Sorpresivamente, el jefe de
Gabinete, Chrystian Colombo, sostuvo anoche que el ministro de Salud,
Héctor Lombardo, debería presentar su renuncia por haber
dicho que el presidente Fernando de la Rúa sufría de arteriosclerosis.
Fue el corolario de una jornada en la que el Gobierno había tratado
de sobrellevar de la mejor manera la gaffe de Lombardo, quien resultó
blanco de las iras oficiales. Incluso, el propio De la Rúa debió
aparecer en escena para asegurar que se sentía fantástico
y que las declaraciones de su ministro y amigo habían sido un
blooper.
Colombo concurrió al programa de cable A Dos Voces
básicamente para referirse al conflicto de Aerolíneas Argentinas.
Pero en determinado momento fue consultado acerca de los dichos de Lombardo.
Colombo también se refirió a ellos como un blooper
pero además dijo que habían sido un grave error.
El jefe de Gabinete aceptó los conceptos del periodista, quien
aseguró que el Gobierno había pagado un costo por los poco
afortunados análisis médicos del ministro. Al menos
tiene que tener el gesto de presentarle al presidente de la Nación
la opción de renunciar y que el Presidente decida si quiere que
continúe ese funcionario o no porque claramente el costo fue muy
alto, refrendó Colombo.
Durante el día había sido palpable el malestar que existía
contra Lombardo en los funcionarios más cercanos al Presidente.
Pero ninguno de ellos había hablado la posibilidad de una renuncia.
Sobre todo si se tiene en cuenta que Lombardo es amigo personal de De
la Rúa desde hace años y que es uno de los dos ministros
el otro es el canciller Adalberto Rodríguez Giavarini
que lograron sobrevivir a los múltiples cambios de gabinete que
sufrió el gobierno aliancista en su año y medio de gestión.
Pensar que lo mandamos a hablar a Lombardo porque es médico
y supusimos que tenía menos posibilidades de equivocarse,
ironizaba uno de los voceros de la Casa Rosada el martes a la noche, cuando
la definición de Lombardo ya era la comidilla favorita en los pasillos
de la Rosada. Aunque lo que dijo el ministro era científicamente
correcto, la definición del Presidente como una persona que sufre
arteriosclerosis una enfermedad crónica que entorpece la
circulación arterial y es causada principalmente por el alto colesterol
y el tabaco atentaba contra los esfuerzos del equipo de comunicación
de la Rosada que había buscado minimizar las consecuencias de la
intervención quirúrgica.
Incluso, ayer a la mañana, Lombardo tuvo otra aparición
radial no del todo feliz en la que admitió que el Presidente tomaba
diariamente un Lexotanil. La suma de la arteriosclerosis más el
consumo habitual de un fuerte ansiolítico no daría la mejor
fórmula para una persona que debe ejercer la presidencia.
Luego de la lectura de los diarios de ayer, el Gobierno salió presuroso
a cambiar la impresión que podría haber dejado esa definición.
Máximo si se tiene en cuenta el gasto que viene haciendo el Ejecutivo
para favorecer los efectos beneficiosos del megacanje y apurar la reactivación.
Mientras persista, la imagen de un Presidente con la salud delicada sólo
ayudaría a agrandar la impresión de debilidad política
que el Gobierno tiene para buena parte de los mercados financieros. Ayer,
en el precoloquio de IDEA que se lleva a cabo en Tucumán, algunos
de los más importantes empresarios del país se mostraron
preocupados por los comentarios que circulaban alrededor de la salud presidencial.
El ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, calificó la frase
de Lombardo como una infeliz expresión, aunque dio
por descontado que el ministro había tenido buenas intenciones.
El presidente de la Asociación Argentina de Cardiología,
Néstor Pérez Baliño, quien fue consultado por el
equipo que realizó la angioplastia al Presidente, explicó
que si bien la gente común tiene la percepción de que la
arteriosclerosis es una enfermedad grave, entre los médicos se
les llama así a una lesión en la arteria.
Para terminar con las versiones que iban en aumento, por la noche, el
médico personal del Presidente, Cristian López Saubidet,
sacó un comunicado en el que indicó paso por paso la evolución
de la enfermedad de De la Rúa, terminando con los análisis
que dieron resultados de total normalidad. El señor Presidente
está en condiciones de realizar su vida absolutamente normal,
señaló López Saubidet. El parte sería destacado
luego por Colombo, antes de hablar de la renuncia de Lombardo. Continuará.
¿Cómo
está el Presidente?
El diputado justicialista Arnaldo Valdovinos reclamó, a
través de un pedido de informes, que el Gobierno dé
precisiones sobre el estado de salud del presidente
Fernando de la Rúa y su aptitud para ejercer su cargo.
Valdovinos explicó que el pedido de informes responde a los
riesgos de gobernabilidad, dado que la arteriosclerosis es una enfermedad
que implica crecimiento progresivo, riesgo arterial y eventualmente
infarto. La presentación es a raíz de las declaraciones
del martes del ministro de Salud, Héctor Lombardo, quien
reconoció que el Pzresidente sufre del padecimiento arterial
conocido como arteriosclerosis. Este cuerpo no puede tomar
una actitud de indiferencia ante estos dichos que son ratificados
nada más ni nada menos que por el titular de Salud,
agregó Valdovinos.
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