Por Patricia Chaina
El valor de la vida es
diferente en todo el mundo, asegura el periodista Alfredo Casado
desde un bar donde la TV emite un video con imágenes de guerra
de trincheras. Afuera llueve. Casado, quien moldeó su propia arcilla
reportando como movilero ante Santo Biasatti en Radio Del Plata, explica
a Página/12: Un muerto de la Intifada despliega más
poder mediático que cien personas muertas en Angola y esto no tiene
que ver con la gente sino con los intereses de las regiones económicas.
Casado tiene a su cargo la producción general y el análisis
de los dos programas de actualidad internacional con los que Canal 7 apuesta
a un proyecto de características inéditas para los canales
de aire en la Argentina: Mundo diario, coconducido por Franco
Salomone de 19.30 a 20, y Mundo.Ar, sábados
a las 16, en donde él suma análisis histórico
a los conflictos de la semana.
Mundo diario, resume el espíritu de una propuesta innovadora
y efectiva: trata de concentrar en un retratos ágiles y certeros
el caleidoscopio de una vasta serie de acontecimientos la actualidad internacional.
Y lo logra. En 24 minutos de artística hay 24 notas, en el
promedio. Era una consigna del canal, además de la pauta de trabajar
sobre imágenes y con un edición bien dinámica,
cuenta Casado. Se refiere a la premisa sobre la que la dirección
de noticias del canal, a cargo de Eduardo Cura, diseñó el
programa. Información, bien contada, adaptando la forma al vértigo
del nuevo siglo. Síntesis y packaging. La misma idea que guía
la estructura de los panoramas de noticias de cadenas como CNN o BBC.
Casado mantiene un tono neutro y apenas gesticula. Conoce el poder de
la palabra. El salvoconducto que lo guió hasta el intrincado
mundo de la intriga internacional desde su infancia en Zárate,
cuando su madre le regaló un Atlas ilustrado y a los 5 años
él empezó a soñar con países lejanos y enigmáticos
como Yugoslavia, país que visitó cuando la guerra ya había
devastado la costa del Adriático. Lo que más me impresionó
cuando cubrí la guerra en los Balcanes fue el desprecio por los
muertos recuerda, los estragos de la limpieza étnica.
¿Por qué Canal 7 lo convoca para integrar la programación
del canal?
La idea era hacer algo similar a Testigo en directo,
un ciclo que hicimos para TN durante dos años, con Adrián
Gutiérrez camarógrafo y su socio como producción
independiente. Nos llaman para eso pero por costos no era posible. En
este país los temas internacionales no son centrales, pero había
disposición en el canal para darle un lugar y así fue que
inicialmente participé como columnista del noticiero. No había
en TV abierta un análisis de situación internacional.
¿Cómo llega desde ahí a Mundo diario
y Mundo.Ar?
Pensando en un camino intermedio hacia coberturas integrales, con
la estructura del documental testimonial, con la idea de contarle a los
argentinos desde la visión de periodistas argentinos lo que pasa
en Medio Oriente o en México. Los canales locales no tienen corresponsales
en el mundo. Otros países latinoamericanos sí. En medio
de esto nos enteramos de que la Unión Europea tiene interés
en nuestros documentales y firmamos un acuerdo de auspicio internacional.
Eso se sumó a nuestra decisión y a la del canal y lanzamos
los dos programas.
¿Usted encuentra alguna razón valedera por la que
no haya en TV abierta mayor espacio para este tipo de productos?
Que nos creemos el centro del mundo. Y los productores y gerentes
de noticias creen que a la gente no le interesan estos temas. En los canales
comerciales, el documental que no encuentra un gancho amarillo para la
venta no tiene espacio.Y eso es malo para la sociedad. Porque (Roberto)
Cenderelli y la cámara que se mueve todo el tiempo, concepción
de lo posmoderno en la televisión, no la inventó El
Rayo. Se hace desde mucho tiempo atrás. Pero el documental
típico trabaja sobre el contenido. Y la realidad económica
y política les permite a los programadores decir que la gente quiere
ver sólo cosas pasatistas. Esto es un absurdo: hay muchísima
gente que también quiere pensar cuando mira televisión.
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