Por Julio Nudler
Para la gente, y también
para los mercados, el factor de empalme que anunció
Domingo Cavallo antenoche y empezará a regir a mediados de esta
semana constituye, ante todo, un factor de incertidumbre. La pregunta
que todos se hacen es si la determinación de un dólar más
alto en principio, a $ 1,08 para el comercio exterior es el
primer hilván de una devaluación del peso con todas las
letras, que se iría extendiendo a otros rubros, y eventualmente
a los financieros. Todo esto es rechazado enfáticamente por el
Ministerio de Economía. En esta misma página, Federico Sturzenegger,
secretario de Política Económica, asegura, en entrevista
con Página/12, que ese adicional al dólar no es cambiario
sino fiscal y que desaparecerá definitivamente el día en
que el euro iguale al dólar, y por tanto comience a regir la nueva
convertibilidad ampliada. Desde este punto de vista, el mecanismo sólo
tendría el propósito de proteger a la Argentina contra una
eventual depreciación adicional del euro, porque en tal caso el
peso también se desvalorizaría, aunque únicamente
para las operaciones de exportación e importación de bienes.
Sin embargo, incluso si se creyese que éstas han sido las intenciones
al diseñar este curioso mecanismo, no es improbable que resulte
insuficiente para corregir la sobrevaluación del peso y los problemas
del balance de pagos, imponiendo medidas más profundas en el futuro.
Así como Economía no pudo esperar que entrara en acción
la cesta de monedas, debiendo anticiparse con esta alza del dólar
comercial, es posible que necesite apelar a nuevos recursos heroicos.
La Argentina tiene una larga historia de devaluaciones encubiertas,
que siempre se basaban en un desdoblamiento del dólar entre una
paridad comercial y otra financiera, tal como ocurrirá ahora de
nuevo. Luego, para devaluar sólo hacía falta ir introduciendo
mezclas entre los dos tipos de cambio. Pero más allá del
mecanismo, que podría reproducirse esta vez, el elemento común
entre el presente y el pasado es el estrangulamiento del sector externo
argentino. Para muchos, aunque la dolarización de depósitos
y de deudas vuelve muy complicado devaluar sin causar estragos, tan cierto
como eso es que sin devaluación la Argentina no sale. En esto consiste,
en última instancia, la trampa de la convertibilidad.
De hecho, aunque se haya consumado por medio de un ardid creativo,
la introducción del binomio dólar-euro en la convertibilidad
en momentos en que para comprar un dólar hace falta 1,16 euro implica
una devaluación del peso de exactamente el 7,4 por ciento para
las operaciones de comercio exterior. No obstante, y como también
ocurría en el pasado, se trata de una devaluación compensada,
en la que el fisco captura para sí una parte de la ganancia moviendo
reintegros y aranceles. Es así como Cavallo pudo sostener que el
erario se alzará con ingresos adicionales por $ 600 millones. Este
es otro rasgo típico de las devaluaciones, compartido por ésta.
Pese a que la devaluación sea el temor central que suscita el nuevo
paquete, éste contiene otros aspectos inquietantes. El nuevo toqueteo
de los impuestos es uno de ellos. Si bien casi todos los aumentos en la
presión tributaria son presentados por Economía como inocuos
porque se permitirá computarlos como pagos a cuenta del IVA, la
realidad es que muchas empresas tienen saldos a su favor en este impuesto,
por ejemplo porque les estuvieron bajando las ventas, y en consecuencia
deberán absorber, a veces por años, la carga impositiva
adicional. Además, los gravámenes que funcionan como pago
a cuenta de otros complican enormemente la administración tributaria
y el control, y aunque se diga que reducirán la evasión,
en la práctica podrían aumentarla.
En el caso de las contribuciones patronales, al elevarlas para todos al
16 por ciento se incurre además en el contrasentido de castigar
relativamente más a las regiones más débiles y alejadas,
a las que el propio Cavallo había favorecido a comienzos de 1994
con quitas muy fuertes en los aportes. Algo similar ocurre con los reintegros,
ya que lareducción de ocho puntos afectará particularmente
a las exportaciones más sofisticadas, como si Economía buscase
acentuar la primarización de las ventas externas.
