Por Diego Schurman
En Don Torcuato ya se discute
el desplazamiento de Mariano Cavagna Martínez del equipo de abogados
defensores de Carlos Menem. Así lo confirmó uno de los principales
consejeros del ex presidente luego de varias observaciones realizadas
por el propio detenido. El asesor letrado dijo haber escuchado rumores
pero aseguró no haber sido informado oficialmente de ninguna medida.
Por el momento sigo trabajando, señaló a Página/12.
Los cuestionamientos contra el abogado son por desatinos,
desavenencias y desprolijidades, según
palabras que reprodujeron a este diario voceros del ex presidente. En
la quinta de Armando Gostanian el tema está en boca de todos. En
la mayoría predomina la idea de desplazar a Cavagna Martínez
a un segundo plano en vez de pedir su paso al costado, una alternativa
que profundizaría las fricciones.
El tironeo entre abogados, políticos y consejeros ya había
quedado reflejado la última semana, cuando Oscar Roger, el defensor
elegido por Menem, admitió asumir el control de la estrategia.
En Comodoro Py el trato que le dispensan a uno y otro abogado no parece
ser el mismo.
Cavagna Martínez no quiso entrar en una polémica que dice
conocer únicamente por los medios. Yo me ocupo de trabajar.
Es más, estoy saliendo para Don Torcuato y, le repito, por el momento
sigo siendo el abogado de Menem, le dijo a Página/12 a media
tarde.
Los detractores de Cavagna Martínez aseguran que el abogado es
funcional para Roger ya que le facilita la estructura para actuar en Buenos
Aires gracias a su estudio de renombre, en el que trabajan Adolfo Bagnasco
y Gustavo Literas. Pero insisten en que el verdadero estratega
es el abogado cordobés y que por eso, a lo sumo, su compañero
de trabajo debe limitarse a acompañarlo.
Supongo que alguien está maniobrando pero yo no me dedico
a la actividad política, se defendió Cavagna Martínez.
Tampoco Roger quiso quedar envuelto en la polémica con quien debe
trabajar por la libertad de su cliente. Estuve hasta las 18.30 de
hoy (por ayer) con el doctor Cavagna Martínez y no tengo noticias
sobre la posibilidad de que deje la causa. Tengo una excelente relación
con él, dijo el cordobés.
Pero usted sabe que se habla de desatinos y falta
de cohesión. Y que en el entorno de Menem se discute un desplazamiento
de su circunstancial compañero de trabajo.
Yo desmiento que alguien dirija desde las sombras a la defensa de
Menem. A mí no me dirige nadie salvo una persona: Carlos Menem.
En medio de los dimes y diretes otro abogado entró en escena. Se
trata del también cordobés Juan Carlos Vega, a quien buscarían
para preparar una estrategia internacional. Vega, fundador del Servicio
Argentino de Derechos Humanos y miembro de la Sala de Derechos Humanos
del Colegio de Abogados de Córdoba, lleva distintas causas ante
la Corte Interamericana de Derechos Humanos, entre ellos la de Víctor
Saldaño, el cordobés condenado a muerte en Texas.
He sido tentado, se me ha consultado (...) por tres vías
diferentes, aclaró Vega a la agencia DyN cuando se le preguntó
sobre la oferta del menemismo.
No son únicamente Eduardo Bauzá, Eduardo Menem, Carlos Corach
y Alberto Kohan los que acercan al ex presidente algo más que sus
diferentes posturas sobre la estrategia político-judicial.
También intercambian opiniones con Menem incondicionales como Daniel
Scioli, Javier Mouriño, Adrián Menem, Jorge Triaca, Inés
Pérez Suárez, Mario Pacho O`Donnell y Antonio
Cassia, por solo nombrar a algunos de los que ayer se hicieron presentes
en la quinta de Gostanian.
Tangencialmente también se animaron a sondear el tema aquellos
dirigentes alejados de la impronta menemista, como el senador Héctor
Maya, actualmente en el bloque 17 de Octubre junto a Antonio Cafiero.
Maya visitó al ex presidente el lunes y ayer mantuvo un nuevo contactotelefónico
para saludarlo. Otro que llegó al lugar de detención fue
el ex gobernador entrerriano Jorge Busti, probablemente más cerca
de Eduardo Duhalde que de Menem en la interna del PJ.
Si las figuras extrapolíticas de la semana fueron el ex arquero
de Boca Hugo Orlando Gatti, que se trasladó para abrazar a Menem,
y Charly García, que lo saludó telefónicamente, ayer
fue el turno del padre Julio César Grassi, del Hogar Felices los
Niños.
No sorprendió la visita de Corach. El senador desayunó temprano
con Menem y luego se fue hacia Ezeiza donde lo esperaba un viaje a Washington
junto a otros legisladores. En cambio hubo desconcierto cuando se dijo
que Carlos Ruckauf desembarcaría en Don Torcuato. Los voceros del
gobernador bonaerense aclararon que su jefe solo había expresado
no tener inconvenientes en ver a su enemigo interno, pero que por ahora
no lo haría.
MENEM
NO FUE A VISITAR LA TUMBA DE CARLITOS
Quizás la semana que viene
Por M. P.
Se lo esperaba desde temprano.
Lo demostraba la cantidad de cámaras fotográficas y equipos
de televisión instalados sobre una de las paredes laterales del
cementerio. Más de veinte personas, entre reporteros gráficos,
movileros y cronistas, se movían a lo largo de la medianera buscando
la mejor posición para seguir los acontecimientos y evitar la llovizna.
La expectativa crecía a medida que pasaban las horas. A las nueve,
alguien alertó: Suele venir entre las ocho y las nueve y
media. El discreto dispositivo de seguridad que se veía a
diez metros parecía confirmar los rumores: cinco policías
de la Bonaerense armados con Itakas y un gendarme tomaban mate en torno
a la tumba de su hijo Carlitos. Al final todos los preparativos fueron
vanos: el ex presidente Carlos Menem no utilizó ayer el permiso
concedido al efecto por el juez Jorge Urso para salir una vez por semana
de la quinta en la que pasa sus días de detención.
Tal vez fue la lluvia, tal vez la autorización dispuesta a último
momento por el juez Urso, o tal vez los invitados que recibió en
la quinta de Don Torcuato. Lo cierto es que el ex presidente no apareció
por el cementerio islámico de San Justo, donde se lo aguardó
por más de seis horas. Ahora deberá esperar otra semana
para visitar la sepultura de Carlitos. En los tribunales aclararon que
el permiso de Urso se limitó a la jornada de ayer. Por lo tanto,
sus abogados tendrán hacer el reclamo nuevamente.
El día había comenzado temprano en el cementerio. En la
puerta de entrada esperaban un policía y dos hombres de civil con
pinta de custodios. A más de cien metros, detrás de un muro,
estaba la guardia periodística. Desde ese paraje se veía
con claridad la tumba del hijo mayor de Menem, escondida entre un arbusto
podado en forma de rectángulo. A su alrededor, las lápidas
mostraban los símbolos del Islam: una medialuna, una estrella y
una cúpula dorada recordando a La Meca. Por allí caminaba
un empleado del cementerio vestido de negro, de bigote y con un audífono
en la oreja que accedió a hablar con Página/12:
Nos dijeron que el ex presidente no va a venir hoy dijo con
amabilidad y un fuerte acento extranjero.
Unas horas más tarde, desde Don Torcuato confirmaron la novedad.
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