Los
buenos deseos de la cumbre del sábado entre George W. Bush y el
presidente ruso, Vladimir Putin, no sobrevivieron por más de 24
horas. Poco después de que los principales diarios norteamericanos
elogiaran la química que establecieron los mandatarios,
ayer los principales asesores de política exterior de Bush salieron
a enfatizar que su jefe no se había movido un ápice en sus
políticas hacia el escudo antimisiles y la OTAN. Sobre el primero,
el secretario de Estado Colin Powell disparó en televisión
que estamos listos para abandonar el tratado ABM (que prohíbe
sistemas antimisiles) si se transforma en un obstáculo insuperable.
Y Moscú también puede olvidarse de cualquier integración
con la OTAN: Creo que es prematuro hablar de algo así.
Al mismo tiempo, Powell confirmó la intención de Bush de
abrir la Alianza a las ex repúblicas soviéticas desde
el Báltico hasta el mar Negro.
Así, puede decirse que la gira de Bush por Europa no cambió
mucho. Al contrario, sólo consolidó la dirección
que ya habían tomado los principales gobiernos en discordia. El
New York Times, que el día anterior hablaba de una nueva
era en las relaciones exteriores norteamericanas, ayer admitía
que sí, objetivamente, un gran abismo separa a Bush de Europa.
Este análisis que se contradecía a sí mismos era
típico de las reacciones de la prensa norteamericana hacia la primera
gira de su presidente por Europa. El Washington Post, por ejemplo, destacó
que el presidente ha dejado impresionados a la mayor parte de sus
pares europeos con una gentileza extremadamente calurosa, pero unas
líneas después aclaraba que no ganó muchos
corazones y espíritus para su causa. Otra muestra de virtuosismo
argumental fue el Los Angeles Times, que editorializó que el encuentro
Bush-Putin fue un éxito, más allá de que no resolvieran
ninguna de sus diferencias, ya que ambos demostraron un respeto
mutuo.
En verdad, la Casa Blanca no fue mucho más sincera, al menos en
lo que se refería a la Unión Europea. Bush mismo declaró
que espero que mi gira haya eliminado la idea de que soy un unilateralista:
los unilateralistas no se sientan a la mesa para escuchar las opiniones
de los otros. ¿Y qué importa que las opiniones de
los otros fueran hostiles? Creemos que (el ABM) es esencial más
allá de las nuevas amenazas, le subrayó el canciller
alemán Gerhard Schroeder; (el Star Wars) es una invitación
a la proliferación masiva, enfatizó el presidente
francés Jacques Chirac. Las diferencias sobre otros temas, tales
como el Protocolo de Kioto, siguieron el mismo patrón, excepto
con países como España o Italia.
Bush también se mantuvo firme en su línea de confrontación
con Rusia, si bien fue sólo ayer que ordenó a sus subordinados
que lo dejaran claro más allá de toda duda. Nadie quería
arruinar la cumbre del sábado en Eslovenia hablando demasiado sobre
la idea de incluir a Ucrania en la OTAN o de abrogar el ABM, por lo que
las declaraciones rusas y norteamericanas se centraron en detalles simpáticos
como que Putin habló en inglés y que Bush lo invitó
a su rancho en Texas. Ayer, sin embargo, ya no había ninguna necesidad
de ocultar lo que Washington realmente pensaba de los resquemores rusos.
El tratado ABM funcionó bien, pero ahora pertenece a otra
era y es obsoleto, disparó la Consejera de Seguridad Nacional
norteamericana, Condoleeza Rice. Y las puertas de la OTAN están
completamente cerradas para Rusia: Si hace bien las cosas en materia
de democracia, de libertad de comercio y relaciones pacíficas será
plenamente integrada, entonces Rusia será plenamente integrada
a Europa. Powell dijo lo mismo de manera un poco más delicada.
Como el presidente trató de comunicarle al mandatario Putin,
Europa recibe de buen grado a Rusia y quiere hacer todo lo que esté
a su alcance para alentar a Rusia a formar parte de una Europa más
amplia, explicó, cuidándose de notar que incluirla
en la OTAN no está al alcance del presidente.
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