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María Julia tuvo más suerte que
Menem, declaró y volvió a su casa

Urso la interrogó pero, por ahora, no la procesó. Alsogaray habló durante cinco horas y se defendió hábilmente. Igual subsisten dudas. Y muy pronto será indagada en otra causa.

María Julia Alsogaray, ex polifuncionaria, se mantuvo lejos
de los fotógrafos en Comodoro Py.

Por Irina Hauser

María Julia Alsogaray no pierde el sentido de la oportunidad. “Quiero agradecerle que le haya permitido a Carlos Menem visitar la tumba de su hijo”, le dijo al juez Jorge Urso, que acababa de indagarla, cuando ya respiraba el alivio de no ir presa ni ser procesada al menos de inmediato. Ayer le tocó explicar bajo juramento por qué la ex ENTel, mientras ella era interventora, le pagó 9 millones de dólares de más a la empresa PecomNec. Allegados a la causa dijeron que su exposición fue “brillante”, pero que aún subsisten unas cuantas dudas y que será indagada nuevamente dentro de 20 días por otro pago dudoso a Siemens. En cinco horas de declaraciones Alsogaray volvió a responsabilizar al ex síndico Julio Orué, que certificaba los pagos, y trató de dejar en claro que quien daba las instrucciones para la cancelación de deudas era el entonces y actual ministro de Economía, Domingo Cavallo.
“Recibimos la contabilidad de la empresa en un estado totalmente caótico”, se escudó María Julia en una audiencia en la que también estuvieron su defensora oficial Perla Martínez de Buck y el fiscal Pablo Recchini. Para ser más gráfica dijo que en ENTel no había papeles ni base de datos, al punto que a veces hasta tenían que recurrir a los proveedores para saber lo que se les debía.
La investigación judicial de este caso empezó con la detección, en 1992, del sobrepago de 9 millones Pecom-Nec, del grupo Pérez Companc. Pero con el correr del tiempo el expediente fue creciendo a medida que se sumaban denuncias donde se repetía el mecanismo de pagos en exceso y en las que se detectaron pagarés mellizos y falsos. La instrucción del caso estuvo delegada varios años en la fiscalía de Carlos Cearras y Pablo Recchini. Ellos unificaron siete expedientes y pidieron que María Julia fuera indagada como posible jefa de una asociación ilícita, el mismo delito por el que está preso Menem. Calcularon que los pagos “de más” ascendían a unos 100 millones de dólares. Urso decidió indagarla por administración fraudulenta y malversación de fondos, delitos excarcelables.
En medio de la situación contable que la ex interventora describió como “catastrófica”, ella tenía un enorme poder sobre los pagos porque estaba habilitada por un decreto para hacerlos en persona. A su entender, el dinero extra que recibió Pecom-Nec respondió a un “error del funcionario a cargo de la certificación”, es decir Orué –ex titular de la Sindicatura General de Empresas del Estado (Sigep)– y debió haber sido advertido por la secretaría de Hacienda. “Yo hice la denuncia para que la justicia determinara si había sido un error o un hecho ilícito”, se defendió. Además, sostuvo que no violó los límites de sus facultades y que siguió al pie de la letra las instrucciones para saldar deudas que daba Cavallo ante “el estado de alarma que reinaba entre los proveedores”.
Dos cuestiones aceleraron la marcha de esta causa: el peligro de la prescripción y el hallazgo accidental en una caja del Banco Nación de una parva de pagarés de la vieja empresa de telecomunicaciones por 400 millones de dólares a favor no sólo de Pecom-Nec, sino de Pirelli, Sade, Siemens y Telettra. La caja llevaba cinco años cerrada, y los únicos autorizados a abrirla eran María Julia y uno de sus colaboradores. Los cobros sospechosos de algunas de esas firmas habían sido denunciados por el ex contador de ENTel Carlos Gómez, quien de todos modos también terminó acusado por haber intentado ejecutar un pagaré por una deuda inexistente. Más aún, Orué advirtió, al ser indagado, que a Siemens se le habían pagado 60 millones de dólares sin control de la Sigep y a Pirelli cerca de 4 millones que no habían sido certificados.
Por ahora, Urso sólo interrogó a María Julia y a algunos de los funcionarios de ENTel sobre el capítulo Pecom-Nec. Todo indica que irá reconstruyendo los detalles de cada caso mientras analiza más papeles y un megaperitaje de la Corte Suprema que está en marcha. Por el momento no procesará a María Julia, pero nada impide que lo haga más adelante, poruno u otro delito. Todavía tiene tiempo de incorporar una de las hipótesis centrales de la fiscalía: que habría existido una maniobra de pagos millonarios (y retornos para los funcionarios) basada en la entrega de dinero no documentada y la emisión de pagarés duplicados o falsificados.
Antes de despedirse, María Julia se acercó al juez para conversar sobre la situación de Menem. “A Menem nadie le transmite la realidad”, dijo él. “Yo fui la que lo tuvo que convencer de que no lo iban a dejar ir a Siria”, contestó ella. Alsogaray no sabía en ese momento que el juez la está por llamar a indagatoria en otra causa por el pago, durante su gestión en la Secretaría de Recursos Naturales, de sobreprecios de más del 6.000 por ciento en la organización de la IV Conferencia de Cambio Climático, en 1998. La investigación mostraría que unos 9 millones de dólares –una de las cifras que parece la favorita de la ingeniera– no fueron rendidos.

 

Los interrogantes pendientes

En las cinco horas que María Julia Alsogaray pasó declarando en el juzgado de Jorge Urso, hizo gala de su gran capacidad de oratoria y de rigor para los detalles, según coincidieron voceros judiciales. Pero todavía, admiten los investigadores, quedan muchas dudas flotando en relación a su rol en la liquidación de la ex ENTel y abierta la posibilidad de un nuevo interrogatorio por asociación ilícita.
Al menos en la fiscalía creen que la ex interventora no cumplió con todas las previsiones necesarias para ajustar los controles sobre los pagos que se efectuaban y que actuó con negligencia en la administración del patrimonio del Estado. Por ahora, suponen, no dio ninguna explicación satisfactoria que demuestre lo contrario.
Todavía tampoco se esclareció por qué, además de haberle hecho un pago extra a Pecom-Nec, se hicieron pagos similares a Sade, Pirelli y Siemens. Y en el caso de estos dos últimos, sin el visto bueno de la Sigep (actual Sindicatura General de la Nación), que debía hacer las certificaciones correspondientes. En el caso de Sade hay un recibo extrañísimo, sin membrete ni número, pero firmado Julio Otero (de esa empresa) en el que figuran 12 millones de dólares en números y dos millones en letras. Pirelli habría recibido cerca de 4 millones y Siemens 60 millones.
En marzo de 1992, miembros de Entel, de Sade y de Pecom-Nec constituyeron la sociedad anónima Representaciones Telefónicas (RTSA). Según consta en el expediente, de la ex empresa estatal aparecen los nombres de Ricardo Fox y Félix Mayansky y de Pecom-Nec y Sade figura su gerente, Julio Otero. A ellos se suman Luis Mario Torres y Miguel Angel Graña.
En todos los casos de pagos sospechosos, además de Alsogaray, intervino por ENTel el mismo staff de protagonistas: Fox, Mayansky, Enrique González Chion, Carlos Gómez, Horacio Alí y Julio Orué.
“Hay números que no cierran”, advierten allegados a la causa mientras continúa el análisis judicial de los datos.

 

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