A poco de asumir como ministro
de Economía, Domingo Cavallo dijo que el Arancel Externo
Común del Mercosur no sirve para nada, lo que desató
una polémica tan fuerte que lo obligó a retractarse. Sin
embargo, dos meses más tarde lo que había parecido un exabrupto
se convirtió en una propuesta concreta. Cavallo viajó ayer
a Brasil para reunirse con las máximas autoridades de ese país,
empezando por su presidente, Fernando Henrique Cardoso. Y allí
planteó crear una comisión de alto nivel que
estudie cambios al Arancel Externo Común (AEC), tendientes a producir
una rebaja de su nivel general y algunos retoques en casos particulares.
Cardoso y el ministro de Hacienda brasileño, Pedro Malán,
accedieron al pedido, lo cual constituye una decisión de gran importancia,
ya que se profundizará la apertura de las economías del
bloque regional. Por otra parte, Cavallo anunció que la próxima
semana anunciará un paquete de medidas impositivas y desregulatorias,
que al fomentar la reactivación mejorarán el clima en la
región e, indirectamente, beneficiarán a Brasil.
El AEC es lo que marca la diferencia entre que el Mercosur tienda a convertirse
en una unión aduanera que por ahora es imperfecta, ya que
cada país tiene una lista de mercaderías exentas al nivel
arancelario general para la importación de terceros países,
y que sea sólo un gran acuerdo comercial entre países vecinos,
que aplican aranceles más bajos para su intercambio de productos.
El compromiso de integración en el primer caso es muy superior
al segundo. La Comunidad Económica Europea es la máxima
expresión mundial de unión aduanera, mientras que el Nafta
integrado por Estados Unidos, Canadá y México
es un acuerdo de libre comercio. En el origen del Mercosur estaba avanzar
lo más posible hacia la experiencia europea.
Aunque el acuerdo que sellaron ayer Argentina y Brasil no elimina el AEC,
sino que apunta a bajarlo, marca un precedente en la línea que
más le gusta a Cavallo. Es decir, alejarse de expresiones más
profundas de integración, para que cada país explore otras
alternativas de acuerdos comerciales. Lo que se decidió en Brasilia
fue reabrir una discusión saldada hace siete años. De allí
a que en algún momento se discuta sobre la conveniencia de anular
el AEC la distancia es más corta. De hecho, Cavallo se apartó
unilateralmente del AEC al subir aranceles de bienes de consumo y reducir
los de bienes de capital, aunque obtuvo un waiver (perdón) de los
socios del bloque. Y ayer remarcó en Brasil que el apoyo argentino
al Mercosur no impide que el país continúe negociando con
Estados Unidos o con distintos bloques económicos.
Se propuso la creación de un grupo de alto nivel que haga
recomendaciones para reducir el AEC en algunos casos y eliminar distorsiones,
con una idea de bajarlo en general, comentó Federico Sturzenegger,
secretario de Política Económica, quien acompañó
al ministro en su viaje a Brasil. También estuvo el secretario
de Finanzas, Daniel Marx. La delegación argentina se entrevistó
con Cardoso, Malán y con el canciller brasileño, Celso Lafer.
Sin duda, nuestros hermanos brasileños entienden el problema
que atravesamos y están dispuestos a cooperar. No hay nada mejor
para el Mercosur y para Sudamérica que cada una de las naciones
tenga una economía vigorosa, enfatizó Cavallo. En
ese sentido, anticipó que la próxima semana dará
a conocer nuevas medidas impositivas y de desregulación, que fueron
explicadas a las autoridades brasileñas, aunque no quiso dar detalles
de cuáles son sus planes.
RECORD
TAMBIEN DE CONVOCATORIAS
Quiebras como nunca
Después de tres años
de recesión, la economía real muestra signos sumamente desalentadores.
En mayo, la cantidad de concursos preventivos y de quiebras empresarias
llegó a niveles record. Las quiebras del mes pasado fueron 153
(47 más que en el mismo período de 2000), mientras que las
aperturas de concursos de acreedores fueron por 177 (contra 141 del año
pasado). Otro signo de la crisis son los pedidos de quiebra, que en mayo
sumaron 848, manteniendo los elevados niveles de los últimos dos
años, según el último informe de la consultora Experían.
Esta tendencia se ha mantenido en los primeros días de junio.
Ya fueron solicitadas las aperturas de dos concursos preventivos de gran
volumen: el de la compañía aérea LAPA, con un pasivo
de 79,9 millones de pesos; y el de la autopartista Pilar Partes, con una
deuda de 30,5 millones, y el club Ciudad de Buenos Aires, señaló
el documento.
Las quiebras más importantes de mayo fueron las del comercio Mequebe,
con una deuda de 1,7 millones de pesos; la transportista DIN International
Services (1,1 millón) y la del agente de Bolsa Zunilda González
(un millón).
Por último, también se detectó un incremento de las
demandas judiciales por falta de pago en los tribunales porteños,
que el mes pasado treparon a 10.298 (280 más que el año
pasado). En lo que va del año, hubo 45.053 demandas (600 más
que entre enero y mayo de 2000).
PROCOMPETITIVO
PARA VITIVINICULTURA
Se tomaron todo el vino
La actividad vitivinícola
será incorporada a los planes procompetitivos del Gobierno, con
el objetivo de impulsar la reconversión de esa industria e incrementar
el volumen de exportaciones de vinos finos argentinos.
Marcelo Regúnaga, secretario de Agricultura, dijo ayer que el nuevo
plan será puesto en práctica en dos o tres semanas
pero adelantó que la próxima semana empezarán las
reuniones con los empresarios del sector para definir los alcances de
las medidas.
Según Regúnaga, uno de los objetivos del plan consistirá
en aumentar las exportaciones de vinos finos, que entre 1995 y el año
2000 se quintuplicaron, al pasar de 10 a 50 millones de litros anuales.
A su vez, el titular del Instituto Nacional de Vitivinicultura, Luis Borsani,
reveló que el plan apuntará a la especialización
de los productores en uvas finas, frescas y de vinificación que
son los rubros de mayor demanda interna y en los mercados internacionales.
Respecto de este tema ya hubo contactos con las principales provincias
productoras de vinos: San Juan, Mendoza La Rioja, Salta, Catamarca, Neuquén
y Río Negro.
|