El gobernador Carlos Ruckauf
apuntó ayer sobre las megacomisiones de 150 millones de dólares
que se pagó por el megacanje a un consorcio de 7 bancos y dijo
que corresponde a los organismos de control analizar si existieron
irregularidades. Así, se sumó a la ofensiva de un
grupo de diputados justicialistas que alienta una investigación
sobre el tema. Paralelamente, el juez federal Jorge Ballesteros libró
ocho oficios a distintos organismos oficiales para determinar si hubo
responsabilidad penal del ministro Domingo Cavallo y su segundo, el secretario
de Finanzas, Daniel Marx, en el pago de esas onerosas comisiones al selecto
grupo de entidades financieras que organizaron la operación.
Hasta ahora, sólo diputados del justicialismo, y en especial del
menemismo, habían fogoneado la necesidad de investigar las megacomisiones
pagadas por Cavallo. E incluso llegaron a esgrimir el tema como un elemento
de presión para poner en una situación difícil al
Gobierno tras la detención del ex presidente Menem. Sin embargo,
ayer Ruckauf decidió también machacar con el tema, aunque
se cuidó de aclarar que Argentina necesitaba el megacanje.
Por su parte, el juez Ballesteros libró oficios a la Secretaría
de Finanzas, la Sindicatura General de la Nación, la Oficina Anticorrupción
y la Secretaría Legal y Técnica de la Presidencia de la
Nación, entre otros organismos, para investigar la denuncia promovida
por el dirigente justicialista Juan Labaké. El magistrado rechazó
dictar la medida cautelar que le había solicitado Labaké,
para que se suspendiera la aplicación de las pautas finalmente
aprobadas por el gobierno nacional para el canje de títulos de
la deuda. Pero, junto con el fiscal Eduardo Freiler, se mostró
más que interesado en investigar la posible comisión de
delito en el pago de las comisiones.
Como viene informando Página/12, el megacanje de títulos
de la deuda pública derivó en el pago de exorbitantes comisiones
administrativas a los bancos privados encargados de organizarlo. Según
estableció el decreto 648 firmado por el presidente Fernando de
la Rúa el 16 de mayo pasado, se reconoció como comisión
de canje hasta 0,55 por ciento sobre el monto de los nuevos bonos
emitidos. Esa comisión debía, teóricamente, cubrir
el costo administrativo de los bancos que actuarían supuestamente
entre intermediarios entre los tenedores de títulos de la deuda
argentina y el gobierno argentino. De acuerdo al mismo decreto, los 7
bancos designados para liderar la operación fueron el Credit Suisse
First Boston, el JP Morgan, el Santander Central Hispano, el BBVA Francés,
el HSBC, el Citigroup y el Galicia.
Teniendo en cuenta que esos bancos, más unos pocos más asociados,
acercaron títulos al canje por 27.700 millones, la comisión
total a repartir fue de 152 millones de dólares. Sin embargo, unos
20.000 millones fueron títulos aportados por los propios bancos
que los tenían en sus carteras. Así, por sólo por
esa parte de la operación, habrían cobrado una comisión
administrativa de 110 millones de dólares por canjearse títulos
a sí mismos. Para las operaciones en que el Estado pide prestado
en el mercado local de deuda, cosa que ocurre periódicamente con
la renovación de Letras del Tesoro, la comisión administrativa
pagada es muy inferior al 0,55 por ciento, una tasa considerada promedio
para operaciones en el mercado internacional.
Además, la bolsa de las comisiones fue distribuida entre el grupo
de bancos a partir de una negociación política que poco
tuvo que ver con la porción de títulos que presentaron para
el canje.
Por caso, el CS First Boston, el banco de David Mulford, el amigo de Domingo
Cavallo que, según confesó el ministro lo convenció
de la necesidad de la operación, se llevó una comisión
de casi 20 millones de dólares siendo que aportó menos del
5 por ciento de los títulos públicos canjeados.
Sin embargo, uno de los puntos más oscuros fue el peaje
que debieron pagar los bancos oficiales que quisieron canjearle al propio
gobierno nacional sus títulos públicos en cartera. Como
informó este diario, el Banco Nación aportó 1800
millones en títulos, 40 por ciento más de lo que acercó
el banco de Mulford. Por ese trueque, el consorcio de bancos privados
quería obligar al banco oficial a canalizar los fondos a través
de ellos para cobrar una comisión de 10 millones extra. Y si no
fuera porque su titular, Enrique Olivera, se negó rotundamente,
el Ministerio de Economía les hubiera pagado esa comisión
a los bancos por intermediar en el Banco Nación y el
gobierno argentino.