En otros casos, los componentes del paquete tendrán efectos todavía
imprecisos. Uno es el del transporte urbano de pasajeros, al que se le
aplicará el IVA con una alícuota de 10,5 por ciento. Previendo
que esto provocará un nuevo aumento del boleto (eventualidad que
Sturzenegger niega), Carlos Bastos, ministro de Infraestructura, anunció
la introducción de un boleto multimodal. Pero las dificultades
prácticas para implementarlo en el área metropolitana serán
enormes. Mientras tanto, no es descartable que un nuevo encarecimiento
del transporte, de peso ya agobiante en el presupuesto de las familias
trabajadoras, desate una rebelión de usuarios.
Los aspectos gratos del plan son, casualmente, los que quedan diferidos
para un impreciso futuro: la reducción del IVA del 21 al 16 por
ciento, el abaratamiento del peaje (no urbano) de $ 2,40 a 0,75 cada 100
kilómetros, y el propio pasaje multimodal (de precio desconocido).
Tampoco hay noticias alentadoras para los asalariados que ganen menos
de 1500 pesos. Parece ilusorio esperar que los empleadores, tentados por
los tickets libres de impuestos, les concedan voluntariamente incrementos
de $ 150 mensuales. Más creíble es que aprovechen la posibilidad
de sustituir sueldo monetario por vales, lo cual perjudicaría al
trabajador.
Lo mejor del paquete se resume en tres medidas. Una es la parcial marcha
atrás en el castigo impositivo que José Luis Machinea descargó
sobre los salarios medios y altos. Otra es el mayor monto de intereses
hipotecarios deducibles de Ganancias ($ 20.000). Y, la última,
la documentación de $ 5000 millones de deudas de la AFIP con los
contribuyentes. ¿Bastará este trío, más una
devaluación tan rara, para relanzar la economía?
Se olvidaron de los
pobres
El secretario de las Pequeñas y Medianas Empresas del Ministerio
de Economía, el frepasista Enrique Martínez (foto),
dijo que las medidas de reactivación anunciadas por el Gobierno
son muy buenas e imaginativas. Pero aclaró que
para que el programa cierre hace falta ocuparse de los sectores
populares. Como economista y hombre del Frepaso, creo
que el flanco más débil de la presentación
de ayer fue que no hubo medidas para la recuperación del
ingreso de los sectores populares, afirmó. Y agregó
que está faltando un tratamiento sistemático
del ingreso de los asalariados de menos de 1.500 pesos, pero nunca
es tarde para hacerlo, concedió.
Entre las medidas elevadas a Economía por la Secretaría
Pyme, que a juicio de Martínez responderían a este
tratamiento sistemático, el funcionario mencionó
la elevación a 400 pesos del salario mínimo que no
genera costo fiscal sino que aumenta el ingreso fiscal. Estos
temas son complementarios a los últimos anuncios, así
que espero que ahora el ministro pueda dedicarse a ellos,
se esperanzó.
Para Martínez, medidas tales como que el IVA sea recaudado
en base a lo percibido y no a lo devengado son muy buenas,
y venían siendo reclamadas por el sector de pymes. Esa medida
encontraba hasta ahora la actitud cerrada de la DGI, espero
que ahora sea diferente, explicó. Y agregó que
de ampliarse cambiará el mal hábito de los hipermercados,
entre otros sectores, que hacían financiamiento obligando
a las pymes a pagar el IVA sin haberlo cobrado.
También consideró positiva la creación de un
nuevo tipo de cambio para el comercio exterior que, sobre todo respecto
de Brasil, afirmó, va a mejorar la situación
de muchas PyMEs y abre la puerta para introducir a futuro normas
complementarias si es que el real se sigue devaluando.
