Por Javier Lorca
Dura sólo 28 minutos.
Pero Construyendo la universidad del pueblo da cuenta del
dolor y la profunda herida que dejaron en la Facultad de Arquitectura
(UBA) las desapariciones de 130 estudiantes y docentes durante la última
dictadura. El documental fue realizado por un grupo de estudiantes de
la carrera de Diseño de Imagen y Sonido y se presentará
hoy, a las 19, en el aula 301 del Pabellón III de Ciudad Universitaria.
Filmando, nos encontramos con mucho sufrimiento. Y con que casi
nunca se había hablado en la facultad de todo lo que pasó
en los 70. Ojalá que el documental sirva para abrir el debate,
se ilusionó Cecilia Ulrich (25), directora del corto.
Con una investigación de cinco alumnos del Taller de Diseño
Audiovisual, la realización del corto comenzó el año
pasado, en el marco de Miradas Iberoamericanas, un proyecto
de la Federación de Escuelas de Imagen y Sonido Iberoamericanas.
La financiación estuvo a cargo de los propios realizadores, el
centro de estudiantes y la carrera de Diseño de Imagen. La
única consigna que nos dio la facultad fue hacer un documental
sobre los desaparecidos de Arquitectura, contó Rodrigo Milanesi
(27), que ofició de productor. Y la verdad es que no sabíamos
nada de lo que había pasado, agregó Ricardo Requejo
(26), encargado de las entrevistas y de la banda de sonido. La edición
fue responsabilidad de Leonardo Bianchi (35).
Lo primero que hicieron los estudiantes fue rastrear en los archivos.
Es terrible, pero en la facultad casi no hay material, ni fotos,
nada de aquellos años, lamentó Rosa Schrott, la docente
que coordinó el trabajo. El segundo paso fue buscar y entrevistar
a compañeros y amigos de los desaparecidos, además de autoridades
académicas y dirigentes de todos los sectores políticos.
Como resultado, el recorrido por los 70, la dictadura y la actualidad,
está narrado sólo por los testigos entrevistados.
La pregunta que nos orientó a buscar fue ¿qué
es lo que había desaparecido de la facultad?, planteó
Laila Freidenberg (24), guionista del documental. Nos sorprendió
muchísimo descubrir cómo era la facultad antes de la dictadura
contó Cecilia. Desde las cátedras, desde toda
la facultad, había mucha participación y una relación
muy fuerte con la sociedad. Y Ricardo agregó: Los estudiantes
y los docentes iban a las villas a trabajar, a ayudar a la gente.
El nombre del film repite el que llevaba uno de los programas de vinculación
con la sociedad que dirigió Marcelo Tempone, un docente desaparecido.
Hacer las entrevistas fue muy fuerte dijo Ricardo. Nos
encontramos con el dolor en primera persona, con gente que podría
haber desaparecido como desaparecieron sus compañeros y amigos.
Pero lo más shockeante fue ver las contradicciones con nosotros
mismos, con nuestra generación, dijo Laila. Ricardo siguió:
Aquellos estudiantes se sentían parte de una transformación.
Nosotros nos sentimos como al margen de todo.
El único fragmento del corto que no fue filmado dentro de la facultad
es, justamente, uno de sus momentos más duros: la entrevista con
el ex decano interventor de Arquitectura, Héctor Mario Corbacho,
también ex profesor en la ESMA. Salimos temblando de la entrevista,
dijo Cecilia. Corbacho sigue combatiendo a la subversión,
apuntó Rodrigo.
Después de la proyección, habrá un debate abierto.
Lo que impresiona del corto concluyó Silvio Fischbein,
director de Diseño de Imagen y Sonido es el contraste entre
una época negra de la facultad, con aulas vacías, y una
facultad viva, con mucho movimiento y efervescencia.
