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HORACIO FUMERO TOCARA CON IAIES HOY Y MAÑANA
“Hubo una buena química”

El contrabajista que llegó
a Buenos Aires desde Santa
Fe y de allí a Europa está aquí para actuar con el argentino candidato al Grammy.

Horacio Fumero llegó a Buenos Aires con su amigo León Gieco.
Fue a Europa con el Gato Barbieri y luego tocó con Montoliú.

Por Diego Fischerman

Nació en Cañada Rosquín, en la provincia de Santa Fe. Formó un grupo con un amigo llamado León Gieco y se vino a Buenos Aires. Descubrió el jazz y el jazz lo descubrió a él. El Gato Barbieri se lo llevó a Montreux, se fue de Suiza a España y allí Teté Montoliú lo escuchó y lo incorporó a su trío. Hoy y mañana tocará de nuevo en esta ciudad junto a un pianista al que conoció en Madrid por iniciativa de otro argentino. Los presentó Carlos Sampayo y las primeras notas que Horacio Fumero tocó junto a Adrián Iaies fueron en un estudio de grabación, pero bastaron para pensar que la relación podía ser duradera.
“En Santa Fe no existía el jazz; era una palabra que, a lo sumo, se identificaba con Glenn Miller. Cuando llegué a Buenos Aires descubrí a Coltrane y de ahí para atrás y para los costados. Escuchaba a Miles Davis porque tocaba con Coltrane. Escuchaba a Charlie Parker porque tocaba con Davis.” Después vinieron los estudios de contrabajo en el conservatorio y de armonía con Santiago Giacobbe. “Y tocar con todos los grupos de jazz que se podía, claro. Hacíamos free, bien duro –aclara sin ocultar un leve acento español que se le ha pegado–. Pero estaba bien, esa era la música del momento, era la que se usaba, estaba recién hechita.” Cuando Barbieri decide contratarlo, tocando el charango, Fumero no sospechaba, en todo caso, que su vida daría un vuelco definitivo. “El Gato era un adelantado. Ese grupo de entonces, con esa mezcla de folklore, jazz coltreneano, sonidos que venían del rock, percusiones increíbles (el percusionista era un joven y aún desconocido Naná Vasconcelos) hoy sería increíblemente moderno. Tendría tanta vigencia ahora como entonces.” Fue la época de dos discos extraordinarios, Chapter One y Chapter Two. El contrabajista se quedó en Suiza, fue admitido en el conservatorio de Ginebra, donde estudió seis años, y luego, en sus propias palabras, se aburrió y se fue a Madrid.
Miembro del trío de Montoliú hasta la muerte del pianista, Fumero grabó con Iaies en España y ahora tocará en el Club del Vino (Cabrera 4737), a las 21.30, con este músico argentino que fue candidato al Grammy y con el baterista Fernando Martínez. “De entrada hubo una buena química, un interés, lo que hace me parece muy interesante y además, claro, no es totalmente desconocido para mí.” Horacio Fumero se refiere al hecho de que el pianista elige tangos (además de algún tema propio) como material para sus improvisaciones. “Tal vez porque provengo de una generación para la que el tango no era una cosa extraña, pero el hecho es que otro contrabajista por ahí no tendría ni idea acerca de cómo son y para mí ése es un territorio familiar. Es que para improvisar hay que conocer bien el material. El jazz es un lenguaje muy preciso. Improvisar no es subirse al escenario y ver qué se toca. Es trabajar de determinada manera alrededor de determinadas pautas.”

 


 

Reformar el Colón

El secretario de Cultura del Gobierno de la Ciudad, Jorge Telerman, habló del proyecto de convertir al Colón en una Sociedad del Estado. Se nombró, como director adjunto del teatro, a Pablo Batalla. Y la intercuerpos, que nuclea a los trabajadores del Colón, puso el grito en el cielo (y en la calle). Se habló de “intento de privatización”, se comparó la situación con la de Aerolíneas, se dijo que eso implicaría dejar sin efecto los acuerdos anteriores acerca de los concursos en el teatro y se resolvió el quite de colaboración, lo que en los hechos significó la suspensión temporaria del ciclo de los lunes de la Filarmónica. El secretario de Cultura salió al cruce asegurando que los concursos no tenían por qué no respetarse y que una Sociedad del Estado no sólo no significa un paso a la privatización sino que, en principio, la impide (si se privatizara dejaría de ser del Estado). Y convocó a una reunión con el gremio –que se realizó ayer– para aclarar los alcances del proyecto. “Las reformas propuestas –explicó– tienden fundamentalmente a dotar al teatro de mayor autonomía de funcionamiento, transparencia en la gestión, descentralización administrativa y la posibilidad de planificar la actividad a largo plazo de manera de asegurar la permanente elevación de la excelencia artística y el mejor aprovechamiento de los recursos.” A partir de la reunión se acordó la conformación de una comisión, en la que participarán integrantes del gremio y de la Secretaría, que, en el marco de una paritaria, comenzará a partir del lunes a discutir los alcances y normativa de la reforma.

 

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