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Una ciudad cordobesa que se unió
en una protesta discriminatoria

En Capilla del Monte, el gobernador De la Sota inauguró una casa de recreo para VIH positivos. Los vecinos la rechazaron. Primero, el gobierno la cerró. Pero ahora busca el consenso.

El gobernador José Manuel de la Sota había inaugurado el lunes la casa promovida por ONGs.

Por Mónica Gutiérrez

Apagón generalizado. Festival de bocinazos. Más de medio pueblo reunido en el cine local. No era una protesta contra un aumento de impuestos, ni por la desocupación que, como a tantas otras poblaciones del interior cordobés, amenaza con convertir a Capilla del Monte en una ciudad fantasma. Fue la instalación de una casa de descanso para enfermos de sida –inaugurada por el propio gobernador José Manuel de la Sota– lo que desató la ira de los vecinos de la tranquila localidad serrana, la misma que se hiciera famosa por los supuestos aterrizajes extraterrestres en el cerro Uritorco. El brote discriminador originó una polémica que llegó rápidamente al gobierno provincial: en cuanto se enteró de las protestas de los vecinos, le sacó el apoyo al proyecto; pero cuando el escándalo se instaló en los medios, volvió a retroceder. Y optó por buscar el consenso entre unos y otros. Mientras tanto, los vecinos de Capilla del Monte amenazan con seguir la cruzada. “Nos costó mucho erradicar a esos seudohippies o artesanos que se instalaron dos o tres veranos, no queremos volver a sufrir lo mismo con los travestis”, dijo ante este diario Carlos Iturrioz, director de una radio local.
A la mayoría de los habitantes de Capilla del Monte los sorprendió el lunes la visita del gobernador y su mujer. De la Sota y Olga Riutort llegaban al lugar para inaugurar la “Casa de Recreo para personas viviendo con VIH”. Con sonrisas y corte de cinta de por medio, el proyecto de las organizaciones que luchan contra el sida y la discriminación se concretaba con el apoyo del gobierno provincial que, suponía, le sumaba rédito político.
Pero pocas horas pasarían para que estallara el infierno grande en que se convirtió el pueblo. Un apagón organizado, un concierto de bocinazos en el centro y la más masiva reunión que los vecinos recuerden en los últimos años, convocada por el Centro Comercial, fueron las primeras protestas en contra del proyecto. El mismo intendente, Gustavo De Figueredo, acompañó las airadas quejas.
“La casa va a recibir enfermos de sida y travestis, y la bronca del pueblo es por esto último”, aseguró Iturrioz a Página/12. “Hemos sufrido durante dos o tres temporadas a un montón de vagos, seudo hippies o artesanos, que construyeron viviendas precarias en el faldeo del Uritorco, nos costó mucho erradicar eso; usted salía a comer con su familia y se veía rodeado de estos tipos. No queremos tener travestis circulando por ahí y molestando a los turistas”, abundó.
Estallado la ira discriminatoria, la Secretaría de Derechos Humanos de la provincia intentó dejar contentos a unos y otros. Primero se aseguró que la casa se cerraría, para satisfacer el planteo vecinal. Pero luego, cuando el tema se hizo noticia en toda la provincia y los medios destacaron el costado discriminatorio de las quejas, el gobierno difundió que no habría cierre y pidió “comprensión y solidaridad” a la gente de Capilla del Monte.
Según Ema, propietaria de un comercio de la zona, reducía toda la situación a un supuesto ocultamiento. “Lo que más molestó fue el engaño, nos pasaron por encima. Eso los medios no lo dicen, nos han puesto el mote de discriminadores y eso molesta mucho. El gobernador vino con una delegación de travestis y eso es lo que no estamos dispuestos a aceptar, en qué se va a convertir esto; pero no ponga mi nombre completo porque acá no se puede hablar”, remató.
Iturrioz se quejó de que “la casa no tiene la infraestructura necesaria para albergar este tipo de enfermos, queremos tener alguna seguridad, no hay medidas sanitarias, se trata de una casa de familia grande, nada más. Nosotros entendemos que no hay discriminación, pero esto fue hecho de la noche a la mañana, la bronca de la gente es que fue todo en secreto, recién dos días antes el intendente se enteró de que el gobernador venía a inaugurar ‘algo’ en Capilla del Monte”.
Y fue aun más allá. “El consenso es mayoritario en no aceptar esto. No sé si en otras condiciones se aceptaría, personalmente yo le digo que no. Si dicen que discriminamos, bueno, estaremos discriminando”, confesó sin ningún tapujo. El gobierno, en tanto, envió al lugar al presidente de la Comisión para Minorías Sexuales y Portadores de VIH en busca de lograr un acuerdo.

 

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