Por Felipe Yapur
El menemismo se valió
del Consejo Nacional Justicialista, el único espacio institucional
partidario que todavía domina para brindarle a su jefe en desgracia
la solidaridad que necesita. Emitieron un duro documento que utilizaron
como declaración de guerra. Aludieron una supuesta persecución
política que se cierne sobre el preso político
Carlos Menem. Sin debate y con encendidos discursos, el ultramenemismo
exigió el cese inmediato de los agravios de los integrantes
del actual gobierno nacional y de la más formidable
campaña de desprestigio jamás consumada en la Argentina.
A su entender ésta supera las que sufrieron Juan Domingo Perón
y Eva Duarte.
El lugar elegido para emitir la declaración no se dejó al
azar. Menem lo utilizó para brindarle el 15 de febrero pasado el
único respaldo político que recibió el entonces titular
del Banco Central, Pedro Pou, mientras era investigado por una comisión
bicameral. Ayer, los utilizaron para apoyar a su líder y conseguir
la presencia de los gobernadores que lo visitaron en la quinta de Don
Torcuato. Eso sí, siguen sin lograr que se acerquen José
Manuel De la Sota, Carlos Reutemann y mucho menos Carlos Ruckauf, con
quien Carlos Corach selló un pacto de no agresión la semana
pasada.
Basta de persecución política, es el título
del documento. Allí advierten que la detención de
Menem está siendo utilizada para enfrentar a los argentinos, dificultar
la convivencia y reabrir viejas heridas de una Argentina dividida.
El texto, redactado por Eduardo Bauzá la semana pasada, fue corregido
en un salón del edificio de Matheu 130 por Marín, Eduardo
Menem, Ramón Puerta, César Arias, el gobernador Angel Maza,
y Alberto Lestelle. En el auditorio esperaban los gobernadores Gildo Insfrán,
Angel Maza, Adolfo Rodríguez Saá y Eduardo Fellner; los
diputados Daniel Scioli y José Figueroa; los sindicalistas Antonio
Cassia y Raúl Amín, entre otros dirigentes de segunda y
tercera línea del PJ.
El documento afirma que no es una casualidad la detención de Menem
a quien definieron como preso político del gobierno radical.
Sin decirlo, pero en una obvia comparación con los golpes de Estado,
el menemismo señaló que en estos tiempos en que no
hay cuarteles para golpear, sí hay poderosos manipuladores de la
opinión pública con quien hacer alianzas y negocios, y conseguir
en democracia lo mismo que en las dictaduras.
El texto también le dedica un espacio al juez Jorge Urso: Violó
las garantías del debido proceso, y destaca la actitud de
no citar a Domingo Cavallo, también firmante de los decretos cuestionados.
Por otra parte, le critican la decisión de anticipar la fecha de
declaración y atacan la figura de asociación ilícita
a la que consideran una disparatada e infundada construcción
jurídica.
La reunión fue resultado de un trabajo que comenzó casi
al mismo tiempo de la detención de Menem. Los menemistas presionaron
a gobernadores y legisladores por separado. Con los primeros consiguieron
un documento un poco más duro que el de la semana pasada (ver nota
aparte). A los otros los condicionaron alegando la necesidad de que los
gobernadores acompañen a Marín al frente del PJ, quien estrenó
su cargo acusando a la Alianza ser responsable de la situación
de Menem: Algunas expresiones del gobierno nacional demuestran que
no es ajeno al hecho, dijo sin identificar funcionarios.
No sólo hubo críticas para el gobierno. Los ausentes también
se llevaron lo suyo. El peronismo no perdona a los traidores,
amenazaba vehemente la cordobesa Martha Alarcia. Lestelle fue, si eso
fuera posible, más directo: Esta no es una defensa del menemismo
sino de todo el PJ. Se equivocan aquellos que hoy no están y creen
que pueden constituir un gobierno de unidad nacional a partir de la dádiva
de un Ministerio, advirtió al tiempo que blandía su
dedo acusador.
Mientras los oradores subían cada vez más el tono de sus
advertencias, el jujeño Fellner emprendió la retirada sin
firmar el documento. No es loque se acordó. El objetivo era
movilizar el partido más allá de quien esté preso
porque estamos en un año electoral, lo justificó un
colaborador.
Pero ello poco importó. A Marín le preocupaba atemperar
el tono de los discursos con respecto a los ausentes. El pampeano buscó
bajar los decibeles al menos con respecto a Reutemann, de quien dijo haber
recibido una adhesión que nunca leyó y mucho menos mostró.
A De la Sota y Ruckauf nadie los defendió.
LOS
JEFES DE BLOQUE PERONISTAS TAMBIEN ESCRIBIERON
Un documento firmado por dos a falta de mayoría
Por F.Y.
El documento emitido por el
consejo partidario del PJ no fue el único. Ayer, los jefes de bloque
de diputados y senadores justicialistas dieron a conocer un comunicado,
menos duro que el del partido, donde atacan la figura jurídica
de asociación ilícita por la que mantienen preso
a Carlos Menem y a los funcionarios de gobierno que politizan inescrupulosamente
la situación del reo.
No fue una tarea fácil la de los ultramenemistas Eduardo Bauzá,
Miguel Angel Toma y Javier Mouriño. Necesitaron ocho borradores
antes de poder conseguir el texto final de la declaración conjunta
que está firmada por el jefe de los senadores, José Luis
Gioja, y el diputado Humberto Roggero.
La declaración califica de irregular la anticipación
de la declaración indagatoria a Menem, y acusa sin identificar
a los funcionarios del gobierno que politizan
la situación judicial del ex presidente. Intentan tapar su
ineptitud frente al desesperante flagelo de la desocupación, la
recesión y el hambre de la población, advierten.
Nos sorprende dice más adelante el doble discurso
de un político que, en privado y aludiendo a su condición
de jurista, sostiene que resulta una aberración aplicar la figura
de asociación ilícita y que, como presidente y en público,
calla a todas luces lo que es hoy evidente. La referencia es alusiva
a una supuesta conversación telefónica entre Fernando de
la Rúa con Roggero, quien la divulgó días pasados
sin mucha repercusión y nunca confirmada por el gobierno.
Por último, realizan un paralelo entre la situación de Menem
y las persecuciones al PJ: Ya hemos sufrido estos ultrajes de las
dictaduras, más jamás nos imaginamos esto en un gobierno
democrático, dice.
Los organizadores del documento pensaron que podrían llegar a publicar
el comunicado con la firma del total de la representación parlamentaria
del PJ. Chocaron con la resistencia de los bonaerenses que, si bien exigieron
más de una modificación, se opusieron a rubricarlo.
Seguramente que envalentonados por los resultados del consejo partidario,
los redactores entregaron el documento firmado por senadores y por una
veintena de diputados, apenas seis más de los que integran el subbloque
menemista. Conscientes de que era mejor disimular las ausencias, convinieron
que era mejor que aparecieran las firmas de Gioja y Roggero.
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