Pero estimó lamentable que se haya perdido la oportunidad
de hacer anuncios importantes para el sector, como la reglamentación
de la ley PyME, que está a la firma del ministro. Esta
omisión generó entre los empresarios pequeños
y medianos la sensación de que no se ha prestado atención
a este tema, se quejó Martínez.
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EL
SECRETARIO DE POLITICA ECONOMICA EXPLICA EL PLAN
Nos veían muy indefensos
Por
J. N.
Ahora que
resolvieron desdoblar el tipo de cambio en un dólar comercial y
otro financiero mediante el factor de empalme, ¿qué
harán si una apreciación del euro licua ese factor?
No hay ningún cambio de fondo. El 1 a 1 sigue igual. Sólo
implementamos un sistema de aranceles y reintegros más uniforme
y generalizado, atado al problema del atraso cambiario. Pero es un tema
de política comercial. Si el dólar se depreciara, también
lo haría el peso, y esto compensaría la disminución
del factor de empalme.
Con la vigente Ley de Convertibilidad, ¿por qué va
a pagar un importador el dólar a 1,08 peso?
Lo que va a pagar es un arancel, lo mismo que ahora.
¿Y dónde lo pagará?
En la Aduana. El factor de empalme se va a liquidar del mismo modo
y en el mismo momento en que se liquida el arancel. Es totalmente fiscal.
¿Y los exportadores?
En su caso el mecanismo será parecido al del reintegro, pero
algo más rápido.
Pero Domingo Cavallo dijo que bajaba los reintegros porque éstos
dan lugar a represalias de los países importadores. Quiere decir
que en adelante nos represaliarán por el factor de empalme...
No. Pensamos que no tendremos problemas con la OMC (Organización
Mundial del Comercio) porque éste es un mecanismo más homogéneo.
Antes había sectores favorecidos con reintegros y otros que no
los tenían. Ahora tendemos a emparejar los reintegros para todos
los sectores de la economía. Y por el lado arancelario hacemos
algo similar.
Los reintegros más altos premiaban el valor agregado en las
exportaciones. Ahora suprimen ese estímulo a agregar valor...
Lo que hacemos es poner a todos en un plano de igualdad para que
la economía decida cuáles son las áreas a desarrollar.
En cuanto a lo del valor agregado, hay que tener cuidado. El sector agropecuario,
que es el de mayor valor agregado de la economía, antes no tenía
reintegros, salvo algunos casos, y ahora los recibirá. El agro
es todo valor agregado, no así la industria.
¿Quiere decir que hay más valor agregado en la exportación
de soja que en la de un reactor nuclear?
El peso exportado en granos es todo valor agregado, mientras que
en un reactor hay muchos insumos importados. Lo importante es promocionar
uniformemente a todas las exportaciones.
Si el factor de empalme es una nueva especie de arancel y de reintegro,
lo curioso es que va a variar a diario...
Así es. Todas las noches el Banco Central definirá
la cotización y se la pasará a la AFIP para que aplique
esa alícuota al día siguiente. Si el euro se acercase a
la paridad con el dólar, el factor iría desapareciendo.
Y cuando el euro llegue a valer un dólar, el factor desaparecería
para siempre.
Si todo esto se hace en gran medida en función del problema
con Brasil por la devaluación del real, ¿qué mejoraría
en esta cuestión bilateral un repunte del euro?
El factor de empalme implica una mejora significativa de competitividad
en relación a Brasil. Si el factor se licuase sería por
una depreciación del dólar, y eso de por sí nos protegería.
Siempre y cuando el real no siguiera devaluándose...
Hay una correlación histórica muy fuerte entre el
euro y el real. Por eso poner al euro en la canasta de monedas también
nos protege respecto del real. El día que el euro se revalúe
contra el dólar, es muy posible que también lo haga el real.
¿El factor de empalme se aplicará a algunos servicios
ligados al comercio exterior, como fletes y otros?
En principio, para los servicios reales y financieros no se aplica
el factor de empalme.
