertar en las personas la conciencia de su condición de ciudadanos transmitiéndoles ideales democráticos y republicanos”. El lunes no estuvo el Presidente, pero sí el menor de sus hijos, Fernando “Aíto” de la Rúa, quien llegó acompañado de su novia, Gabriela Vaca Guzmán. Estuvieron también Jorge Zorreguieta y su esposa, los padres de Máxima, la futura reina de Holanda; Raúl Portal, Enoch Aguiar, Mario “Pacho” O’Donnell; el ministro de Justicia, Jorge de la Rúa; el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo; el siempre elegante vicegobernador bonaerense, Felipe Solá; la vicejefa de gobierno porteño, Cecilia Felgueras; el flamante subsecretario de Comunicación del gobierno, Juan Pablo Baylac y el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, entre otros. Los empresarios que quisieron asegurarse un lugar en la mesa de Cavallo o en la de De la Rúa tuvieron que pagar diez mil pesos, aunque los que quisieron codearse con el Presidente tuvieron que conformarse con la charla de Losada. Las empresas que pagaron el cubierto fueron, entre otras, Aeropuertos 2001, Aguas Argentinas, Bodegas Chandon, Cablevisión, Massalín Particulares, Movicombellsouth, Techint, Same, Telecom y Repsol YPF.
Después del discurso de apertura de la cena, que este año se hizo bajo la consigna “Rescatando a Ciudadano”, la presidenta de la Asociación, Silva Rueda de Uranga, leyó una carta en la que el presidente Fernando de la Rúa se disculpaba por no estar presente y explicaba que por un tiempo debería restringir determinadas actividades. Después, Rueda de Uranga presentó a Ibarra, quien remarcó que no se resigna a la imposibilidad “de reconciliar la ética con la política”. Rubio y Rottemberg, los humoristas de Radio Mitre, se encargaron de entretener a los presentes mientras comían una entrada de filet de trucha ahumada patagónica, ensalada de manzana y apio y un plato principal de medallón de lomo en salsa de hongos silvestres con timbal de arroz con azafrán y almendras tostadas. Los humoristas presentaron videos con diferentes sketchs parodiando a Gran Hermano. En uno de esos videos, podía verse a Juan, un “empresario responsable que no se fue a Brasil, cuyo hobby es pagar sus impuestos y no evadir ni un peso”. Sentado junto a su esposa Sonia en la mesa principal, Cavallo sonreía. El dúo también dedicó un segmento a contar chistes sobre argentinos. Por ejemplo: “¿Saben por qué los argentinos no usan paracaídas? Porque siempre caen mal?”.
A la hora del postre –tulipa de caramelo con helado de crema americana, brochette de frutas naturales sobre coulis de frutilla– la consultora Graciela Römer subió al escenario para dirigir lo que ella definió como “un diseño interactivo para definir un mapa de obstáculos y soluciones al problema de la participación ciudadana”. Los comensales no votaron por separado: tuvieron que ponerse de acuerdo en cada mesa y emitir un sólo voto. Los principales obstáculos que relevaron los presentes fueron, en primer lugar, la sensación de cansancio moral que existe en la Argentina. En segundo término, el individualismo exacerbado de la población y de la dirigencia y en tercer lugar, la falta de credibilidad en los políticos. A la hora de hablar de soluciones, la gente opinó que lo más importante es que exista una dirigencia que dé señales de compromiso, voluntad y liderazgo para el cambio.

 


 

EL MINISTRO DE SALUD HIZO EL DIAGNOSTICO
De la Rúa es arteriosclerótico

El sábado pasado, Fernando de la Rúa fue dado de alta luego de que le practicaran una angioplastia. Ayer, el ministro de Salud, Héctor Lombardo, admitió que el Presidente sufre de arteriosclerosis, aunque a continuación aclaró que no es nada grave: según Lombardo, se trata de una enfermedad corriente entre las personas de la edad de De la Rúa (64 años) que no afecta en lo más mínimo su actividad cotidiana.
La polémica sobre la salud presidencial comenzó el viernes, apenas se conoció que De la Rúa había sido sometido a una angioplastia en la arteria coronaria derecha. Desde un primer momento, el Gobierno –siempre a través de Lombardo– intentó minimizar el hecho, presentándolo casi como si se hubiera tratado de un resfrío.
Aunque la operación fue exitosa, y De la Rúa ya retomó su rutina habitual, el tema volvió a instalarse ayer, cuando el médico Claudio Zin informó en diálogo con Luis Majul que el Presidente tiene arterioesclerosis: una enfermedad que provoca el deterioro de las paredes de las arterias, principalmente por la acumulación de depósitos grasos y calcificaciones.
Consultado por la misma radio, Lombardo reconoció que el Presidente padece esta enfermedad, pero minimizó sus consecuencias. “Es muy frecuente en la medida en que aumenta la edad y las arterias van envejeciendo”, dijo el ministro de Salud.
El funcionario también explicó que esto no altera la actividad del Presidente. “El hecho de que padezca esta enfermedad no significa que sea invalidante”, dijo. Y puso como ejemplo a Carlos Menem quien –según Lombardo– también tuvo que practicarse una desobstrucción, sufre arterioesclerosis y siguió desarrollando normalmente sus tareas.
Finalmente, Lombardo insistió en que no hubo desinformación del Gobierno en cuanto a la salud de De la Rúa. “Aquí no hay una versión optimista, una versión oficial y una versión política”, señaló el ministro. Y fundamentó el dato en la opinión de los médicos que atendieron a De la Rúa. “Cuando les preguntaron, dijeron que el Presidente es un paciente de bajo riesgo”, comentó Lombardo.

 

PRINCIPAL