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RETROSPECTIVA DE ORSON WELLES, EN EL COSMOS
Una Obra, con mayúsculas

A sesenta años del rodaje de
�El Ciudadano�, el ciclo propone cuatro títulos centrales del cineasta estadounidense, en copias digitales.

Trama: �El extraño� retrata
un tema caliente de la época, con Franz Kindler, un ex criminal de guerra nazi oculto en una ciudad
de Nueva Inglaterra.

Orson Welles se hizo célebre
con “El Ciudadano”, su primer film.
“Falstaff” (izquierda), rodada en España, cierra la muestra.

A 60 años de la filmación de El Ciudadano, la figura de Orson Welles adquiere cada día mayor dimensión. Héroe maldito de Hollywood, los homenajes se multiplican en la periferia de la industria cinematográfica. Buenos Aires, claro, no podía permanecer al margen de este revival, que excede largamente la efeméride puntual. A partir de mañana, en la sala 2 del cine Cosmos (Corrientes 2046), se llevará a cabo una breve retrospectiva de su obra. Bajo el título “De El Ciudadano a Fraude”, la muestra ofrecerá cuatro títulos fundamentales en la filmografía de Welles, en copia restaurada digitalmente: El Ciudadano (1941), Soberbia (1942), El extraño (1946) y Campanadas de medianoche (1966).
La producción cinematográfica de Welles comenzó en 1941, a los 24 años, con El Ciudadano. Pero el cineasta, que también fue un gran actor, ya se había hecho más que famoso en los Estados Unidos a partir del pánico colectivo que generó con un programa de radio donde dramatizó una adaptación en estilo de noticiero de La guerra de los mundos de H. G. Wells. Pero el estreno de El Ciudadano, el 1º de mayo de 1941 en el cine Palace de Nueva York, disparó diferentes polémicas, tanto por el enigma sobre qué significaba la palabra “Rosebud” como por la inocultable alusión al magnate de la prensa William Randolph Hearst. Citizen Kane se verá mañana, en varios horarios.
Un año después del suceso de El Ciudadano, Welles filmó The magnificent Ambersons, aquí conocida como Soberbia. En esa historia de decadencia de una familia aristocrática del siglo XIX, el director reservó para sí el guión y la producción, y sólo pudo escucharse su voz en pantalla (este viernes y el lunes 18). Tras la fallida experiencia de It’s all true, que rodó en 1943, nunca llegó a montar y recién vio la luz en 1993, Welles realizó El extraño (“The stranger”), un film nominado al Oscar como Mejor guión original que retrataba un tema caliente de la época: la trama se centra en Franz Kindler, un ex criminal de guerra nazi oculto en una ciudad de Nueva Inglaterra como el inocente profesor de historia Charles Rankin. La fachada de Rankin parece inobjetable, hasta que la liberación de otro oficial alemán haga tambalear su sólida estructura familiar junto a la hija de un integrante de la Corte Suprema. Se verá este sábado y el martes 19.
En 1948, con La dama de Shanghai, Welles rompió la imagen clásica de quien era su esposa, Rita Hayworth. Ese mismo año comenzó su serie de adaptaciones de Shakespeare, protagonizadas por él mismo, con Macbeth, a la que siguió Otelo, en 1951. Su fascinación por el cine negro tuvo como exponentes Mr. Arkadin (1955), y sobre todo la magnífica Sed de mal (1958), hasta que un año más tarde comenzó el rodaje de una versión cinematográfica de Don Quijote, film inacabado del que rodó seis horas. La primera película rodada en la década de los 60 fue El proceso, basada en la novela de Franz Kafka e interpretada por Anthony Perkins; en 1966, Welles rodó en España Campanadas de medianoche (Falstaff), en la que el director canibalizó varios textos de Shakespeare e interpretó el enigmático papel de sir John Falstaff (domingo 17 y miércoles 20). En 1968 realizó Una historia inmortal, con la brillante participación de Jeanne Moreau, y en 1973 llegó F de Falso (o Fraude), su último film, en el que indaga en el mundo del arte y sus falsificaciones.

 

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