Principal RADAR NO Turismo Libros Futuro CASH Sátira


LA CIDH LE RECLAMO AL ESTADO QUE GARANTICE LA SEGURIDAD DE MARIA GOMEZ
Nadie protege a la defensora amenazada

Tras una presentación del
CELS y el CEJIL, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos reclamó que se tomen medidas de protección para la defensora oficial y pidió informes sobre lo realizado hasta ahora. Varios presos dijeron que los penitenciarios planeaban asesinarla por sus denuncias.

Por Cristian Alarcón

Las reiteradas amenazas de muerte a la defensora oficial de San Isidro, María Dolores Gómez, motivaron ayer la intervención de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. El organismo solicitó al Estado nacional que disponga medidas de protección para la defensora y pidió informes sobre lo que el Estado argentino ha realizado para garantizar la seguridad de Gómez, quien ha denunciado persistentemente las torturas y las condiciones inhumanas de detención de los presos bonaerenses. La CIDH respondió de esa manera a la presentación que realizaron el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), que denunciaron la inacción del gobierno argentino ante la presión que Gómez recibió por parte del poder político provincial y los planes para asesinarla que tendrían algunos jerarcas del Servicio Penitenciario Bonaerense a raíz de sus denuncias ante la Justicia por violaciones a los derechos humanos.
Las amenazas que María Dolores Gómez recibió comenzaron el 17 de mayo cuando un preso detenido en la cárcel de Rawson le avisó que jefes penitenciarios tramaban un plan para eliminarla. “Dicen que la van a violar y la van a tirar en Pacheco simulando un asalto”, le dijo. La “bronca” que según el detenido había dentro del SPB había comenzado por las denuncias que durante el año dos mil presentó Gómez ante la Justicia. Primero visitó la Unidad 29, de máxima seguridad, donde descubrió presos con marcas de torturas y golpizas, encerrados en los típicos “buzones” de castigo. Los detenidos fueron trasladados. Luego el relato de uno de sus defendidos la llevó a visitar la vieja cárcel de Sierra Chica. Allí también hizo abrir las celdas del pabellón 12, en que se encierra a los castigados. Los presos vivían a oscuras, con sus excrementos, comiendo con las manos y eran golpeados salvajemente. Una Cámara de Apelaciones decidió clausurarlos. A partir de sus denuncias también fueron desalojadas las celdas de varias comisarías del Gran Buenos Aires.
Las amenazas que recibió llegaron a través de otros dos detenidos. Ambos contaron que habían sido contratados por jefes del SPB para disparar contra uno de los hijos de la defensora a cambio de que sus informes de conducta recibieran una calificación diez y de esa manera salieran anticipadamente. Ante la inacción del gobierno de Carlos Ruckauf –que a través del director de Política Penitenciaria, Miguel Angel Plo, la había presionado antes de que comenzaran las amenazas–, el CELS y el CEJIL se presentaron a la CIDH. “Las agresiones contra la defensora está ligadas a una política del gobierno bonaerense de interferir en la labor del Poder Judicial de la provincia”, le dijo Página/12 Andrea Pochak, coordinadora del área jurídica del CELS. Hasta el momento la Justicia no ha avanzado en la investigación de las amenazas a pesar de que ante el fiscal Enrique Ferrari el preso de Rawson entregó los nombres de los tres detenidos supuestamente contratados y liberados para “hacer el trabajo”. Ferrari se declaró incompetente y nunca esas personas declararon en la causa.
Ayer fuentes de la Cancillería, encargada de responder la solicitud de la Comisión Interamericana, le dijeron a este diario que ya fueron solicitados informes al Ministerio de Justicia de la provincia, al director de Asuntos Penitenciarios y a la Procuración General de la Suprema Corte bonaerense. El gobierno nacional tiene un plazo de diez días para responderle a la CIDH. Luego el organismo podrá requerir que la administración de Fernando de la Rúa cumpla con “medidas cautelares”: que investigue las denuncias por amenazas, que proteja la integridad física de Gómez y la de los testigos que se encuentran detenidos en diferentes cárceles provinciales. “Estos ataques a una funcionaria que provienen de un organismo Estatal podrían motivar que la CIDH solicite hasta una intervención del Servicio Penitenciario”, sostuvo Pochak.

 

