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Israelíes y palestinos prosiguen la guerra del cese del fuego

El jefe de la CIA George Tenet abandonó ayer Medio Oriente tras lograr que Israel y la Autoridad Palestina aceptaran una tregua. Pero éstos parecen manejar versiones muy distintas de su propuesta.

Soldados israelíes en uno de los numerosos puestos de control entre Cisjordania e Israel.

Por Ferrán Sales
desde Jerusalén

Israelíes y palestinos iniciaron ayer, en un clima de mutua desconfianza, negociaciones para aplicar sobre el terreno el plan del director de la CIA, George Tenet, para frenar la intifada. Formalmente, ambas partes aceptaron la tregua. El ministro de Defensa israelí informó que desde las 15:00 horas locales “el alto al fuego entró en vigor”. La noche anterior, Yasser Arafat se había comprometido en principio con una tregua. Nadie, sin embargo, está muy seguro sobre en qué consiste la medida. Ese era precisamente el propósito del encuentro tripartito de ayer, que terminó sin resultados concretos y con acusaciones mutuas. En Cisjordania se registraron tiroteos que dejaron tres israelíes y dos niños palestinos heridos. Las organizaciones fundamentalistas HAMAS y Jihad Islámica, por su lado, aseguraron que continuarían su ofensiva contra Israel, y funcionarios de Arafat enfatizaron que no los arrestarían. Tenet evidentemente cree que logró todo lo que se podía lograr, y ayer partió de regreso a Washington.
Dejaba atrás una situación por lo menos confusa. El martes había logrado compromisos individuales, y contradictorios, para una tregua. Ayer se suponía que una reunión directa entre palestinos e israelíes aclararía las cosas, pero el único acuerdo alcanzado el miércoles es el de volver a reunirse mañana viernes y establecer una mesa de diálogo semanal para ver cómo aplicar el plan de Tenet para la tregua. El documento, sin embargo, es bastante misterioso, ya que ambas partes han llenado de tachaduras y borrones al texto inicial de la CIA. Los israelíes, por ejemplo, supeditan la aplicación del programa y sobre todo el fin del asedio de las ciudades a un real y prolongado alto el fuego, olvidándose que se han comprometido a levantar todas las barreras antes de una semana. Los palestinos actúan con similar terquedad y cautela, después de haber hecho desaparecer del programa exigencias explícitas tales como la detención de los dirigentes y militantes fundamentalistas liberados de las cárceles de Arafat tras el estallido de la Intifada en setiembre.
También se constatan sobre el terreno tres elementos puntuales que podrían acabar convirtiendo el documento Tenet en un papel mojado aun antes de lo que muchos temen. En primer lugar, Israel ya inició la construcción de un cordón de seguridad con el que aislar las ciudades autónomas en los territorios palestinos, tales como Tulkarem o Kalkiliya (desde donde se lanzaron los últimos atentados contra Israel), lo que Arafat condenó como una “ocupación de hecho”. El segundo factor alarmante era una nueva advertencia de los movimientos fundamentalistas palestinos Jihad Islámica y Hamas de que continuarían la Intifada. La Autoridad Palestina no realizó ningún compromiso de arrestar a los integrantes de esos movimientos, y el ministro de Información, Yasser Abed Rabo, advirtió que “no nos responsabilizamos por lo que ocurra fuera de nuestro territorio”. Rabo agregó que la AP no firmaría ningún acuerdo de cese al fuego hasta que “tengamos un acuerdo sobra la aplicación de las recomendaciones de la comisión Mitchell”. Por último, la tregua se ve minada por los continuados y permanentes incidentes bélicos.
La zona más violenta era ayer la frontera entre Cisjordania e Israel. Un trabajador israelí fue herido mientras reparaba la cerca de vigilancia, y a la noche una patrulla israelí recibió disparos desde una localidad palestina. Más tarde, un colono israelí “se sintió amenazado”, y abrió fuego contra un grupo de palestinos, hiriendo a cuatro de ellos. Un consejero del primer ministro israelí, Ariel Sharon, consideró que “`por el momento no hay realmente un alto el fuego en el terreno” y puso de relieve el “escepticismo” israelí frente a las intenciones palestinas.
Este consejero, Avi Pazner, descartó cualquier retirada de las fuerzas israelíes hasta las posiciones que ocupaban antes del inicio de laIntifada, el 28 de setiembre, “mientras no se haya verificado el alto el fuego en el terreno”.

 

Claves

La tregua que logró mediar Estados Unidos se vio comprometida desde el primer día luego de que ambas partes fracasaran ayer en acordar en qué consistía. El enviado norteamericano, George Tenet, no pudo aclarar la confusión porque ya había partido de regreso a Washington. El único consenso al que se llegó fue continuar las negociaciones mañana.
Los militantes de HAMAS y Jihad Islámico aseguraron que no respetarían el cese
al fuego, y Arafat no parece dispuesto a arrestarlos.

 

IMPONENTE EJERCICIO MILITAR CHINO EN EL ESTRECHO
Hagamos de cuenta que invadimos Taiwan

Mientras George W. Bush presentaba su escudo antimisiles en la sede de la OTAN (ver pág. 23), China, uno de los principales perjudicados, dio comienzo a un imponente ejercicio militar en el que simula una invasión a la isla de Taiwan –uno de los potenciales favorecidos del escudo– y un ataque contra un portaaviones. Por primera vez, un portavoz del comando militar chino en la ciudad sureña de Guangzhou, responsable de las maniobras bautizadas como “Liberación Uno”, confirmó que los ejercicios se están realizando, y durarán todavía entre una y dos semanas.
La Fuerza Aérea, la Marina y el Ejército protagonizan la simulación de la invasión en la isla de Dongshan, unos pocos kilómetros delante de la costa de la provincia de Fujian, frente a Taiwan. “¿Cómo reaccionarán las autoridades taiwanesas ahora que comenzaron las maniobras? ¿Cómo reaccionará el Ejército taiwanés?”, se pregunta la última edición de la revista militar Junshi Bolan Bao. El comando militar de Guangzhou señaló que el ejercicio, calificado por el Ministerio chino de Relaciones Exteriores como “rutinario”, comenzó el martes. Según informes de prensa, se trata de una de las mayores maniobras militares chinas en la historia, con unos 10 mil soldados que usan misiles, tanques anfibios, submarinos, modernos barcos de guerra y aviones de combate Su-27.
También se trata del primer ejercicio del Ejército de Liberación Popular desde la asunción del presidente taiwanés, Chen Sui–bian. Pekín mira con sumo recelo las raíces políticas de Chen en el independentismo. China considera a Taiwan una provincia separatista, y amenaza invadirla si la isla declare formalmente su independencia.

 

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