Durante sus años en el
poder, los menemistas lograron congelar las investigaciones judiciales
en su contra, pero ahora ya no tienen esa ventaja. Que lo diga, si no,
Claudia Bello, quien ayer fue procesada por presunta administración
fraudulenta en perjuicio del Estado. La jueza María Romilda
Servini de Cubría quien además le trabó un
embargo de cuatro millones de pesos sobre sus bienes acusa a la
ex secretaria de la Función Pública de haber pagado sobreprecios
en la contratación directa de servicios de propaganda para la prevención
del efecto 2000 sobre los sistemas informáticos. Muchos miembros
del Poder Judicial deberían volver a estudiar derecho para no seguir
haciendo papelones, se quejó Bello y adelantó que
apelará la resolución de la magistrada.
La causa en la que Bello fue procesada fue abierta a partir de una denuncia
que realizó la Oficina Anticorrupción (OA), tras una investigación
en la que detectó supuestas irregularidades en la adjudicación
de contratos relativa a la confección y distribución de
cajas y diversa folletería, un video y un afiche, además
de sobres con propaganda oficial relativa al famoso Y2K. En ese trámite,
vinculado a la previsión de los trastornos que amenazaba generar
el cambio de cifra del año 1999 por el 2000, la Secretaría
de la Función Pública habría pagado sobreprecios
superiores a los dos millones de pesos, tal como reveló Página/12
en los primeros días de enero de 2000.
De acuerdo con la investigación, la Sindicatura General de la Nación
(Sigen) determinó que se realizaron pagos por 6.997.406 pesos pero
el servicio contratado no superaba los 4.965.000 pesos. La diferencia
entre un monto y otro es lo que motivó el procesamiento de la ex
funcionaria.
Bello había prestado declaración indagatoria ante Servini
de Cubría el 7 de mayo pasado. Entonces, rechazó frente
los cargos que se le atribuían y aseguró que la cotización
de la Sigen se había hecho sobre un producto diferente al adquirido.
La ex funcionaria menemista declaró también que el
proyecto Y2K tenía presupuestado 30 millones de pesos, pero en
realidad costó sólo 10 millones y destacó que
eso le habría permitido al Estado un ahorro de 20 millones de pesos.
La jueza desestimó todas sus explicaciones. En cambio, dio crédito
a los argumentos a favor del procesamiento de la ex funcionaria que expuso
el fiscal Carlos Stornelli, el mismo que tiene en sus manos la causa por
la venta de armas en el marco de la cual fue detenido la semana pasada
el ex presidente Carlos Menem.
En su pedido de procesamiento, Stornelli sostuvo que Bello y sus colaboradores
obviaron los mecanismos legales requeridos para contratar
a la firma publicitaria Lautrec que quedó a cargo de la campaña
y a la empresa de correo privado que distribuyó el material. Y
aseguró que el precio a pagar se fijó de manera arbitraria
y con un claro afán de procurar un lucro indebido para los participantes
de las maniobras y sin apoyatura alguna que avalara ese monto.
Si la Justicia me acusa de un delito patrimonial sin pedir una auditoría
contable y además no investiga ninguna de mis pruebas, no tengo
nada que agregar, se quejó la ex funcionaria de la resolución
de Servini de Cubría y agregó: Muchos miembros del
Poder Judicial deberían volver a estudiar derecho para no seguir
haciendo papelones.
Bello calificó su procesamiento por presunta administración
fraudulenta en perjuicio del Estado como una locura más
y reclamó una urgente reforma del Poder Judicial que
ponga en marcha el juicio por jurados, porque está claro
que en muchos sectores de la Justicia impera el favoritismo político
y la corrupción.
Además adelantó que recurrirá ante la Cámara
Federal porteña la resolución dictada por Servini de Cubría
y que pronto publicará la causa en Internet para que se conozcan
las barbaridades hechas en este caso.
A diferencia de los menemistas presos por orden del juez Jorge Urso en
la causa por la venta ilegal de armas a Ecuador y Croacia, Bello no irá
aprisión. En la causa en la que fue procesada también aparece
mencionado otro ex funcionario de alto rango del menemismo: al pedir la
indagatoria de la ex secretaria de la Función Pública, el
fiscal señaló que los fondos asignados fueron conseguidos
por una decisión administrativa del entonces Jefe de Gabinete (Jorge
Rodríguez), quien sin embargo no aparece aún imputado
en la investigación.
Página lo buteó
El primer puntapié de las denuncias sobre el supuesto sobreprecio
en la prevención del Y2K, lo publicó Página/12,
el 12 de enero de 2000 (ver facsímil), cuando apenas había
pasado la paranoia por el peligro que el cambio de fecha traería
para las computadoras. La nota, firmada por Julio Nudler, se titulaba
La cajita de Claudia Bello, y revelaba que la entonces
funcionaria había gastado 9 millones de pesos en folletería
y propaganda preventiva. Era el primer verano del Gobierno de la
Alianza, y los vientos de la Justicia ya no eran tan benévolos
para los hombres y mujeres del menemismo.
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