Por José
Natanson
Se puede entender que
un arquero no ataje los penales. Pero lo que no se puede permitir es que
si la pelota va afuera él vaya corriendo y la meta adentro.
Así definía ayer un importante funcionario la sucesión
de torpezas comunicacionales en torno a la salud de Fernando de la Rúa:
la primera declaración de Héctor Lombardo reconociendo que
el Presidente sufre arteriosclerosis, otra en la que informaba que De
la Rúa toma un Lexotanil por día, y finalmente el pedido
de renuncia formulado por Chrystian Colombo. Ayer, en el Gobierno aclaraban
que el jefe de Gabinete no había reclamado la expulsión
de Lombardo sino sólo un gesto para que el Presidente pueda decidir.
Lombardo sigue en su cargo, coincidían los múltiples
voceros de la Rosada.
Para entender el enojo hay que remitirse al viernes pasado, cuando De
la Rúa fue sometido a una angioplastia. Fue todo tan rápido
la confirmación de que había sido internado, la noticia
del éxito de la operación y la imagen de un De la Rúa
sonriente saliendo a pie de la clínica que no hubo tiempo
de que se expandiera la alarma. Por primera vez en mucho tiempo, el Gobierno
había acertado con una operación mediática en la
que Lombardo que además de ministro es médico
ofició de vocero.
Un par de días después, sorpresivamente, Lombardo admitió
que De la Rúa sufría arteriosclerosis. Después quiso
bajarle el perfil al anuncio, aclarando que se trata de un mal común
en las personas mayores, pero ya era tarde: la noticia era lo suficientemente
brutal como para requerir mayores explicaciones. Al día siguiente,
De la Rúa calificó de blooper las palabras del
funcionario. Por la noche, Colombo sostuvo que Lombardo al menos
tiene que tener el gesto de presentarle al Presidente la opción
de renunciar, para que decida si quiere que continúe ese funcionario
o no, porque claramente el costo fue muy alto.
Lejos de aplacar los ánimos, las declaraciones de Colombo contribuyeron
a agitar el clima, a tal punto que los voceros del Gobierno tuvieron que
salir a aclarar ayer que Lombardo seguía en su cargo. Colombo
no pidió la renuncia, sólo reclamó un gesto,
explicaban en la Rosada.
Aunque el ministro está confirmado en su cargo, el enojo no se
aplacó. Veníamos bárbaro. El megacanje, la
detención de Menem, la operación de De la Rúa: eran
temas delicados, difíciles, pero pudimos manejar bastante bien.
Hasta que habló Lombardo y se pudrió todo, comentaba
ayer un funcionario con acceso cotidiano al despacho presidencial. Pensábamos
que por ser médico iba a comunicar mejor, pero el problema fue
justamente ése: no se dio cuenta de que tenía que hablar
como ministro y no como médico.
Curiosamente, el único que salió a defender en público
a Lombardo fue Raúl Alfonsín. Hay que decir siempre
la verdad, pero utilizó una palabra que todos sabemos que tiene
una acepción distinta, una connotación diferente, absolutamente
negativa. Ahí, lamentablemente, actuó el médico.
No lo hubiera calificado de blooper. No creo que sea para pedir la renuncia,
sostuvo el ex presidente.
A pesar de tanta confusión, en el Gobierno aseguraban ayer que
no habrá una nueva estrategia para despejar las incertidumbres
sobre la salud presidencial introducidas por Lombardo. De la Rúa
va a seguir apareciendo cuando sea necesario, para definir la marcha del
Gobierno y hablar de algunos temas puntuales, como hizo con Aerolíneas,
pero no queremos sobreactuar. Los que sí van a aparecer más
son los ministros, señalaba un secretario de Estado muy cercano
al Presidente. En realidad, van a aparecer todos los ministros,
menos Lombardo: De la Rúa le pidió que se guarde un tiempo,
concluía.