¿En principio? Quiere decir que más adelante se aplicaría...
Rotundamente no. Haga de cuenta que no dije en principio.
¿Y respecto de los combustibles?
No rige para combustibles, ni exportados ni importados, y tomado
el rubro en sentido amplio, que incluye petróleo y derivados, gas,
energía eléctrica, etcétera.
Siempre que hubo un dólar comercial y otro financiero, aquel
era inferior a éste, y no al revés, como ocurrirá
ahora...
Correcto. Siempre fue al revés.
¿Esto no implica darle un dólar más barato
a la salida de fondos y capitales que a la importación de insumos
y equipos?
Esto no es muy diferente de lo que hay hoy. Para una transferencia
financiera se paga un peso por un dólar, pero para importar hay
que pagar adicionalmente un arancel.
¿Y eso está bien?
En todos los países es así. Lo necesario es buscar
aranceles bajos y homogéneos.
Cuando Cavallo planteó la inclusión del euro en la
convertibilidad, no le asoció un cambio en la política de
reintegros y aranceles. ¿Por qué deciden ahora esta sustitución?
Este mecanismo del factor de empalme básicamente simula la
vigencia de la convertibilidad ampliada hoy mismo para el comercio exterior
de bienes, aislando a la economía de depreciaciones adicionales
del euro y del real. Si éstas ocurrieran, aumentaría el
factor de empalme. Parte del malestar que tenían los mercados con
la Argentina surgía por percibirla muy indefensa ante los cambios
en la cotización de esas dos monedas.
Cuando desaparezca el factor de empalme, ¿qué pasará
con los reintegros?
Permanecerán en sus nuevos valores muy reducidos.
¿La quita de 8 puntos en los reintegros es para siempre?
Para siempre. Pero debe recordar que el factor de empalme desaparecerá
sólo si el dólar experimenta una fuerte depreciación,
con lo cual no se pondrá en peligro sino todo lo contrario
la competitividad.
Pero se parte de una situación en que el peso está
fuertemente sobrevaluado...
Esto corrige, por lo menos en parte, esa situación.
¿La aplicación del factor de empalme se ampliará
a otros conceptos?
No, en absoluto. La Argentina tiene el compromiso de que para los
ahorros, los plazos fijos, para todas las operaciones, un peso es un dólar.
Para
los mercados, Cavallo manipula el tipo de cambio
Los analistas financieros pronostican desconfianza de los
�mercados� a partir del lunes. Dicen que Cavallo quiere volver
a un �sistema de tipo de cambio múltiple� y �romper la convertibilidad�.
Marx habló con inversores extranjeros para tranquilizarlos.
Pablo
Guidotti, ex vice de Roque Fernández e interlocutor de
los mercados. El propio gobierno dice que
el peso está sobrevaluado. Es un mensaje delicado,
afirma.
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Aunque en el fin de semana se
toman descanso, la primera reacción de los mercados
fue crítica de las medidas anunciadas por Domingo Cavallo el viernes
por la noche. Según Alberto Ades, economista jefe del banco de
inversión Goldman Sachs, la creación de un dólar
especial para las exportaciones implica una devaluación del
peso que puede resultar problemática. Esa va a ser
la parte que al mercado le va costar más digerir y se va reflejar
en una suba en la prima de riesgo cambiario, advirtió. Pablo
Guidotti, ex viceministro de Roque Fernández, dijo a Página/12
que se intenta que la política cambiaria vuelva a ser un
instrumento de política económica y alertó
que genera confusión porque los mercados van a entender que
el Gobierno está preocupado con el tipo de cambio. Con la
intención desactivar una reacción negativa de los mercados
el lunes, el secretario de Finanzas, Daniel Marx, se la pasó ayer,
junto a un grupo de colaboradores, haciendo llamados al exterior, intentando
tranquilizar a los brokers de Wall Street. Y les envió por correo
electrónico una detallada explicación en inglés de
cada una de las medidas.
