Por Roque Casciero
Tengo un grado de escepticismo
tan grande que se parece mucho al optimismo, porque es igual de absurdo,
dice Gustavo Cordera, también conocido como el Pelado, cantante
de Bersuit Vergarabat. El otro calvo de la banda, el tecladista Juan Subirá,
lo apoya: Cuesta ser optimista en este panorama. Se refieren
a la situación del país, claro. A Bersuit las cosas parecen
estar yéndole mejor que a la Argentina, al punto de que acaban
de agregar un show (el domingo) a su presentación de mañana
en Obras. Durante la entevista con Página/12, los músicos
que cargaron duro contra el gobierno de Carlos Menem con su disco
anterior, Libertinaje dedican menos tiempo a hablar del show y de
su buen momento, y más a la realidad nacional. Y el nombre del
ex presidente surge una y otra vez.
Carlos Martín (batería): Si Menem va realmente en
cana, creo que sería un buen motivo para empezar a creer que acá
puede cambiar algo.
G. C.: Se dice que Grosso robó unos mil millones de dólares
y que Manzano se llevó otro tanto. Cuando Barrionuevo dijo que
había que dejar de afanar fue una ilusión. Debe haber sido
uno de esos momentos que aparecen después de tres o cuatro días
de fisura, cuando se dice cualquier barbaridad.
J. S.: Tomaron de la mentirosa y les pegó para la mierda
(risas).
G. C.: Todos los argentinos presumimos y tememos que lo de Menem
se arreglará con dinero. De no ser así, este juez tomaría
la dimensión de personajes como Favaloro, que aparecen una vez
cada diez años, como extraterrestres que no tienen nada que ver
con la idiosincrasia del argentino.
C. M.: Sería un verdadero urso.
G. C.: Si no termina todo en una cuestión de guita, moriría
gran parte del cuerpo de la corrupción porque, de Menem para abajo,
agarrar al imbécil de Alderete o a María Julia sería
un pequeño trámite. También habría que completar
la historia pidiéndole un informe al Banco Mundial y al Fondo Monetario
Internacional, para saber a quién se le prestó dinero durante
los últimos cincuenta años, y habría que apresar
a esa gente. Yo propondría que se le devolviera la libertad a todos
aquellos que entregaran lo que se robaron y repartiría eso entre
la gente, para que cada uno tenga microemprendimientos.
Pepe Céspedes (bajo): El Pelado presidente, ¡vamos
todavía!
G. C.: Creo que eso le gustaría a todos los argentinos, aunque
nadie tiene el temperamento para hacer algo así. Y menos que nadie
De la Rúa, que tiene un cagazo tremendo, no entiende nada de lo
que está pasando. No está de acuerdo en absoluto en que
pongan preso a un presidente, a ver si va preso él. De la Rúa...
Un presidente que dictamina como feriado nacional el 2 de abril está
completamente equivocado. Ahora es feriado el día en que se auspició
el asesinato de gran parte de la población joven argentina, ni
siquiera muerta en combate, sino de frío y de hambre. Volviendo
a Menem, la mayor parte del país está feliz de que vaya
preso, aunque no hay que pensar que eso solucionará todos los problemas
del país. Menem y Cavallo auspiciaron el vaciamiento de todas las
empresas del Estado. Y los españoles volvieron e hicieron una nueva
conquista, tan despiadada como la anterior. Aunque sean otros los nombres,
regresaron los Juan de Garay, los Hernán Cortés...
J. S.: Y nosotros que hacemos chistes de gallegos...
Ustedes fueron a tocar a España. ¿Hablaron de estos
temas?
G. C.: Sí. Y les causa conmoción y mucha culpa. Cuando
uno va, lo que quiere es seducir, mostrar un disco, meterse en un mercado,
tener un lugar para trabajar. Pero cuando me preguntan cómo está
la cosa en la Argentina, para mí es como estar con mi hija de siete
años por la calle y que un chabón le toque el culo: no puedo
callarme, me sale un vómito de palabras.
J. S.: De todos modos, estas cosas son de Estados, como si la Argentina
le vendiera una cosecha de trigo podrido a China.
O armas a Ecuador, en plena guerra con Perú.
J. S.: Claro, uno no puede hacerse cargo de esas cosas. Te da vergüenza
que seamos este país de mierda que somos. Y supongo que lo mismo
debe pasarle a los españoles con empresas de ahí o con su
propio Estado.
Con Libertinaje les fue muy bien en México. ¿Eso se
repite con Hijos del culo, su disco más reciente?
G. C.: Es muy áspero, porque es otra cultura. El mexicano
es más desconfiado, más cauto y observador, pero cuando
te adopta es muy leal, se entrega de alma. Nosotros estamos en un proceso
en el que la gente está reconociendo que hayamos ido cuatro veces,
que hayamos participado en la película Amores perros, que tengamos
buena onda con las bandas mexicanas, que queremos su cultura, su forma
de ser, su comida y sus ideas. De todos modos, a nosotros nos cuesta mucho
crecer. Vamos solos, a hacerla de abajo. Y, la verdad, es muy interesante
y nos reconforta, porque somos batalladores. Esta es una banda que ya
se habituó a pelear. Si no tenemos pelea, no hay incentivo.
¿Cuáles son los incentivos en la Argentina, entonces,
donde ya son reconocidos?
J. S.: Crecer y consolidarse como banda, que la gente nos escuche
y nos respete. Tenemos cinco discos: es una trayectoria, pero tampoco
es un recorrido tan extenso. Debemos seguir trabajando y haciendo buenos
discos, para tener un público que confíe en nosotros aun
si no tenemos un tema sonando en la radio.