Para
el tiempo libre... (si queda)
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Honor. Hoy, a las 18.30, Adolfo Pérez Esquivel recibirá
el Doctorado Honoris Causa de la Universidad de Río Cuarto
y dará una conferencia. En ruta nacional 36 km. 601, aula mayor.
Cuerpo. El miércoles próximo, a las 20.15, Susana
Yasan dará el taller gratuito Cuerpo, energía
y creación. En Gascón 1483, 1º C,
4773-0939.
Español. La Escuela Del Sur dará hoy una charla
gratuita sobre Aprender a enseñar español a extranjeros.
A las 19, en Bernardo de Irigoyen 668, 1º, 4334-1487.
Shows. Mañana, a las 18.30, la UCES invita a un debate
sobre El fenómeno de los reality shows. En Paraguay
1457, piso 1º, 4813-0228/9702. |
OPINION
Por Antonio Cicioni *
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El monopolio de la
UBA
Concentrar el debate en el financiamiento universitario es mirar
al árbol, olvidando el bosque. El fin último de toda
reflexión sobre el sistema universitario en general, y la
Universidad de Buenos Aires en particular, debería ser diseñar
políticas que mejoren la calidad de la formación.
El debate, sin embargo, se ha centrado en un medio (el financiamiento)
por sobre el fin (la calidad). Para mejorar la calidad de la UBA
no sólo no es necesario modificar la gratuidad y la autonomía,
sino que tampoco es conveniente.
Un problema principal de la UBA es que goza de un virtual monopolio
de la oferta de educación universitaria gratuita en su zona
de influencia. Los potenciales alumnos de la región se encuentran,
por un lado, con la oferta gratuita de la UBA y de las siete universidades
del conurbano. Por otro lado, ofrecen educación paga decenas
de universidades privadas, cuyas cuotas y calidad varían
en forma notable. Sin embargo, el hecho de pagar genera un impedimento
o fuerte desincentivo para muchos. Por otro lado, las universidades
del Conurbano no logran ser una opción real, dado que sus
lejanas ubicaciones las limitan a sus zonas circundantes. Este virtual
monopolio genera un sistema de incentivos negativos para la UBA.
Le es demasiado fácil atraer grandes porciones de la creciente
demanda, sin necesidad de una continua mejoría, como sucede
con toda universidad de alto nivel. A su vez, tener más o
menos alumnos no genera mayores diferencias en su (insuficiente)
presupuesto. La UBA no necesita preocuparse por la calidad de su
oferta: su financiamiento está asegurado.
Por eso es necesario crear las condiciones para ampliar la oferta
de educación gratuita en Buenos Aires. Hay tres caminos:
uno, crear nuevas universidades públicas, cuya ubicación
signifique una competencia real para la UBA. Dos, fomentar que las
universidades del conurbano creen sedes importantes en la zona céntrica
de la ciudad. Tres, abrir a las universidades privadas la posibilidad
de incorporar alumnos que no pueden pagar. A la vez, debe modificarse
el sistema de financiamiento. El dinero invertido por el Estado
debe seguir al alumno y no, como hoy, ser el producto de un reparto
basado en la negociación política. Así, cada
institución se verá obligada a mejorar continuamente
su oferta académica. Para la UBA, la exposición inicial
a la competencia será posiblemente traumática, pero
con el tiempo logrará adaptarse y progresar.
Esta propuesta es, naturalmente, de compleja aplicación.
Queda implícito que no sólo no debe disminuirse la
inversión en el sistema universitario, sino que debe ser
incrementada. No podemos permitir que los políticos enfoquen
el debate en un presupuesto que es insuficiente, y que representa
menos del 2 por ciento del gasto público total argentino
(menos que el tan mentado costo de la política).
Pero aumentar la inversión en educación sólo
rendirá frutos concretos si planteamos una mejor organización
del sistema, para aprovechar todo el potencial de nuestras universidades.
* Director del Area de Política Educativa del Cippec;
magister en Educación (Universidad de Harvard).
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