Goldman Sachs es uno de los principales bancos de inversión norteamericanos
y sus clientes compran y venden una buena porción de títulos
de la deuda Argentina. Así, las opiniones de sus analistas influyen
en el riesgo país argentino. Ades ayer fue muy crítico del
mecanismo cambiario, llamado factor de empalme, creado por
Cavallo para promocionar las exportaciones. En la práctica, a partir
del martes, significará por cada 1 dólar que liquiden los
exportadores, los bancos, a cuenta del gobierno, les entregarán
1,08.
Esto crea un sistema de tipo de cambio múltiple que en el
pasado generó en Argentina oportunidades para la corrupción,
afirmó Ades. Para el jefe del área de mercados emergentes
de Goldman, algunas medidas son razonables, como las orientadas al fomento
del consumo, la inversión y al combate de la evasión. Pero
destacó que faltaron las relativas a una reducción del gasto
público y las reformas estructurales pendientes: son las
medidas que le gustaría ver al mercado y que incidirían
positivamente en una baja del riesgo país, sostuvo.
En la misma línea, el economista jefe de un banco extranjero líder,
que prefirió hablar off the record, pronosticó a este diario
que los mercados van a reaccionar mal a partir del lunes.
El analista, quien ayer a media tarde ya había telefoneado a otros
cuatro colegas de otros tantos bancos de Estados Unidos, fue duramente
crítico de las medidas de Cavallo. Para salir del pozo lo
primero es dejar de cavar. Pero Cavallo sigue cavando, disparó.
Y no dudó en afirma que el ministro rompió la convertibilidad.
Argentina tiene a partir de ahora tipo de cambio comercial, a tiro de
una resolución del Ministerio de Economía. Hoy, como en
el pasado, el tipo de cambio es parte de la política económica,
aseguró.
Vivo representante de la voz de los mercados, la misma fuente
fue todavía más lejos. Una vez que el tipo de cambio
es parte de la discusión, la UIA (Unión Industrial Argentina)
en el próximo documento va a decir que el empalme debe ser 1,45,
ironizó. Cavallo puso de nuevo al tipo de cambio arriba de
la mesa de discusión. Y a partir del martes próximos los
empresarios van a estar más preocupados por cómo hacer negocitos
del tipo de las exportaciones de oro que por aumentar la productividad,
criticó.
El economista también recordó, no sin sarcasmo, que Cavallo
había reconocido, cuando dejó el gobierno de Menem, como
único error de mi gestión, haber cedido a la presión
del Fondo Monetario y subir transitoriamente los aportes patronales en
el tequila, los que había reducido un año antes. Ciertamente,
el actual ministro de la Alianza lo confiesa en su libro El peso
de la verdad, publicado a fines de 1997.
Pablo Guidotti, economista del CEMA e interlocutor privilegiado de los
mercados, también apuntó contra el paquete de Cavallo. Los
cambios que tienen que ver con el factor de empalme van a generar confusión
porqueponen de vuelta en discusión el tema cambiario. Va ser bastante
difícil que se entienda otra cosa, porque es similar a poner un
dólar comercial. Esto no va a ser bien recibido por los mercados,
anticipó.
Según Guidotti, los mercados van a entender que el gobierno
está preocupado con el tipo de cambio. De hecho, el propio gobierno
está diciendo que el peso está sobrevaluado y que necesita
el factor de empalme. Este es un mensaje delicado, que va a ser difícil
de vender en los mercados internacionales, explicó. Además,
dijo que todo estos regímenes discrecionales hacen más
fácil la corrupción. Yo dudo que la AFIP esté en
condiciones de controlar toda la maraña de cambios y pagos a cuenta
que se están introduciendo, sentenció.
Por otro lado, el ex vice de Economía consideró que se
lo ve al gobierno intentando cada semana medidas impositivas nuevas, lo
cual es un síntoma de desorientación. Lamentablemente, cuando
más cambios haya sin tener en claro el rumbo, más lenta
va ser la salida de la recesión, señaló.
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