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LA FUJICRACIA VIVIO DEL TRAFICO DE DROGAS, SEGUN LA COMISION
Cuán narco era mi Estado

 

La Comisión del Congreso que investiga a Vladimiro Montesinos concluyó que Perú se había convertido en un narcoestado. El informe causó una crisis con las FF.AA.

 

Página/12
en Perú

Por Carlos Noriega
Desde Lima

El Perú fue convertido en un narcoestado por el gobierno de Fujimori, es la lapidaria conclusión a la que ha llegado una comisión parlamentaria que investigó las actividades ilícitas de Vladimiro Montesinos, el gran socio de Alberto Fujimori en el poder. El voluminoso informe de 1500 páginas de este grupo de trabajo integrado por cinco congresistas y que preside David Waisman, electo vicepresidente segundo en la fórmula de Alejandro Toledo, también incluye graves acusaciones sobre los negociados en la compra de armamento y otras operaciones delictivas, y ha desatado un conflicto de poderes entre el Congreso y las Fuerzas Armadas. Han sido denunciadas 222 personas y se han detectado movimientos bancarios ilegales por 246 millones de dólares.
A medida que se sigue destapando la olla de la corrupción organizada por Fujimori y Montesinos, se descubre que la historia de los negocios sucios no concluyó en un pasado cada vez más remoto. La Comisión Waisman también acusa al actual comandante general de la Fuerza Aérea y presidente del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, teniente general Miguel Medina, de traición a la patria por haber formado parte de una irregular compra de aviones rusos MIG 29 que dejó millonarias comisiones ilícitas a Montesinos y sus socios. Por su parte, la Contraloría acusa al general del ejército en retiro, Daniel Mora, anunciado como ministro de Defensa en el próximo gobierno de Alejandro Toledo, de haber formado parte de la trama militar para beneficiarse con comisiones ilegales en la compra de armamento y pertrechos. En medio de estas denuncias, José Ugaz, procurador encargado de investigar a Fujimori y a Montesinos, reveló que cuenta con el testimonio de un “testigo clave” que incrimina al ex presidente en actividades ilícitas. Sobre la identidad del testigo, Ugaz se limitó a decir que “es un hombre cercano a la red de corrupción”.
Luego de escuchar numerosos testimonios, entre ellos el de una informante de la DEA, la Comisión Waisman llegó a la conclusión que Montesinos se asoció con el Cártel de Tijuana para instalar un laboratorio de producción de clorhidrato de cocaína en Pisco, pequeño puerto pesquero ubicado a unos 250 kilómetros al sur de Lima. Montesinos, a quien el general norteamericano Barry McCafrey, zar antidrogas durante la administración Clinton, llegó a felicitar por sus “importantes acciones en lucha contra el narcotráfico”, era, según esta comisión investigadora del Congreso, “el jefe de la mafia del narcotráfico en el Perú”, y como tal negociaba con sus pares de Colombia y México. “Fayed” y “Ruben” serían los dos sobrenombres con los que Montesinos era conocido en el mundo del narcotráfico. Hace algunos meses, Roberto Escobar –hermano del fallecido capo del Cártel de Medellín, Pablo Escobar– reveló que su hermano tenía negocios desde fines de los años ‘80 con Montesinos y que llegó a dar dinero para una campaña electoral de Fujimori a cambio de protección en el Perú para sus operaciones.
Además de tener su propio laboratorio de cocaína y su propia mafia, Montesinos, en complicidad con el ex comandante general del Ejército, general Nicolás Hermoza Ríos, actualmente preso, cobraba cupos a los otros narcotraficantes que querían trabajar en el Perú. El compromiso de las FF.AA. con el narcotráfico llegó a tal grado que los soldados se dedicaban a cuidar las pistas clandestinas para las avionetas que llegaban a la selva a recoger droga e incluso se llegaron a usar helicópteros militares para transportarla. Buques de la Marina y hasta en el avión presidencial eran utilizados para llevar cocaína al extranjero. El destituido presidente Fujimori ha sido acusado de haber indultado ilegalmente a dosprocesadas por narcotráfico. De otro lado, la procuraduría especial que investiga las actividades ilícitas de Fujimori y de Montesinos sindica al ex presidente del Congreso y ex primer ministro del gobierno de Fujimori, Víctor Joy Way, como la persona encargada de lavar el dinero de las actividades ilícitas de la mafia de Montesinos.
Pero no sólo los funcionarios del fenecido régimen de Fujimori son perseguidos por la negra herencia dejada por el prófugo Montesinos. El actual jefe de las Fuerzas Armadas, teniente general del aire Miguel Medina, ha sido acusado de haber hecho en 1998, en su calidad de inspector general de la Fuerza Aérea, un informe en el que presentaba como “nuevos de fábrica” tres aviones MIG 29 que en realidad eran de stock, para de esta manera sobrevaluar su precio. Esta operación de compra le habría dejado a Montesinos y sus socios una comisión ilegal de 53 millones de dólares. Recordando los tiempos del fujimorismo, los militares organizaron una conferencia de prensa para desacreditar el informe del Congreso. La Comisión Waisman respondió a las presiones castrenses ratificándose en los cargos contra el máximo jefe militar. “Los militares han mentido cuando han insistido en decir que los aviones eran nuevos”, contraatacó Waisman. Y remató: “Por dignidad y ética, el general Medina debe renunciar”. En medio de este conflicto entre el poder militar y el legislativo, el presidente del gobierno de transición, Valentín Paniagua, que enfrenta su segunda crisis militar desde que asumió el poder en noviembre del año pasado, se ha limitado a decir que “no hay que apresurarse” para tomar una decisión sobre el futuro del cuestionado general Medina.
Alejandro Toledo tampoco se ha salvado de ser salpicado por el escándalo. En su caso, el misil que estalló en el centro de su equipo de gobierno no salió del Congreso sino de la Contraloría. La acusación contra el general en retiro Daniel Mora, su voceado ministro de Defensa, de haber formado parte de la mafia militar dedicada a cobrar coimas en la compra de armas lo ha puesto en difícil situación. Mora ha negado los cargos y ha acusado a la contralora Carmen Higaona, funcionaria nombrada por Fujimori pocos meses antes de su caída, de actuar con “intencionalidad política”. Hasta su pase al retiro en 1998 Mora era considerado como un general cercano al ahora detenido general Nicolás Hermoza. Un pasado que quisiera olvidar, pero que compromete aún más su posible futuro como ministro.
Esta no es la única crisis que enfrenta Toledo a pocos días de ganar las elecciones y cuando falta poco más de un mes de asumir el poder. La revelación de que otro de sus potenciales ministros, Pedro Pablo Kuczynski, casi seguro titular de la cartera de Economía, tiene también la nacionalidad norteamericana, ha despertado suspicacias y temores. El síndrome Fujimori ronda a Kuczynski. Y, por si esto fuera poco, del pasado ha regresado como un peligroso fantasma: la gestión de Kuczynski como ministro de Energía y Minas a inicios de los años ‘80 y las acusaciones que entonces se le hicieran de favorecer a las transnacionales petroleras con millonarias exenciones impositivas.

 

 

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