Por
Eduardo Videla
Según
se mire, la Corrientes porteña será más angosta o
más ancha. Porque el pavimento, entre Callao y la 9 de Julio, perderá
3 metros el equivalente a un carril pero las veredas ganarán
1,50 metro de ancho cada una. Perderán los automovilistas, es cierto,
pero ganarán los peatones, que no sólo tendrán más
espacio para transitar sino que lo harán bajo la sombra de una
hilera de árboles frondosos, cuando el sol del verano haga arder
el asfalto de Buenos Aires. Las obras para remodelar la avenida, entre
Callao y el Obelisco, comenzarán en setiembre y estarán
terminadas en marzo del año próximo, con una inversión
total de 3,3 millones de pesos.
La experiencia puede servir de modelo para trasladarla a otras avenidas,
como Santa Fe y Cabildo, el año próximo, adelantó
a Página/12 el secretario de Planeamiento Urbano porteño,
Enrique García Espil.
Los autores
del proyecto aseguran que angostar la calzada no ocasionará un
impacto importante en el tránsito: en el tramo que será
reformado, Corrientes tiene seis carriles y al quitarle uno argumentan
quedará con el mismo ancho que trae desde Chacarita hasta Callao.
De todas formas, admiten que el proyecto se encuadra en uno de los objetivos
del gobierno porteño: desalentar la circulación de vehículos
en el centro.
El propósito del proyecto es mejorar la calidad del espacio
público, crear mejores condiciones para caminar por la zona de
cines, teatros, restaurantes y librerías, explicó
García Espil.
Hoy, las veredas de Corrientes tienen en promedio un ancho de 3,80 metros
(la del sur es un poco más angosta que la norte). En su recorrido,
los puestos de diarios y las paradas de colectivos se convierten en verdaderos
cuellos de botella para los peatones. Con el nuevo diseño, quedará
un espacio libre de 3,10 metros, y habrá una franja adicional de
2,10 destinada a los quioscos, refugios y dársenas, con lo que
el ancho total de la vereda será de 5,20 metros. En este sector
también se plantarán los árboles, un total de 150,
a razón de 24 por cuadra o 12 por vereda.
La especie elegida es el ibirapitá, un árbol frondoso, con
una copa de tres metros de diámetro, originario del norte argentino,
que se mantiene verde durante las cuatro estaciones. Serán ejemplares
de 5 años de edad, que se podarán a una altura entre 3,5
y 4 metros, para que la copa no oculte la fachada de los negocios y los
edificios. Frente a cines y teatros no se colocarán árboles,
para no poner obstáculos a la salida del público,
aclaró García Espil.
Corrientes será el primer lugar de Buenos Aires con estacionamiento
exclusivo para motos. Cada dos cuadras, habrá dársenas con
lugares especiales para amarrar los vehículos con cadena y candado.
Otras dársenas, ubicadas cerca de los teatros y cines, estarán
destinadas al ascenso y descenso de pasajeros de taxis y vehículos
particulares.
En cada esquina, además, se construirán rampas para discapacitados,
con barandas, como las ya instaladas en Corrientes, desde el Obelisco
hasta el bajo, el tramo que fue remodelado a fines de 1999. En cada una
de esas barandas habrá placas con el nombre de la calle y la altura,
impresos en sistema Braille, para que los no videntes puedan saber en
qué lugar están ubicados. Esa es una innovación
que nos sorprendió porque tuvo una alto impacto: nos llamaron interesados
desde ciudades de Estados Unidos y de Venezuela, dijo García
Espil.
Por si, en una de esas, Corrientes quiere volver a ser la que nunca duerme,
este tramo de la avenida tendrá el doble de iluminación
que en la actualidad: en cada columna habrá dos faroles, uno hacia
la calle y otro hacia la vereda. Así, mientras hoy existen entre
7 y 9 faroles por cuadra, en el futuro pasarán a contarse un promedio
de 18 cada 100 metros. También se instalarán reflectores
embutidos en el piso para iluminar los frentes de teatros y, en algunos
lugares especiales, se colocarán balizas en elpiso para enfatizar
determinados accesos, explicó Emma Rosanó, directora
de Programas y Proyectos.