El debate Ruckauf–Ibarra

La polémica de la inseguridad continúa. Ayer, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, y el secretario de Seguridad, Facundo Suárez Lastra, volvieron a cruzarse con el gobernador bonaerense, Carlos Ruckauf. El debate siguió a la polémica desatada por Ruckauf después de proponer infructuosamente la modificación del Código Penal durante la reunión plenaria del Consejo de Seguridad. “Viven dentro de una burbuja”, espetó el gobernador. “Ruckauf tiene intencionalidad política”, devolvió Ibarra. Suárez Lastra fue más lejos: “El discurso de Ruckauf es demagogo, fascista y con eso muestra que es un impotente”.
La polémica –actual, porque no es la primera desatada por Ruckauf– se inició el jueves pasado, cuando el gobernador intentó plantear la modificación del Código Penal, endureciendo las condenas y bajando la edad de inimputabilidad, durante la reunión plenaria del Consejo de Seguridad Interior. Debía saber que no tendría eco, porque en el temario no se había fijado tratar la modificación a ninguna ley. Y no lo tuvo. Pero Ibarra y el gobernador entrerriano, Sergio Montiel, rechazaron enérgicamente la propuesta. Ruckauf se levantó y se fue sin escuchar al resto de representantes. Al salir, desató la polémica frente a los medios: “Piensan más en los delincuentes que en las víctimas”, dijo.
Ayer, Ruckauf insistió. “Viven dentro de una burbuja”, acusó. Ibarra respondió que “tiene intencionalidad política. No voy a entrar en discusiones políticas que después dejan prisionera a la sociedad. Lo que hay que hacer es trabajar responsablemente”. Más duro fue Suárez Lastra: “Hizo una propuesta chiquitita. Ruckauf apela al miedo como un demagogo y eso es de fascista. Eso revela su impotencia para tratar el tema de la inseguridad”.

 

LA ODISEA DE DOCE PERSONAS TOMADAS COMO REHENES EN TIGRE
“Teníamos en la cabeza lo de Ramallo”

“Por suerte tuvo un final feliz, pero todos tenemos en la cabeza lo de Ramallo y nadie se lo va a olvidar jamás.” Así relató su odisea uno de los doce jóvenes que ayer a la madrugada fueron tomados como rehenes por dos ladrones, en un pool de la localidad bonaerense de Tigre. Después de dos horas, los delincuentes decidieron escapar llevándose al dueño del bar, a una de sus empleadas y a un cliente como escudo. El desenlace llegó apenas 30 minutos después, en la ruta 197, cuando la policía interceptó a los ladrones. Un agente y la empleada resultaron heridos durante el rescate.
Damián Martínez, de 20 años, y Mario Rocasalva, de 22, se mezclaron entre las personas que ayer, cerca de la 1, todavía jugaban al pool en el bar Match-Point, ubicado en Avenida Cazón y Marabotto. Jugaron un par de partidos, tomaron algunas cervezas y después de un rato sacaron sus armas para amenazar al dueño del bar. Tras alzarse con el dinero de la caja, recolectaron las pertenencias de los clientes, e incluso de los empleados del comercio.
El asunto se complicó cuando un vecino avisó a la policía que en el bar había problemas. Con el sonido de las sirenas, los delincuentes perdieron la paciencia. “Empezaron a presionarnos para que les dijéramos quién llamó al patrullero desde adentro del negocio, pero de adentro no salió ninguna llamada”, narró con voz quebrada uno de los rehenes, sin animarse a dar su nombre. “A uno se le pasan mil cosas por la cabeza cuando ellos tienen el arma, cuando te intiman a hacer cosas, había mil cosas que ellos pedían”, agregó.
Mientras tanto, un centenar de policías de la comisaría 1ª de Tigre, la Jefatura Departamental de San Isidro, el Grupo GEO y el Comando de Patrullas, rodeaban la manzana.
–¿Me van a seguir? –preguntó el delincuente, parado en la puerta del bar, mientras apuntaba a la cabeza de uno de los rehenes con su revólver calibre 32 niquelado.
–Nadie te va a tirar un tiro, pibe... No maltratés a la gente –le contestó un negociador de la policía.
–Por trescientos pesos estás arriesgando la vida de siete personas, largá el palo, vos no querés a nadie... –seguía el ladrón–.
La elección de los escudos humanos distaba de ser azarosa: los ladrones habían elegido como salvoconductos al dueño del pool (Alfredo Canclini, de 41 años), a una de las mozas (Paola Forlan, de 18) y al dueño del Fiat Uno estacionado en la puerta (Sergio Madalena, de 39). Uno de los asaltantes se escudaba en Sergio, mientras gritaba “¡Sacame el embudo! ¡Sacame el embudo!”, refiriéndose al operativo de seguridad que había montado la Jefatura Departamental de Tigre. Su compañero seguía protestando:
–Yo te la tiro, no quiero ir en cana. No me quiero ir en cana... ¡Que me dejen ir, loco! ¿Por qué no me dejás ir, guacho? Yo me quiero ir a mi casa, loco, me quiero ir a mi casa a darle de comer a mi hijo.
Finalmente lograron escaparse, a bordo del Fiat Uno. Pero la policía de Tigre había dispuesto un cerco de seguridad en un radio de 10 cuadras. En San Fernando, sobre la ruta 197, un móvil interceptó al auto donde se desplazaban los delincuentes y los rehenes. Los ladrones respondieron a los tiros. Una bala hirió en el brazo a Paola, otra destrozó el parabrisas y desató una lluvia de vidrios que le cortaron la cara a la chica y a Sergio, que manejaba el auto. Un tercer disparo alcanzó al sargento primero Daniel Beltrame en la mano.
Los delincuentes fueron detenidos y trasladados a dos comisarías de la zona, donde quedaron a disposición de la jueza de Garantías Marcela De Langhe. “Estaban muy violentos, yo creo que drogados o borrachos”, dijo a Página/12 el comisario Alberto Cánepa, titular de la Departamental de Tigre, quien agregó que ambos delincuentes tenían antecedentes “por varios robos en la zona”.

 

PRINCIPAL