Por
Irina Hauser
El
banquero Raúl Moneta tiene dos apoyos incondicionales asegurados
en el Consejo de la Magistratura: los diputados ultramenemistas Miguel
Pichetto y Lelia Chaya. El canal 3 de Viedma, que controla el grupo empresario
de José Luis Manzano y Daniel Vila este último socio
de Moneta televisó íntegro el lanzamiento de Pichetto
como candidato a senador en la interna del PJ de Río Negro. La
salteña Chaya responde directamente al gobernador Juan Carlos Romero,
investigado por la Comisión de Lavado de Diputados como posible
socio del Banco Macro, entidad que compró el Banco de Salta con
el Banco República de Moneta como garante.
Pichetto
y Chaya son dos de los siete integrantes de la Comisión de Acusación
del Consejo de la Magistratura, el órgano judicial ante el que
Moneta denunció al juez mendocino Luis Leiva y pidió su
remoción. El magistrado había investigado al banquero preferido
de Carlos Menem y pedido su captura por el vaciamiento del Banco Mendoza
y su fusión con el República. Lo acusó de asociación
ilícita, subversión económica y evasión tributaria.
Este año, el Senado de Estados Unidos reveló que el Federal
Bank era parte del llamado Grupo Moneta, y que por esa entidad se lavaron
4500 millones de dólares que también circularon por el Banco
República.
Leiva lleva tres años sujeto a la investigación de los consejeros,
a pesar de que varios de ellos hicieron votos para que ningún magistrado
estuviera en esa situación de suspenso por más de dos años.
Moneta lo acusó de haberle pedido una coima para no dejarlo preso
y algunos otros temas se fueron sumando al expediente. Pichetto y Chaya
fueron defensores de los argumentos de Moneta contra Leiva desde un primer
momento y cada vez que pudieron.
Este año, Pichetto tuvo el privilegio de que un canal de Viedma
cuya programación es casi nula y se emite muy esporádicamente
mostrara casi en simultáneo todo el show del lanzamiento de su
campaña como candidato a senador en las internas del PJ de Río
Negro. Peinado como siempre a la gomina, Pichetto inundó las pantallas
chicas de la zona. En un local de la UOCRA lo vivaban unas 300 personas
mientras daba, exultante, su discurso proselitista. El canal 3 pertenece
al Supercanal Holding actualmente en convocatoria de acreedores
que forma parte del grupo empresario de Manzano y Vila, socio éste
de Moneta en el Banco Mendoza. Cuando el canal 3 no tiene nada que mostrar,
en su reemplazo aparece el canal 26, atribuido a Alberto Pierri. Lo de
robar cámara en canales controlados por amigos es un recurso que
el mismo Moneta usa a menudo. El año pasado el Canal 7 de Mendoza
armó un programa donde se dio el gusto de decir que los periodistas
que lo investigaron, como Horacio Verbitsky, Ernesto Tenembaum y Marcelo
Zlotogwiazda, lo hicieron movidos por un impulso común: son judíos
y él, en cambio, es un católico practicante y ferviente.
Chaya y su jefe político Romero, gobernador de Salta, fueron de
los pocos políticos que dieron el presente en casamiento de Menem
y Cecilia Bolocco. En la Comisión Investigadora de Lavado de la
Cámara Baja ya cuentan con evidencias de que el mandatario salteño
es socio en el Banco Macro, según pudo saber Página/12.
Además, una nota dirigida al Ministerio de Hacienda de Salta el
29 de febrero de 1996, señala que el Banco República de
Moneta actuó como fiador liso, llano y principal pagador
del Banco Macro SA en la transferencia del Banco de Salta. El rol
de Romero estaría constatado en el acta de traspaso, firmada por
el senador Emilio Cantarero y el actual jefe de gabinete Chrystian Colombo,
señalaron las fuentes.
Una de las demostraciones más claras de aprecio a Moneta que dieron
Chaya y Pichetto, fue la presentación de dictámenes para
desechar una pedido de juicio político de los diputados Elisa Carrió
y Gustavo Gutiérrez contra la Sala I de la Cámara Federal
que integran Luisa RivaAramayo, amigo del ex ministro del Interior Carlos
Corach, y Horacio Vigliani. Carrió y Gutiérrez acusaban
a los camaristas de favorecer intencionalmente a Moneta en dos resoluciones:
en una fallaron a favor de la competencia del ex juez federal Gustavo
Literas en la causa por la caída del Banco Mendoza y arrancársela
a Leiva; en otra, dictaron la nulidad de todo lo que había hecho
Leiva en ocho meses de investigación, incluidas 40 pericias y 13
indagatorias.
Lo más llamativo fue que al dúo de legisladores se le ocurrió
proponer la desestimación de esas causas el mismo día que
Página/12 reveló que Riva Aramayo y el abogado de Emir Yoma
en la causa de las armas, Mariano Cúneo Libarona, visitaron en
su oficina al hoy senador Corach. El esfuerzo del dúo de legisladores
parece que dio fruto, ya que el expediente contra los camaristas pasó
a la Comisión de Disciplina. Es decir, ya no corren riesgo de ser
destituidos.
En el caso de Leiva, en cambio, sus detractores en el Consejo de la Magistratura
no consiguen resultados con la misma celeridad. Las opiniones entre los
20 miembros están muy divididas y ya dos consejeros Pablo
Fernández (Frepaso) y Carlos Maestro (UCR) hicieron saber
a sus pares que habían sido presionados por las huestes de Moneta.
Los impulsores de un dictamen acusatorio entre ellos Pichetto, Chaya
y Mario Gersenobitz creyeron que triunfarían en el plenario
del 28 de febrero último. Pero al ver que no conseguían
los votos necesarios
para iniciar el proceso de remoción del juez de Mendoza, se las
ingeniaron para que el expediente volviera a la Comisión de Acusación.
Pusieron el pretexto de que había que esperar que la Corte Suprema
resolviera un sumario contra Leiva previo a la existencia del Consejo
por el presunto contrabando de maletines desde Chile para un encuentro
nacional de jueces. El alto tribunal resolvió no sancionar al juez
pero hacer una denuncia penal y la comisión tuvo que expedirse
otra vez.
En mayo, Moneta mandó una nota al Consejo advirtiendo que el dictamen
acusatorio había omitido su denuncia por el pedido de coima junto
con otras irregularidades en la instrucción de la causa del Banco
Mendoza. Estos argumentos fueron tomados por Gersenobitz e incluidos en
una propuesta que la semana pasada apoyaron el senador Augusto Alasino
-imputado en la causa de los sobornos del Senado, Chaya y Pichetto.
Fermín Garrote, Maestro y Fernández formaron la minoría
opositora. El dictamen de mayoría dispuso desagregar las causas
contra Leiva, aunque se suponía que debía ceñirse
a ver qué se hacía con la historia de los maletines: por
un lado quedaron las que corresponden a denuncias promovidas por Moneta
y otro grupo las restantes (en las que se lo acusa, por ejemplo, de beneficiar
a imputados en causas de contrabando y tener detenido a un menor en una
cárcel para adultos). La maniobra es la carnada perfecta para que
quienes en febrero no quisieron votar contra Leiva por temor a quedar
asociados con la figura de Moneta, tengan la libertad de hacerlo en otra
causa. En otras palabras, una nueva oportunidad para el banquero cuestionado
hasta por Estados Unidos.
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