Con menos recursos legales para oponerse a esa ridícula situación
contaron el Banco Ciudad y el Banco Provincia. Ambas entidades oficiales
canjearon títulos de la deuda al Gobierno, pero según les
advirtió por escrito el secretario de Finanzas, Daniel Marx, la
mitad de la operación tuvieron que canalizarla a través
de las entidades privadas. Así, los bancos se quedaron con una
comisión extra de entre 2 y 3 millones de dólares, por intermediar
entre los bancos oficiales argentinos y el Gobierno.
Vienen dólares
del blindaje
El Banco Interamericano de Desarrollo destrabó ayer un
desembolso por 502 millones de dólares correspondientes a
un tramo del blindaje. Según precisó la entidad, esos
recursos ayudarán a fortalecer la economía mientras
el Gobierno adelanta reformas del sistema de pensiones, seguros
y del mercado de capitales. En total, el BID se comprometió
a prestar 2500 millones entre este año y el 2002 como parte
de los 39.700 millones que el Gobierno consiguió de parte
de diversos organismos internacionales, España, los bancos
y las AFJP. Desde que el FMI rubricó el nuevo acuerdo con
Domingo Cavallo, a fines de abril, tanto los organismos internacionales
como España destrabaron desembolsos del blindaje que estaban
pendientes. Hace tres semanas, el Fondo envió 1250 millones
de dólares, luego España hizo lo propio con otros
150 millones y ahora el BID anunció que liberará 502
millones en forma inminente.
|
SUBIO
EL RIESGO PAIS Y BAJARON LAS ACCIONES
El mercado está muy sensible
El Gobierno desestimó
que la próxima semana vaya a canjear los bonos nominados en euros
que están en circulación, por un total de 25.000 millones
de dólares, y que no se incluyeron en el megacanje. La ejecución
de esta operación está incluida en el programa financiero
de 2001, pero no se va a realizar la semana que viene, señaló
Julio Dreizzen, subsecretario de Financiamiento. La versión de
un inminente nuevo trueque de títulos públicos influyó
en la caída que ayer tuvieron los bonos, de entre 0,5 y 1 por ciento,
y que hizo que el riesgo país volviera a subir, esta vez 13 puntos,
para terminar en los 923.
Las acciones también operaron a la baja. El índice MerVal
cerró con una caída del 1 por ciento, en línea con
lo ocurrido en Wall Street, donde el Dow Jones cedió 0,7 por ciento
y el Nasdaq, el 2,2. En Brasil, en tanto, el real volvió a terminar
en un mínimo histórico: 2,42 unidades por dólar.
A su vez, el éxito logrado por Economía en la licitación
de Letes de anteayer propició una nueva caída de la tasa
interbancaria, que ayer cayó al 3,5 por ciento anual entre bancos
de primera línea. No obstante, el ex viceministro de Economía
Mario Vicens desechó que ese hecho desate la euforia. Al respecto,
sostuvo que la colocación de Letras del Tesoro es sólo
una buena noticia, pero no suficiente como para pensar en una reactivación.
Para lograrlo, añadió, debería caer el riesgo país,
algo que por ahora no está ocurriendo. Las tasas de largo
plazo no bajaron y el Gobierno debe trabajar para eso, concluyó.
Desde el sector empresario también se pronunciaron sobre la caída
de las tasas de corto plazo. El vicepresidente del grupo Socma, Jorge
Aguado, opinó que ese hecho fue absolutamente positivo
y, entusiasmado, agregó que confiamos que para fin de año
vamos a notar los efectos de la reactivación. Thomas Hess,
director de Esso, manifestó a su vez que en el sector petrolero
ya estamos viendo señales de una reactivación. Al
respecto, en el sector bancario consideran que la fuerte caída
de los costos de financiamiento podría redundar en menores costos
en los préstamos empresarios.
Apoyo del Tesoro de
EE.UU.
El gobierno estadounidense, a través del subsecretario
del Tesoro, John Taylor, dio un firme apoyo a la Argentina.
Lo hizo durante una conferencia de prensa que el funcionario brindó
en París, donde se realiza una nueva reunión de los
países integrantes de la OCDE (Organización para el
Desarrollo y la Cooperación Económica). Al expresar
su respaldo a la gestión de Domingo Cavallo, Taylor señaló
que el megacanje rebasó las expectativas y dijo
que esa operación abrirá las puertas a que el plan
del ministro obtenga una confianza adicional por parte
de los inversores internacionales. De ocurrir, ello posibilitaría
una reducción de las tasas de interés, capaz de reactivar
la economía. Justamente, el funcionario estadounidense dejó
en claro que, de ahora en más, el objetivo central del Gobierno
debe ser el crecimiento económico.
|
|