Parentella, con humor
Los sucesivos derrapes de comunicación en torno de la salud
de Fernando de la Rúa llevaron ayer a la diputada frepasista
Irma Parentella a reclamar la eliminación del presupuesto
destinado a pagar a los voceros presidenciales. Es necesario
dar cumplimiento a una obligación ineludible de todo gobierno:
la publicidad de sus actos. Pero entiendo que cualquier sistema
que se instrumente en el futuro cumplirá con ese objetivo
en forma más eficiente que el actual. Con voceros así,
De la Rúa no necesita enemigos, señaló
Parentella. La diputada se refirió así a los sucesivos
desaciertos comunicacionales del Gobierno, que llevaron al Presidente
a cambiar un vocero tras otro: primero Darío Lopérfido,
después Ricardo Ostuni, después Ricardo Rivas y finalmente
Juan Pablo Baylac. Lo curioso es que se fueron superponiendo y que
siempre buscando no generar conflictos De la Rúa
tuvo que buscar un título diferente para cada uno: cuando
fue designado, Ostuni era el nexo con la prensa y Lopérfido
quedaba como vocero. Después, Rivas era subsecretario
de comunicación, aunque actuaba de vocero. Baylac fue
nombrado portavoz del Gobierno para diferenciarlo de
Ostuni, que continúa siendo vocero, pero no del Gobierno
sino Presidente.
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DAER,
AUSENTE DURANTE EL DISCURSO DE BULLRICH
Una bronca fermentada en Ginebra
La ministra de
Trabajo, Patricia Bullrich, expuso ayer en la 89ª conferencia anual
de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en medio de
una fuerte pelea con el líder de la CGT oficial, Rodolfo Daer,
quien, enojado por la convocatoria de la ministra a rediscutir los convenios
colectivos de trabajo, decidió boicotear con su ausencia la intervención
de la funcionaria. La ministra dijo a Página/12 que el faltazo
de Daer fue un gesto mediático, intrascendente y fuera de
lugar porque trasladar discusiones caseras al ámbito internacional
sólo perjudica al país.
Daer y Bullrich se encuentran en Ginebra participando de la 89ª conferencia
anual de la OIT. Daer se enojó por la convocatoria a paritarias
que hizo la ministra antes de viajar a Suiza. Lo que nos hiciste
fue como clavarnos un cuchillo por la espalda, le dijo Daer. Ni
lerda ni perezosa, ella respondió que los sindicalistas no
se tienen que enojar ni tener miedo. Llamamos a renovar los convenios
colectivos de 1975, que no van más. Si los gremios y las empresas
quieren seguir con los convenios actuales, que vengan al ministerio y
los homologamos en una sola audiencia. Daer se vengó faltando
a la presentación de la ministra. Me parece absolutamente
intrascendente esta actitud porque es un gesto para que salga en los diarios
argentinos, es un gesto absolutamente mediático y fuera de lugar.
Que por avanzar en temas que están hablados y acordados, pero que
a ellos les traen problemas internos, decidan no venir a mi discurso no
es serio, dijo ella, en un nuevo round.
En su exposición ante la OIT, Bullrich se refirió en primer
término al trabajo decente. Al respecto, dijo que para
la Argentina, la cuestión del derecho a ciertas condiciones en
el trabajo está vinculada con la cuestión previa del derecho
al trabajo. No es razonable elaborar normas que mejoren cada vez más
las condiciones en que se trabaja si al mismo tiempo no abordamos la cuestión
de la protección y el aumento de las fuentes de trabajo.
La ministra también manifestó su preocupación por
la persistencia de barreras arancelarias y paraarancelarias de los productos
agrícolas argentinos en los países desarrollados e hizo
hincapié en el hecho de que a la vez que abrimos más
y más nuestros mercados a impulsos de la mundialización,
y se nos pide que pongamos en vigencia severos programas de ajuste estructural,
se nos impide generar los recursos provenientes de las exportaciones de
nuestros productos básicos, lo que incide directamente en el mantenimiento
de niveles adecuados de empleo, en particular en la agricultura y la ganadería,
y en los sectores vinculados a su transformación y comercialización
externa.
En su discurso, Bullrich informó además sobre los avances
logrados en la Argentina en cuanto a la adecuación
de las normas que rigen la actividad gremial en el país y a los
principios de libertad sindical consagrados por la OIT. Remarcó
la decisión del gobierno de la Alianza, de modificar
los requisitos para el otorgamiento de personería gremial en la
Argentina y de las ventajas impositivas y de derechos de recaudación
que se concedieron a los gremios inscriptos. Al detallar los logros que
la Argentina alcanzó en materia de adecuación
a los principios de la OIT, dijo que se han dictado normas legales
que introducen cambios en el marco regulatorio gremial que amplían
la protección y conceden derechos a gremios que hasta ahora no
podían usufructuarlos.
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