G. C.: Acá es muy importante la referencia que el imaginario
colectivo tiene de uno como persona. Mucha gente del rock está
atada a mostrar características de pibe de barrio, humilde, que
no transa... Nosotros apostamos más a estar relajados y a meter
todo en el arte, porque como persona dejo mucho que desear (risas). Me
considero una persona muy miserable, con muchos problemas en la cabeza
y para nada confiable. Estoy traicionándome constantemente en mis
pensamientos y en mis sentimientos, así que le aconsejaría
a la gente que sigue a la Bersuit que no lo haga pensando que somos buenas
personas.
C. M.: Siganmé que los voy a defraudar.
G. C.: Nosotros metemos nuestras ilusiones en el juego del arte.
Ahí está lo nuestro: en el disco, en el escenario.
¿Preparan algo especial para estos shows?
P. C.: Quisimos rescatar varios temas que hace años que no
tocamos. Sería un recorrido de la historia de la banda con el centro
en los últimos dos discos, que son los más conocidos.
G. C.: Un reconocimiento al fracaso, que tanto nos ha enseñado.
J. S.: Habrán algunos invitados...
G. C.: La Bolocco...
J. S.: Carlos creo que no puede venir... Hace poco fuimos a Chile
y nos preguntaban todo el tiempo por la Bolocco. Bajábamos línea
a full. A uno, el Pelado le contestó: Si Dios unió
a esta pareja, me cago en Dios (risas). Los chilenos tienen un enganche
con ese tema...
P. C.: Es como si se hubiera casado Susana Giménez con Pinochet.
G. C.: El otro día la vi por TV, rodeada de los guardaespaldas
de Carlos. Tenía una cara de culo... Porque él, que encarna
la figura de Prometeo, le debe haber prometido que iba a ser Primera Dama,
que el país iba a ser de ella. Y ahora va a tener que ir a verlo
a la cárcel.
P. C.: Bueno, está en una quinta. Pero está bien:
creo que no lo llevaron a una cárcel para cuidar la seguridad...
¡de los presos!
La
historia año por año
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1988: Nace Bersuit en el encuentro entre Cordera, Subirá
y Céspedes.
1989: Primeros shows en Oliverio.
1991: En un homenaje a Walter Bulacio frente al Congreso, la banda
de los pijamas opaca a los demás artistas. Cordera empieza
a ser visto como una mezcla entre el Indio Solari y Luca Prodan.
1992: Sale Bersuit Vergarabat y punto, un debut discográfico
que, a pesar de funcionar bastante bien, no captura la energía
de los conciertos.
1993: Aparece Asquerosa alegría y la banda empieza a ir cuesta
abajo, especialmente en su relación con el público.
En los años siguientes, Cordera sobrevive vendiendo ensalada
de fruta en Mataderos.
1996: Don Leopardo mejora el concepto de la banda, aunque los shows
todavía son un caos.
1998: Gustavo Santaolalla produce Libertinaje y la suerte cambia para
Bersuit. Les censuran la versión de Señor Cobranza
(de Las Manos de Filippi), pero eso les juega a favor. Se viene
y Yo tomo, entonces, funcionan como hits radiales. Por
primera vez, la banda se proyecta en otros países: forma parte
del Watcha Tour por Estados Unidos, recorre México y España.
2000: Hijos del culo no trae canciones politizadas, pero sí
hits de impacto inmediato como El gordo motoneta y La
bolsa. |
MARCELO
FROMER, DE TITAS, FUE SEPULTADO AYER
El donante de la alegría
Marcelo Fromer, el compositor
y guitarrista de la banda brasileña de rock Titàs, falleció
en la madrugada del jueves tras pasar tres días en un estado
de muerte cerebral y fue enterrado en la tarde de ayer
en el Cementerio de Paz del Barrio Morumbí de San Pablo. Fromer,
uno de los fundadores del grupo, fue hospitalizado el lunes en el Hospital
de Clínicas de San Pablo, luego de haber sido arrollado por una
motocicleta. Según indicaron fuentes de ese establecimiento, la
familia del músico autorizó la extracción de los
órganos (corazón, hígado, páncreas, riñones
y córneas) para la realización de trasplantes. Fromer tenía
39 años: luego del accidente, en el cual el motociclista se dio
a la fuga, el músico fue sometido a una intervención quirúrgica
en la que perdió gran cantidad de masa encefálica. Todo
el lóbulo frontal izquierdo fue retirado, reveló la
hermana del músico, la periodista Cuca Fromer. En los días
siguientes Fromer fue auxiliado con aparatos electrónicos para
controlar su frecuencia cardíaca, tensión arterial, temperatura
y respiración, hasta que su familia tomó la determinación
de retirarlos.
Los voceros del hospital manifestaron que el hecho de tratarse de un paciente
famoso amplía la repercusión pública de ese
acto histórico, al estimular a otras familias a autorizar
la donación de órganos de parientes que hayan sufrido muerte
cerebral. Como corolario de la noticia, el corazón fue transplantado
con éxito a un hombre de 50 años, que esperaba un donante
desde 1999. Así como los órganos de Marcelo sobrevivirán
en los cuerpos de otras personas, su arte continuará en la música
y en el espíritu de Titas, aseguraron Arnaldo Antunes y Tony
Bellotto, sus compañeros de banda, quienes bautizaron al fallecido
guitarrista como el donante de la alegría. A pesar
de ser de religión judía, Fromer debió ser sepultado
en un cementerio católico: El judaísmo sólo
permite la donación de órganos cuando el receptor es escogido
antes de la muerte del donador, explicó el rabino Henry Sobel,
quien dijo ser amigo de la familia del compositor.
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