El piso de la vereda será de baldosones graníticos, en una
combinación de colores rosa y gris. Es un material rústico,
similar al pórfido patagónico, utilizado en el tramo Este
de Corrientes, pero más económico, detalló
la arquitecta Rosanó.
Las remodelación de Corrientes costará 3,3 millones de pesos,
que serán financiados mediante un crédito del BID. Hay siete
ofertas presentadas y se estima que el proceso licitatorio finalizará
en agosto, por lo que las obras comenzarán en los primeros días
de setiembre. El plazo de ejecución estipulado es de seis meses
por lo que, en marzo del 2002, porteños y turistas podrán
ver a la clásica avenida con su nuevo look.
COMIENZAN
LAS OBRAS PARA CONVERTIRLA EN PEATONAL
Perú,
sólo para caminantes
Por
E.V.
La
peatonal Florida, por fin, tendrá su prolongación por Perú
hasta el monumento al General Roca, en la Diagonal Sur, justo donde confluyen
La Manzana de las Luces y la Legislatura porteña. La obra, tantas
veces anunciada, se iniciará a fines de este mes. Estará
terminada en 180 días y demandará una inversión de
650 mil pesos.
Con este trabajo se logrará aumentar la superficie para la
circulación peatonal en el área central y, a la vez, se
incorporará al paseo de Florida el circuito histórico de
la ciudad, dijo a este diario Enrique García Espil, secretario
de Planeamiento Urbano del gobierno porteño.
La obra, que convertirá en peatonal el tramo de la calle Perú
que va desde Avenida de Mayo a la Diagonal Julio A. Roca, podrá
realizarse, al fin, después de haberse terminado los trabajos de
recuperación de una galería subterránea, próxima
a la estación Perú del subterráneo frente al
Banco Almafuerte donde existían unos antiguos baños
públicos. Ese sector, que estaba en peligro de derrumbe, fue saneado
y reparado, y será destinado en el futuro a un centro de
manifestación urbana, para exposiciones de obras artísticas.
A raíz de esa obra, la calle Perú estuvo cerrada al tránsito,
en ese tramo, durante casi un año. Hoy está abierta a la
circulación de vehículos, pero será por poco tiempo:
la empresa Texino, adjudicataria de la obra, comenzará a trabajar
aproximadamente en dos semanas.
La peatonal será la continuación de Florida, pero tendrá
algunas características propias. Estará construida con baldosones
de pórfido patagónico, con una combinación de colores
rosa y gris y una superficie antideslizante y resistente: aunque por allí
no circularán autos, el piso estará preparado para que pasen,
en situaciones de emergencia, autobombas, patrulleros y ambulancias.
Este sector también estará arbolado, pero con especies medianas,
para evitar que las raíces levanten el piso. Aunque aún
no definimos qué árboles vamos a plantar, se piensa en una
combinación de tres tipos diferentes, con hojas rojas, caoba y
verdes. Para la iluminación se instalarán columnas con lámparas
de mercurio halogenado, con luz blanca, precisó la arquitecta
Emma Rosanó, directora de Programas y Proyectos.
Se pondrá especial atención en el sistema de desagüe:
aunque esa zona no se inunda, al eliminarse el desnivel que hoy existe
entre la calle y las veredas, habrá que optimizar el sistema de
escurrimiento, con más cantidad de rejillas, para evitar que el
agua, en caso de lluvias muy intensas, ingrese en los comercios y edificios.
La obra integrará la fuente instalada en la ochava de la Legislatura,
en la esquina de la Diagonal Sur, y otra ubicada frente al edificio de
Perú e Yrigoyen, en la vereda opuesta a la sede legislativa. Allí,
la peatonal se ensanchará, aprovechando el espacio libre existente
frente al edificio ubicado en esa acera.
El lugar será apto para que las confiterías de la zona instalen
mesas en las veredas, cuando el clima lo permita. La obra, que se realizará
con recursos propios del gobierno porteño, estará finalizada
antes de que termine el año.
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